lunes, 12 de junio de 2023

Béhene hoy Pitahaya, para Wikit

WIKIT ETERNO

Béene!: La “Vieja Casa”, mi Casa, Béene.
Santos García Wíkit

Para los arquitectos interesados en la historia del urbanismo y de la arquitectura en Sonora, el pueblo de Belem o Pitahaya nos ofrece espacios tradicionales en su imagen urbana entre la iglesia, la comunila y la arquitectura histórica características de los 8 Pueblos Tradicionales Yaquis asentados sobre el río Yaqui después de varios tratados de paz con el gobierno federal.

Este reportaje periodístico es con la idea de compartir el ambiente natural, los espacios abiertos y la arquitectura del lugar de “nacencia” del escritor Santos García Wikit e influenciaron en el niño “Pájaro Coyote” y en su creatividad literaria narrada a él en su lengua yuto azteca por su abuelo, el jefe Seamos.

La Vieja Belén, situada al sur del poblado de Pitahaya fue una ranchería asentada en la desembocadura del río Yaqui y en el estero Las Tortugas; en 1619, fue la misión de San Miguel Arcángel de Benalei o Belén por el jesuita Andrés Pérez de Ribas y en la época del padre Kino: El Puerto del Yaqui hasta la expulsión de los jesuitas en 1767. De este glorioso pasado sólo quedó un montículo de tierra de la vieja iglesia de adobe, una ramada ceremonial, el altar y el campo Santo.


A partir de la paz de Pitahaya en 1909, se repobló el pueblo de Belem con varias familias, pero, a la falta de agua se reestablecen en la ranchería de Pitahaya donde se construyó la actual iglesia de San Pedro y San Pablo de Belem en 1920 durante la pacificación del ex Presidente de México, Adolfo de la Huerta. En 1950, con la presa El Oviachic se agravó la escasez de agua obligando a sus moradores a emigrar a Las Guásimas y a Pótam o morir de sed. Mejor dejo al profesor Wikit que nos guíe en un recorrido emocional por su pueblo descrito en este bello poema complementado con el arte de la fotografía y la belleza de la arquitectura histórica.


¡Béene: Mi Casa, mi Pueblo!

--Apartado del bullicio de comercios, de gentes citadinas,/ está este pueblo famoso en los anales de la Historia y de la Fábula Yaki./ “Reliquia venerable” de la vieja Pusolana,/ lugar de Poesía y de silencio,/ como entregada a un sueño de siglos,/ cual si a contarnos fuese los graves secretos de la eternidad.

Esta “Tierra Madre”, ni el telégrafo al tender sus vibrantes hilos sobre triste calzada,/ ni la Locomotora a surcar bebiendo los vientos de esta campiña austera, la ha cambiado./ Por aquí ha pasado la vida Yaki, desde los tiempos de los Sules,/ de las costumbres viejas, hasta el ocaso del siglo XVIII con sus postreras lumbres de vida Yaqui.

Aquí está en materia y en espíritu,/ mirándonos con sus cuencas vacías,/ como órbitas de las calaveras,/ hablándonos de la vida y de la muerte, de la Leyenda, de la belleza y de la verdad. Aquí está la Edad Media hecha poema y símbolo en la imagen esbelta soñadora y espiritual./ Aquí amanecen los primeros albores,/ dando gloria y nimbo a la figura de Tetabiakte y todos esos singulares Yakis que pasearon sus armas.
Béene cerrando la última página de su Historia se acostó a dormir el sueño eterno,/ a la sombra de sus viejos y melancólicos mezquites,/ el aroma inextinguible y sutil de 10 siglos de vida humana./ Pocos lugares de meditación y de ensueño habrá más bellos, originales y deliciosos,/ que este amable pueblo de Béene.

Un torpe afán de prosaicos y vulgares reformadores van borrando poco a poco la fisonomía de los Pueblos de la Pusolana,/ lugar donde se saborea la Poesía de lo pretérito, relicario de nuestro arte y espíritu,/ va perdiendo su carácter por un burdo concepto de Civilización,/ como si esta consistiese en la línea recta y en las “casa-colmena” de siete pisos,/ y en extrañas novedades no cupiera un sano y artístico progreso,/ en la evolución natural de la “Casa Vieja”, mi casa, Béene--.

Escrito a fines de los 80s por Wíkit.





Fotografías de Alejandro de la Torre año 2008 DR.

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