PATÉTICOS NOTARIOS EN SONORA
Por Alejandro de la Torre Domínguez.
Creo en ti, como creo cuando crece cuanto se siente y padece al mirar alrededor. Lleno de contradicciones presto a soluciones siempre creo en ti, como creo en Dios que eres tú, que soy yo, creo en ti, Revolución.
Pablo Milanés
La Fé se deriva del verbo creer. La palabra fé es una palabra netamente religiosa. Notario viene de nota. Nota es una marca escrita. En la edad media se les puso el mote de Escribanos.
Fedatario
es el que da Fé, y la fé pública ¿quién la tiene? Quién la debe de tener? El gobernante?
El ministro, el legislador, el juez, el policía? Si son ellos los primeros que
se ganan la desconfianza del pueblo. Pero ¿por qué, un juez debe ser parte también
y poseer con su cargo la Fé Pública?
Casi siempre el Gobernador de una provincia que es el portador de la Fé pública, se ha caracterizado por ser un ratero o ratera del dinero público, entonces cómo va a controlar la fé pública cuando ha llegado por el fraude electoral al puesto y se roba el patrimonio público.
Después
de todo este axioma, la Fé pública, no es más que la confianza popular, y la
confianza se gana con el origen de cada persona que viene del pueblo y que se
gana al pueblo. Ganarse al pueblo, -su confianza-, no es cosa simple, se
requiere el ejemplo, la prueba, la lealtad. Los Yaquis ordenaban a sus
guerreros, “para tí ya no habrá dolor, descanso, ni gozo, sed, ni frío, solo el
cumplimiento del deber”.
El
incumplimiento del deber se pagaba con el castigo, con el desprecio de la nación,
que se perdona solo con el sacrificio, con empezar de nuevo de cero, la manda,
con tirar lo malo, lo despreciable, por eso se ponen máscaras durante 40 días
en Cuaresma “los chapayecas”, para purificarse y volver a ganarse la Con Fianza.
Confianza viene de Tener Fé, con fé anza.
¿Por
qué un corrupto, un gobernador, va a tener el monopolio de la fé pública, y va
a Certi Fé car, papeles, documentos, contratos, poderes, herencias, firmas, etcétera?
La
confianza, no es cosa fácil, debe ganarse y debe transformarse, de esta manera
una Ley que establezca las bases normativas del ejercicio de la Fé pública. Debe
tomar en cuenta que la delegación de la certificación de documentos para el
ejercicio legal de cualquier entidad, ente, o evento, debe llenar el requisito
de tener la confianza popular, que desde luego los actuales notarios publicos
no cuentan, fedatarios publicos no son confiables, no deben poseerla, porque lo
que han hecho es desvirtuar los hechos entre derechos y poseedores de los
derechos con los deberes o deudores de los derechos.
¿Quién
otorga la licencia para ejercer la fé pública a “notarios”?: el gobernador, lo
dice la Constitución, y al gobernador ¿quién se la otorga? No creo que el
pueblo. Se la otorga una elección que tiene más de la mitad de los ciudadanos
fuera de la misma, o sea que no votan. Entonces el gobernador tampoco debe
ejercer la fé pública por que no representa a la mayoría del pueblo, ya que
incluso en el mejor de los casos podrá obtener una proporción de la mitad de
los que votan que son menos de la mitad del pueblo.
Entonces
para ejercer la fé pública debe reformarse al Estado, ya que esta fé se ha
pervertido, incluso los 115 notarios publicos con que cuenta el Estado de
Sonora, son corruptos, por que se ganaron la licencia de parte de gobernadores
que ya no son gobernadores, esto es que para poder renovar la función de
fedatarios deben ser ratificados por el nuevo gobernador, que también este
mismo debe ganarse la legitimidad del pueblo para otorgarla.
Por
eso, esto se pone cada vez más embrollado. Esto es, que todos los actos legales
certificados hasta la fecha, no tienen mucho valor que digamos, y asi se ha
conducido la sociedad, con esta desconfianza evidente y que no responde a la
confianza popular.
Los
notarios públicos se han desempeñado en el mar de la corrupción y la desconfianza.
Para
hacer una nueva ley del notariado debe primero cambiarse el esquema, debe hacerse
primero una Reforma del Estado, y posteriormente que la fé pública sea ganada
con la confianza popular, y romper el esquema viciado de que hayan sido los gobernadores
corruptos los que hayan dado las concesiones de notarios hasta el día de hoy.
Que
patética la función del notario, sin notarios no hubiera actas, protocolos,
registros, propiedades, posesiones, sucesiones, incluso no hubiera matrimonios
ni divorcios.
El
Estado es crisis, no está en crisis, es la crisis misma. El Estado solo ha
servido para controlar la fuerza pública en contra del pueblo, de la amplia mayoría
desposeída.
La
ley que debe generarse es la Ley de la Fé Pública, y los notarios ser electos
por consejos populares mediante un proceso electivo previamente a la educación popular
para que se entienda lo que es la Fé Pública, para saber a quienes se eligen y
ahora sí, ir con ellos para que las partes en un eventualidad legal, se
comprometan a lo que firmaron frente a la fé pública.
Pero
los que tengan esta facultad de Certificar, -que es una palabra derivada de la
Certeza y la Fé-, tengan confiabilidad y no como ahora que la amplia mayoría de
los notarios viola la ley, y la gente sabe que son corruptos, sumamente
adinerados, oficinas lujosas, discrecionales y autoritarios, que cobran por cualquier
protocolo altos aranceles y que el pueblo no cree en ellos.
Esto es, que todos los notarios deberían ser cancelados y empezar por registrar nuevos, -todos los notarios- tienen la vieja costumbre de hacer actos legales corrompidos, sin el apoyo de un Estado legítimo, del pueblo. (Alejandro de la Torre).
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