Planta General Motors en San Luis Potosí
Sobrexplotación y precariedad laboral
Ocho mil obreros automotrices tiene la trasnacional en Villa San Luis Potosí. El salario pagado no rebasa los 20 dólares diarios, cuando en Detroit E.U. ese dinero lo cobra un obrero en 40 minutos de hora laborada. Ese es el salario percibido por los 3 mil obreros en Hermosillo de la Ford Mo. Co. Es la prosperidad laboral de la cuata tanfomachón, son las empresas que chantajea el capital yanqui para aplicarles aranceles con Trump y sigan resignándose a vivir condiciones laborales precarias, con el objetivo de incrementar la tasa de explotación y la tasa de ganancia capitalista imperialista. (CRóNICA10).
Por Renata
Aguilar | 29/05/2025
Mucho se ha hablado de la importancia de la industria
automotriz en México; sin embargo, conviene insistir en su relevancia. Nuestro
país ocupa el primer lugar en generación de divisas con una balanza comercial
superavitaria de 99 mil millones de dólares (MMDD), es el 5° exportador mundial
de vehículos ligeros, el 4° exportador mundial de autopartes y contribuye con
el 3.6% al Producto Interno Bruto (PIB) nacional. Cerró el 2024 con récord
histórico tanto en producción como en exportación de vehículos ligeros. En
términos de producción, se alcanzaron 3 millones 989 mil 403 unidades, lo que
representa un crecimiento anual del 5.6% en comparación con el cierre del 2023.
Todo esto de acuerdo con los datos de la Asociación Mexicana de la Industria
Automotriz (AMIA).
Indudablemente es un sector fuerte en nuestra economía,
pero ¿quién recibe los beneficios de la riqueza creada? Ciertamente no son los
trabajadores. Más adelante volveremos a ello.
Dentro de las 39 plantas que existen en el país,
nueve pertenecen a General Motors (GM), la empresa que nos ocupa en este
escrito. Estas plantas se encuentran en cuatro complejos ubicados en Coahuila,
Guanajuato, México y San Luis Potosí, que en conjunto emplean a 25 mil
trabajadores. Cuenta con tres plantas de vehículos, tres de motores y tres de
transmisiones, con una capacidad anual de producción de 846 mil 600 vehículos,
1 millón 328 mil motores y 879 mil 800 transmisiones. Esto ha mantenido a
General Motors, hasta 2024, como el principal productor de vehículos en
México, con 889 mil 72 unidades vendidas. Ahora enfoquémonos en su
complejo en San Luis Potosí.
Complejo de San Luis Potosí.
Este complejo fue inaugurado en 2008, con una
planta de ensamble y otra de estampado. Este es el complejo más grande en
México con una extensión de 347 hectáreas. Si bien se sabe que, en su complejo
de Silao, Guanajuato, se produce una pick up nueva cada 56 segundos, no se
conocen datos respecto al complejo potosino, pero la diferencia no debe ser
significativa.
El complejo en SLP ha sido reconocido por su alta
calidad en manufactura; en 2024 fue el único que recibió el reconocimiento
“Platino”, la máxima distinción que se puede obtener para un complejo de
manufactura. Asimismo, la Chevrolet Equinox, producida en sus
plantas, fue catalogada como la mejor de su segmento, mientras que GMC
Terrain se posicionó en el tercer lugar. En el primer trimestre de
2025, el complejo alcanzó un 79.5% de utilización de su capacidad instalada, lo
que revela una operación altamente eficiente.
Todo lo anterior no es más que fruto del esfuerzo
de los trabajadores que laboran en GM, pero nuevamente nos preguntamos, ¿los
trabajadores reciben los beneficios? GM, como otras empresas automotrices,
busca producir más en menos tiempo, ganar siempre más e invertir lo menos
posible, pero ¿cuáles son las consecuencias de esto?
Condiciones laborales en General Motors SLP.
Producir más en menos tiempo es la norma, pero a
costa de una constante presión sobre los productores, es decir, los 25 mil
trabajadores que emplea en México, de los cuales 6 mil 500 laboran en su
complejo de San Luis Potosí. ¿Qué implica trabajar en esta planta?
