Es incongruente
golpear a la región productora de alimentos cuando el objetivo de Peña es una “cruzada contra el
hambre”
La renta monetaria usurera detrás de Conagua y del instrumento que es
Padrés
Por Alejandro de la Torre
(Primera de dos partes)
Cd.
Obregón, Son.- En una etapa de confusión generada por la terminación de la tubería
del acueducto “independencia” y por el llamado “trasvase” de agua “ilegal” de
la cuenca del Río Yaqui para surtirlo, en extensa entrevista Alberto Vizcarra
Osuna uno de los principales protagonistas del movimiento ciudadano por más
agua, responde y explica el fondo del problema que para él es la actividad
especulativa trazada por la rentabilidad monetaria que definió a la Comisión
Nacional del Agua durante los últimos doce años y que Peña Nieto no se ha
atrevido a romper.
Para
Vizcarra Osuna el acueducto es una imposición de la misma manera como Guillermo
Padrés se impuso como gobernador a causa de la tragedia de la muerte de los
niños de la guardería ABC.
“A
un mes antes de la elección del 2009 no había ningún pronóstico que indicará
que Padrés iba a ganar la gubernatura las encuestas le daban 12 puntos abajo y
a raíz “del efecto guardería” se empezó a crear la cobertura para explicar su
crecimiento electoral y terminó siendo el argumento editorial de los grandes medios
nacionales, estaba tan meticulosamente elaborado el guion que pareciera que
estuvieran esperando a que ocurriera”, afirma el activista. “Este factor indica
el tipo de fuerzas y muestran los intereses que están atrás de actual
gobernador”.
En
marzo de 2010 Guillermo Padrés anunció la construcción de un acueducto desde el
desemboque del represo “El Novillo” para surtir de agua potable a la capital
Hermosillo, este plan no fue presentado en sus propuestas como candidato de la
misma forma como siempre anunció durante su campaña que no incrementaría impuestos,
haciendo lo contrario en el tercer año de su sexenio con la escalada de nuevos
impuestos creados encabezados por el famoso “Común”.
Vizcarra
arremete: “No se le pueden reclamar argumentos, no tiene personalidad propia,
ni vida intelectual, se le conoce una persona instrumento, para lanzarse sobre
acciones descabelladas que una persona normal no haría. Padrés se
autosugestiona como una personalidad insólita y eso le produce placer y se
lanza por el acueducto cuando ya había sido finamente acariciado con el sexenio
de Beltrones cuando se pagaron millones de pesos para el proyecto ejecutivo,
teniendo en su momento fricciones muy fuertes con Conagua”
Conagua
caracterizaba hace 20 años a la cuenca del rio yaqui de un equilibrio muy
precario por una cuestión elemental ya que tiene y se preveía una demanda muy por
encima de su escurrimiento, tanto de parte de la minería, tribu yaqui, pueblos
rivereños, la actividad agrícola y las ciudades del sur de Sonora.
Por
eso Conagua se opuso al acueducto por una cuestión técnica, calificándolo inviable
y de no sustentabilidad, sin embargo con Fox y Calderón se consolidaron
intereses financieros sobre la estructura de ese organismo y se hicieron
proyectos en función de la renta monetaria de los proyectos, que no tienen que
ver con desarrollo económico, “Sergio Sotopriante, entonces encargado de Infraestructura
Hidroagrícola de Conagua nos lo dijo, -manifiesta Vizcarra-, ‘la política de
inversiones de proyectos hidrológicos es estrictamente en razón de la
rentabilidad monetaria, nos reditúa más dinero un metro cubico de agua en la alberca
de una hotel’…”.
Esa
política está detrás del acueducto, el instrumento es Padrés, los criterios de política
económica algunos empresarios o que se dicen empresarios, terminan siendo
intermediarios de estas operaciones pero no son los que al final de cuentas los
que se quedan con el manejo del recurso. Los empresarios de Hermosillo que
están en torno al acueducto viven de comprar barato y vender caro,
constructoras que compran lotes baratos y venden fraccionamientos caros, no son
gentes que produzcan si no es gente que especula, no es lo mismo producir que
especular, explica el integrante del movimiento ciudadano.
Los
empresarios son lo que se benefician pero en términos de negocios privados,
pero no son los que diseñan estas políticas de Conagua. Los diseñadores son lo
que se podrían quedar con la renta de obras de infraestructura, como Carlos
Slim que se quedan con la renta en los esquemas de inversión publica-privada,
como puede haber alguien que se quede con la renta del acueducto por 30 años
para pagar la deuda.
