El “periodismo” en Sonora y en México en su peor momento
Por
Alejandro de la Torre
Generar ideas es superior a
cualquier tipo de periodismo, y así como las ideologías marxistiadas en un polo
y las neoliberales del otro polo, sufren a estas alturas de las segunda década del
siglo, del peor contenido desde que se inventó la imprenta en 1450 y el Internet en 1982, así el periodismo y los partidos políticos son recipientes vacíos
y groseros que buscan solo las ventajas inmediatas.

El presunto periodismo
internacional, el nacional y los regionales fallan igual como fallan las
posiciones originales de los partidos políticos, se encuentra en su peor
momento.
La búsqueda del subsidio
gubernamental, de lo que quiere el poder para reproducir sus redes comprando
conciencias o marginando a los honestos, de la represión a la crítica y la investigación, y la prostitución de las ideas y de la información, reflejan la
peor etapa de lo que se da en llamar periodismo.
Esa postura de criticar la corrupción de medios y de famosos periodistas, embiste entre las patas a los
que hacen buenos reportajes, objetividad en los datos y la indagación de
verdades que le incomodan al nuevo poder que no tiene nada de nuevo más que el
cambio de algunas formas.
Enfrentar a los viejos y
grandes chayoteros del anterior régimen que se hicieron muy ricos con el
embute, también perjudica al periodista honrado, no chayotero, que con mucho sacrificio
busca la fuente verdadera y termina siendo golpeado también y arrinconado en el
desprecio oficial y también en el desprecio de los empresarios que viven del “nuevo”
régimen federal que ha pagado cada año más de 4.5 mil millones de pesos en
publicidad, y que con cinismo dice que se ha ahorrado lo que se pagaba al doble
con el peñato o con el calderonato.
Loret de mola, Ciro, Aristegui,
Reforma, El Universal, El financiero, y una veintena de medios y chayoteros del
pasado, golpean todos los dias al mecenas del presidente de la república que
entrega millonarios recursos a sus medios, dejando en la marginación a un sinnúmero
de pequeños jornaleros del periodismo que algunos de ellos han sufrido incluso
el homicidio y la represión de gobernadores, funcionarios, de delincuentes
narcos y del mismo presidente que no tiene límites en muchos de sus desplantes
mañaneros.
La calidad de la producción
de ideas y de la difusión de hechos sociales vive su peor momento, los que
antes no obtenían embute o pago de facturas, hoy les reparten y vuelven a
enviciarse con el subsidio oficial, generando una mediocridad que solo se
dedica a cubrir la fuente informativa del poder en todos los niveles públicos
aniquilando la honradez intelectual y de criterio, prostituyendo la profesión como
nunca en la historia.
Esa es la causa de que el
gobierno federal no tenga defensores, no tenga apologistas y que puedan
contagiar a la población de lo que puede concebirse como logros de gobierno, que
si debe de tenerlos pero que no pueden elogiarse por la discrecionalidad para
ejercer el poder público con en el mismo esquema del viejo régimen, aunque se
beneficien menos que antes con actos obscenos o incluso corruptos pero que al
repartir embute o agarrar facturas a algunos que surgieron de las “benditas
redes sociales”, o medianos medios que han ganado espacios y de algunos medios
que han recibido millonadas de publicidad oficial de forma incomprensible como
Tv Azteca, Televisa, Radiofusoras, La Jornada y otros.
Así se repite el esquema en
la esfera estatal, que Alfonso Durazo reparte millonarias sumas a Televisa, El
Imparcial, unos cuatro grupos radiofónicos, otra media docena de impresos y
algunos portales de internet que meten sus facturas aunque sean poco extensivas
sus notas que replican los boletines oficiales.
Esta práctica del gobierno
de Durazo no genera un periodismo honesto, y los que en su momento han hecho
buen trabajo de forma esporádica, hoy ni a eso llegan, bajando el nivel y
repitiendo el vicio de adular y solo cubrir al poder estatal o legislativo o de
los ayuntamientos, el periodismo dejó de serlo y se convirtió en chayoterismo
de nuevo tipo, de la era de la cuarta.
El periodista marginado de
las facturas y contagiado del embute, se denigra y cae en la peor mediocridad, caen
en la pésima costumbre de grillar, de golpear o adular, por un corto dinero, cuando
la gente requiere que sean difundidos sus problemas, sus reclamos, cuando la
pobreza no haya reflejo en el funcionario ni en las dependencias, cuando las
injusticias no encuentran eco en las oficinas refrigeradas, cuando la corrupción
se solapa, cuando la buena calidad de escritos y la descripción de los hechos
requieren honestidad y reflejo leal requerido por los lectores o los
espectadores, cuando la democracia es pisoteada y la eficiencia de funcionarios
va aparejada con lo sinvergüenzas que son para manipular los recursos y
proyectar su imagen y como consecuencia aspirar a una u otra candidatura o a
otro puesto con mejor influencia política. Es un periodismo peor que el
periodismo que se hizo con el “régimen corrupto prianista”, ídem como lo catalogan
hoy los moreprianistas.
La sociedad requiere ideas,
alternativas y se detecte lo que sigue haciéndose mal o con corrupción, la sociedad
requiere que se atiendan sus reclamos de justicia en los órganos responsables,
reclama que se acaben los delitos y la barbarie de los asesinatos y el tráfico
de drogas. La sociedad requiere que se encuentren las fórmulas para que haya
servicios y obras sin corrupción, crezca la economía, haya mayor progreso y
trabajo para todos.
No hay generación de ideas,
lo que se hace en el Estado de Sonora la mayoría de “los medios” chicos y grandes,
incluyendo a los que aparentan ser honestos periodistas pero que cobran
facturas, de sus columnistas, de sus comentaristas en programas de “análisis”,
es tan mediocre o más mediocre que nunca, si antes se adulaba a los priistas
para que ambicionen seguir en los cargos o proyectarlos para otros cargos de elección
cobrándoles chayote, ahora se hace con los moreprianistas y que siga la fiesta,
porque lo que se busca es el chayote grande y también el chayote prostituidor.
Que lamentable.
Generar ideas no es hacer “periodismo”
ni periodismo, no es fácil. Dentro del área de la conciencia cerebral hay un
pedacito incorruptible protegido por la razón humana, ese pedacito es la proeza
para aportar ideas, razonamientos, que muchos por el hambre o la ambición
traicionan, ese pedacito es nuestra única salvación, protejámoslo. En estos
momentos la amplia mayoría lo ha vendido, que buscan bloquear a las ideas, sin
embargo las ideas son tan fuertes que se abren paso. Hay esperanza.
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