Juan Rojas, un trabajador de GM en SLP nos cuenta:
laborar en GM implica trabajar turnos de 12 horas, en un esquema de 4X3. Por
ejemplo, en una jornada semanal se trabaja lunes y martes de noche, viernes y
sábado de mañana. El descanso es miércoles y jueves. No obstante, no solo se
invierten 12 horas al día: también se deben considerar los traslados a la
planta, que puede implicar hasta 20 horas en total. La empresa proporciona
transporte a través de 115 rutas. Algunas de las rutas más largas son:
Ruta Cerritos: inicia
en Granjenal a las 2:10 a.m. para llegar a las 5:40 a.m. a la planta y comenzar
a laborar a las 6 a.m.
Ruta Charcas: inicia a recoger a los trabajadores a las 2:25 a.m.
Ruta San Luis de la Paz y Ruta S.J. Sin agua 2: inician en el primer punto a las 2:30 a.m.
Lo anterior para el primer turno, para el segundo
turno son mismos horarios, pero por la tarde. Ejemplo, Ruta Cerritos: inicia a
las 14:10 p.m., para llegar 17:40 p.m. y comenzar las actividades a las 18:00
p.m. Así en las otras rutas. Las horas de salida de las rutas para el primer
turno varían entre las 2:10 a.m. y las 5:15 a.m.; para el segundo turno, entre
las 2:10 p.m. y las 5:15 p.m. En otras palabras, una jornada de 12 horas se
convierte en una jornada de entre 13 y 20 horas.
Más allá de la extensión de la jornada laboral los
trabajadores enfrentan otras dificultades. La automatización en la industria
automotriz ha traído consigo una extrema especialización del trabajo, con
tareas repetitivas que han derivado en problemas de salud. Uno común en
trabajadores de GM SLP ha sido el síndrome del túnel carpiano, derivado de
movimientos repetitivos de las manos y las muñecas. Este síndrome tiene como
síntomas: debilidad en las manos al agarrar objetos, dolor en las muñecas o las
manos y cosquilleo.
¿Qué hace la empresa al respecto? “La empresa lo
que hace es separarlos, no los deja que vayan al seguro, después de cierto
tiempo buscan la forma de aburrirlos y hostigarlos para que renuncien”.
Eso no es todo, también sabemos que para “producir
más por menos tiempo” es menester que cada segundo se aproveche, no
por nada tienen récords en producción, pero poco se habla de lo que hay detrás
de esto, Juan nos dice: “no nos dejan ir al baño hasta que haya alguien que nos
cubra, y eso es un show, porque cómo van a parar la máquina (toda la
producción) para que yo vaya al baño, eso es perder tiempo, y uno no puede
programar sus necesidades”.
Además, existe el acoso sexual como problema
constante, especialmente a las trabajadoras, Juan lo reconoce, aunque no puede
hablarnos con detalle porque no lo ha vivido directamente, pero afirma que es
muy recurrente.
¿Qué hay de las horas extras? Ese es un problema,
pero no porque no las paguen, sino por el acoso que sigue para quienes no van a
laborarlas. “A veces la empresa pide que se hagan horas extras, a los
compañeros que no van a trabajarlas los acosan laboralmente, hacen campañas de
acoso contra ellos, incluso les niegan las vacaciones. Uno se tiene que esperar
hasta un mes para que las den, las dan cuando quieren y no cuando uno las
necesita”.
Un proceso sindical pedregoso.
Las duras condiciones laborales han motivado el
ánimo de algunos trabajadores de GM SLP para exigir mejoras. Con ese objetivo
solicitaron el apoyo del Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y
Trabajadoras de la Industria Automotriz (SINTTIA) que tiene la titularidad del
Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) de la planta de GM en Silao, Guanajuato.
Anteriormente, el titular del CCT en GM SLP era el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Industria Automotriz, Similares y Conexos de la República
Mexicana, adherido a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), no
obstante, en 2023 este sindicato no legitimó el contrato, por tanto, los
trabajadores se quedaron sin representación sindical.
¿Qué ha ocurrido desde entonces? SINTTIA está
promoviendo la obtención de la Constancia de Representatividad que le permita
negociar un nuevo CCT, pese a los obstáculos impuestos por GM. La empresa ha
violado constantemente la libertad sindical emprendiendo campañas contra
SINTTIA e incluso presuntamente aliándose con el sindicato Carlos Leone, al que
le ha facilitado el ingreso a la planta. “Incluso la empresa realizó un consejo
laboral reuniendo a todos los excetemistas, para que ellos fueran los que
integraran al Carlos Leone, hay contubernio con ese sindicato, existe presión y
amenazas a trabajadores para que se afilien al Carlos Leone y sea el que quede,
aunque no lo queramos, hay intromisión en todos los aspectos”.