Lo
que tenemos es una estructura parasitaria especulativa sobre un recurso –agua– que
en Sonora no alcanza, pero el resultado en términos de economía no de renta
monetaria, de crecimiento físico de capacidades instaladas, no ocurre.
Peña Nieto y el PRI no
defienden
Con
esta ofensiva contra la cuenca del rio yaqui y contra el valle agrícola, se
crea una megametrópoli en Hermosillo a costa del desarrollo de los demás
municipios, se crea el rostro típico del subdesarrollo, no solo a costa del
desarrollo de las demás regiones si no en contra de la región fundamental de
producción de alimentos.
Y
este escenario se produce con una administración que tiene como lema una
cruzada nacional contra el hambre. En medio de esta, se crucifica al Valle del
Yaqui. Peña Nieto ha dicho dos cosas, reconoció en campaña en una presentación
con el Consejo Nacional Agropecuario como candidato, que el escenario mundial había
cambiado, que los alimentos comprados en el exterior ya no son más baratos que
producirlos aquí, dijo que ese criterio se había acabado y que México tenía que
realizar un giro radical en política alimentaria, regresando al fortalecimiento
de la capacidad nacional para producirlos.
Sin
embargo la conducta del gobierno federal no es congruente con su política y su
cruzada contra el hambre ni con su propósito de autosuficiencia alimentaria. Lo
elemental seria proteger a las regiones que ya producen si no generas nuevas,
pero mucho menos es congruente golpear a las que ya producen.
Aquí
lo que se está dirimiendo en Sonora es si el gobierno de Peña Nieto se va a
rendir frente a los poderes financieros
que pretenden convertir el agua en mercancía, solo para palanca de renta
monetaria y retirarle ese insumo fundamental a la producción nacional de
alimentos, política deliberada de intereses financieros supranacionales que
quieren que México profundice su dependencia alimentaria, por intereses
monetarios que generan una política de dominio de subyugación y de despoblación,
ya que para ellos “sobra gente” hay demasiados comensales y se logra esto
destruyendo las capacidades instaladas para producir.
El
PRI en estos momentos tiene corresponsabilidad de la aceptación del acueducto,
y pensó que podría tratar al Movimiento Ciudadano como una extensión del partido
y no lo es, el movimiento tiene una propuesta programática para resolver el problema
del agua en Sonora y el país.
Para
nosotros –termina diciendo Alberto Vizcarra– con una política de más agua nos uniríamos
todos y no de redistribuir la que ya existe y no alcanza, como la construcciones
de capacidades instaladas como una planta desaladora de agua de mar y el
proyecto del Plan Hidráulico del Noroeste.
Pero
el Estado está sirviendo a la renta monetaria y está siendo el instrumento de
quienes tiene control sobre la renta para controlar a la sociedad en todos los
sentidos incluso para que la sociedad no piense en términos de progreso si no para
que tenga una cultura autodestructiva. Y a los que quieren romper esos
controles estas gentes se están parando enfrente de la puerta y están diciendo “no
entras, no solamente no entras si no que aquí te voy a matar, a ver aquí enfrente
de la puerta”. El Acueducto se está imponiendo como una realidad de fuerza, no
tiene elementos técnicos, no tiene elementos legales, no está asociado a ningún
proyecto de desarrollo económico real, y se está imponiendo de la misma manera en
que se impuso Padrés.
Entonces
la gente se pregunta ¿Ah que pasa?, qué tipo de bestia estamos enfrentando aquí,
porque este individuo es un imparable, porque nadie lo puede detener? Por qué
el nuevo gobierno federal está titubeando? ¿Estará titubeando ante Padrés?
La
verdad es que está titubeando frente a los intereses financieros supranacionales
que durante los últimos 12 años en este caso ocuparon la Conagua y la Conagua
pasó a ser una extensión de los grupos privados que especulan con el agua en
este país, ese es el problema, y quieren usar el caso Sonora, como un golpe paradigmático
de que se va a consolidar la política de que el manejo del agua se basa en razón
y función de la renta monetaria y se le retira a la agricultura aunque eso
represente una cruzada de muerte en vez de una cruzada contra el hambre.
Continuará…
El déficit de El Novillo, la
complacencia del PRI
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