martes, 24 de septiembre de 2013

Rulfo a 60 años

“Leer El llano en llamas duele porque nos dice que la gente sigue igual”
Juan Carlos Talavera / Crónica
“Leer El llano en llamas me duele porque retrata la realidad que estamos viviendo y que se está recrudeciendo (en México). Pero todo lo que dice mi marido en ese libro es verdad: la gente sigue igual donde quiera, eso es lo que me da más tristeza, porque no mejora y mucha gente no quiere que se sepa esto, sobre todo los políticos… perdón”, dijo ayer Clara Angelina Aparicio, esposa de Juan Rulfo, tras inaugurar el coloquio El llano en llamas. 60 años: reflexiones multidisciplinarias en el Instituto de Investigaciones Filológicas.
También quiso recordar al escritor que todo memorizaba y al fotógrafo viajero que gustaba de escalar el Popocatépetl. “A Rulfo no se le olvidaba nada. Todo lo tenía ya bien hecho, bien maduro (en la mente)”. Pero sobre todo, detalló a Crónica, Juan Rulfo fue un hombre que disfrutaba la libertad para escribir, la libertad para vivir… libertad para todo.
—Hay quienes aún relacionan a Rulfo como un escritor indigenista…
—Pues no. No sé si el ‘indigenismo’ quiera decir ‘realidad’. Pero es lo que se vive, como se vivía cuando él iba a los pueblos, a sus casas y veía todo lo que pasaba. Es la verdad.
—¿Aún hay textos inéditos de Rulfo?
—… Son cosas que uno guarda, pero es más sentimental… como la memoria. Ahí guardo muchas cosas –, acotó antes de marcharse.
Pero antes de inaugurar los trabajos de la Cátedra Extraordinaria Juan Rulfo, doña Clara Aparicio se santiguó y con el rostro sereno aseguró que éste y todos los días han sido crucifijos para ella. Y aunque no dejó de sentir remordimiento por pecar de individualista, dadas las circunstancias que padece el país, agradeció el homenaje a la obra de Rulfo.
Y concluyó con una reflexión bañada en realismo mágico: “Juan sigue con nosotros. Aunque en este momento fue a un viaje muy largo por su afán incansable por descubrir lugares, sentir la compañía de los árboles, los cerros y conversar con seres extraordinarios en sitios recónditos. Tal vez fue a esa tierra que menciona uno de los personajes al final del cuento Nos han dado la tierra”.
MOZART. Durante la inauguración también fue presentado el documental Juan Rulfo por sí mismo, dirigido por Paulina Lavista, donde Rulfo “habla con su literatura, con sus fotografías y el impacto que ha causado en otros escritores a nivel internacional”, detallo Lavista.
Aseguró que Rulfo fue un escritor perfeccionista. “Y por eso lo que hizo es casi perfecto. Es un poco como Mozart: un hombre que lo que toca lo convierte en algo extraordinario”.
El documental tiene una duración de 50 minutos y en éste se puede escuchar a Rulfo leyendo algunos fragmentos de su obra, y a otros autores leyendo sus textos menos conocidos, como La fórmula secreta, Cartas a Clara y textos que hizo para el documental El despojo.
CÁTEDRA. Durante la inauguración, Alberto Vital señaló que en este coloquio participarán investigadores de 12 instituciones mexicanas y 11 extranjeras, quienes hablarán de Rulfo —distinguido con el doctorado Honoris Causa de la UNAM en 1985— desde diferentes ángulos.
En la inauguración también intervinieron Aurelia Vargas, directora del IIF, Víctor Jiménez, director de la Fundación Juan Rulfo, y Estela Morales, Coordinadora de Humanidades.
Mañana concluirá el coloquio El llano en llamas. 60 años: reflexiones multidisciplinarias que se realiza en el IIF y el auditorio de la Coordinación de Humanidades. Entre los investigadores que participan se encuentran: François Perus, Rafael Olea Franco, Heriberto Yépez, Julio César Moguel, Víctor Jiménez y Paulo da Luz Moreira.

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