Lo anterior, a pesar de que los trabajadores tienen
derecho a la libertad sindical y de asociación, pudiendo constituir o afiliarse
al sindicato que mejor convenga a sus intereses. Estos derechos están
reconocidos en la Ley Federal del Trabajo, por lo que es fundamental que el
trabajador los conozca y los ejerza sin la injerencia del patrón, ya que dicha
intromisión está expresamente prohibida y sancionada por la propia LFT en su
artículo 133 fracción IV.
Un sindicato puede llegar a ser un poderoso
instrumento para la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores, ya
que, legalmente, puede negociar con la empresa, solicitar revisión del contrato
colectivo, solicitar revisión salarial, entre otras cosas; pero este poder de negociación
se nulifica si el sindicato lejos de proteger a la base trabajadora se alía con
el patrón. Este fue el caso del sindicato de la CTM, conocido por sus prácticas
charriles; también lo es del sindicato Carlos Leone. Y podría llegar a ser
también el caso de SINTTIA si los trabajadores no se mantienen atentos y
vigilantes de sus representantes. Esa es una lección que deben tomar en cuenta
los trabajadores de General Motors, deben mantenerse informados y participar en
el proceso, pues son ellos los que pueden verse beneficiados o perjudicados por
lo que ocurra.
General Motors, parte del engranaje del capitalismo
mundial.
En la competencia mundial por liderar el mercado
automotriz se dio un fenómeno importante llamado offshoring,
(relocalización del proceso productivo) en el que se dio una
importante transferencia productiva de Estados Unidos hacia México. Esto
ocurrió por primera vez en la década de los 80, volvió a repetirse en los 90 y
nuevamente en 2008 debido a la Gran Depresión. Fue precisamente en 2008 la
llegada de General Motors a San Luis Potosí, en un contexto en que México se
volvió indispensable para el abastecimiento del mercado estadounidense. Esta
relocalización respondió a la “necesidad del capital de ubicar inversiones
productivas en zonas geográficas próximas a los mercados más dinámicos del
mundo, con el fin de garantizar un fácil acceso a las materias primas y ahorrar
en costos de transporte”, de acuerdo con Crossa Niell, experto en investigación
de la industria maquiladora en México.
El atractivo de México se debió también a los bajos
salarios, que pueden ser entre 10 o 20 veces menores a los salarios en Estados
Unidos, según sea el caso. Por ejemplo, en General Motors SLP el grueso de los
trabajadores gana 395 pesos diarios, mientras que sus contrapartes en EE. UU.
ganan 200 dólares por día, es decir, unos 3 mil 861 pesos diarios. Esto
significa que los trabajadores mexicanos ganan 14 veces menos, a pesar de
desarrollar labores similares e incluso haciendo jornadas laborales más largas.
Todo esto pone en evidencia la superexplotación que
viven los trabajadores mexicanos, quienes crean una enorme riqueza, pero solo
reciben una parte ínfima de ella, el grueso lo reciben los dueños y los grandes
directivos. Por ejemplo, Mary Barra la CEO (directora ejecutiva) de General
Motors ganó 29 millones de dólares tan solo en 2024,
embolsándose también ganancias de GM SLP, aunque no sea ella quien dirija las
operaciones de ese ni de ningún complejo en México. El director ejecutivo de
General Motors México es Francisco Garza, que, si bien no hay cifras públicas
de su salario anual, se estima que puede rondar de 15 a 25 millones de
pesos mexicanos.
La lógica del capital es siempre aumentar la tasa
de ganancia, y para ello recurre a mecanismos como la relocalización
productiva, los bajos salarios, reducción de costos laborales e incluso la
represión sindical, todo para engordar los bolsillos de unos pocos. Sin
embargo, esto no es un fenómeno exclusivo de México, General Motors es parte
del engranaje del capitalismo mundial y en ese contexto debe comprenderse lo
que ocurre en GM SLP.
Trabajadores de General Motors, impulsar el cambio del sindicato y aspirar a mejores condiciones laborales son acciones legítimas y necesarias. Son lo mínimo que podemos exigirle al capital y es un paso importante para la toma de conciencia de clase, pues hay que tener claro que, aunque podamos mejorar nuestras condiciones laborales, el capital siempre encuentra la manera de sacar la tajada más grande a costa de nosotros. Para que esto cambie de raíz es menester cambiar el sistema capitalista y encaminarnos a un sistema más humano, que priorice el bienestar sobre la ganancia y no la ganancia sobre el bienestar. Por lo pronto, les deseamos éxito en su lucha.
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