A pesar de cumplir 20 años de fundado no ha logrado en todo ese tiempo
definirse a sí mismo y definirse frente a la sociedad.
Los alcances del CEE han sido muy limitados con todos y sus 201 millones
de pesos que gastan al año de dinero público, junto a los partidos políticos
amamantados por esa ubre. De tal forma que se prestó a inicios del año 2012 a
cumplir un papel de marioneta cuando desde el gobierno del estado anunciaban
con bombo y platillo la realización de plebisitos sobre las obras y los planes
acuíferos de Guillermo Padrés.
Desde luego que es de todos conocido que la iniciativa se frenó por
querer realizarse simultáneamente con el proceso electoral, frustrándose hasta
la fecha cualquier destello de la engrillada nueva Ley de Participación
Ciudadana que cumplirá dos años dioquis sin aplicarse un solo resquicio de sus
ordenamientos.
Los cinco integrantes del Consejo Estatal Electoral y sus empleados
gastan anualmente en servicios
personales 138.2 millones de pesos, de los cuales 5 millones 640 mil pesos son para
pagarles sus sueldos a los consejeros Marisol Cota Cajigas, Fermín Chávez
Peñuñuri, Francisco Zavala Segura, María del Carmen Arvizu Borquez y Sara
Blanco Moreno y un bono adicional mensual de 20 mil pesos para quien lo
preside. (Ver cuadro 1).
Además el área administrativa del Consejo tiene una partida adicional de 11
millones 564 mil pesos para estímulos al personal, repartidos entre sus
funcionarios y empleados.
Otros 91.5 millones son del gasto para servicios generales, renta de
automóviles y edificios, viáticos, servicios diversos y publicaciones. (Cuadro 2).
Evidentemente este dinero público gastado por el CEE es muy exagerado al
tomar en cuenta la pobreza en la que vive la mitad de la población sonorense y
el desempleo y los bajos salarios de los trabajadores.
Fuera de las actividades nimias de concursos de oratoria, conferencias
con temas políticos, celebraciones, cursos de capacitación y otros que llegan a
impactar a un sector muy reducido de la población, el principal pecado e
ilegalidad cometida por el CEE es permitir la violación de la Ley con el
rebasamiento del tope de gastos de campaña en cada proceso electoral y en cada
campaña de cada una de las candidaturas del PRI y del PAN.
Los adinerados han rebasado en dos y hasta en cinco veces más el gasto
permitido por el Código Electoral del Estado de Sonora y esta sola
irregularidad fuera para desconocer y revocar al Organismo Electoral CEE y
anular cualquier tipo de elección por que es la columna vertebral de una
función ilícita promotora del fraude.
Por ejemplo, en 2009 en las campañas de las candidaturas a gobernador se
permitía un tope de gasto de 53 millones de pesos y el PAN y el PRI encabezados
por Padrés Elías y Elías Serrano llegaron a gastar más de 200 millones de
pesos.
Otro ejemplo es en Cajeme el mismo año, los candidatos Vargas Gaytán y
Barro Borgaro solo podían gastar un tope de 8.5 millones de pesos y se comprobó
que gastaron alrededor de 20 millones de pesos cada uno en su campaña por la
presidencia municipal.
El fenómeno se repitió tres años después con la violación de la Ley y la complicidad
del CEE, y Eloisa Flores candidata del PAN apoyada por el gobierno del estado ya
que rebasó los 30 millones de pesos en su campaña cuando solo podía gastar como
tope 10 millones perdiendo la elección con creces a pesar de que el candidato
del PRI Rogelio Díaz Brown hoy alcalde también rompió el tope pero gastando entre
15 y 20 millones de pesos para obtener un resultado record de más de 100 mil
votos.
Hacerse de la vista gorda, dejar pasar de largo todas las anomalías en el
uso y erogación de dinero sin fiscalización, es el peor acto y omisión criminal
de suciedad e inequidad entre los que compiten por el poder público, unos
financiados por millones de pesos y otros que no tienen ni para imprimir un
pendón, todo con el encubrimiento del CEE.
El órgano electoral al que le agregaron el mote ocioso “y de Participación
Ciudadana” no ha hecho en ningún momento honor a su nombre, porque se vuelve un
organismo mas al que le dicen tener un carácter “ciudadano” pero que a final de
cuentas cualquiera que llegue y le paguen 90 mil pesos mensuales dirá mentiras y
todavía le den estímulos adicionales de una bolsa de 11 millones de pesos que tiene
a disposición, actuará teatralmente y se autollamarán adalides de la democracia.
Como diría mi compadre “yo también me haría pendejo”, “es como sacarse la lotería”.
Hay ciudadanos con integridad en nuestra sociedad golpeada por la antidemocracia
y el abuso del poder que desempeñarían su función como consejeros de forma honoraria,
sin cobrar un cinco, por que les duele su entidad y la aman.
Y asi debiera ser ya que el papel de consejeros es esencialmente para fiscalizar
y sancionar y el resto de actividades son para la planta operativa que debe desempeñarse
con un servicio profesional de carrera. Pero es lo contrario, los consejeros en
jefe y que no deben considerarse jefes o jefas, son los más holgazanes y los más buenos
para hablar.
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