Debacle padrecista
Por Alejandro de la Torre
Por Alejandro de la Torre
1.-
La misma historia
Haremos historia, decía el eslogan de miles de
pendones pegados en la vía pública a dos semanas de la elección del 5 de julio
de 2009. Grabados con pronunciadas letras azules se suponía que la historia
cambiaría al derrotar al PRI. Porque ¡todos hacemos historia!, solo que nuestra
historia no se escribe en libros, ni en el Diario Oficial, ni en las circulares
surgidas desde el aparato de gobierno o tan siquiera en los decenas de
panfletos condicionados por el presupuesto de comunicación social del gobierno.
Entonces esta “nueva” historia todavía estamos esperando se escriba para dejar
un legado a los que la revisen en el futuro, pero lamentablemente los que harían
la historia la hicieron igual a 3 meses de que finalice su trama. “Este era un
gato con los pies de trapo y la cola al revés, ¿quieres que te la cuente otra
vez?”.
2.-
Legitimidad en crisis
La esperanza de que las cosas se tornarían en
otras es ahora decepción. La esperanza de los papás de los niños de la
Guardería ABC de que Padrés tocaría la puerta de la justicia y llamaría a
cuentas a los dueños de esa subrogación y a Bours. La esperanza de doña María
Nieves que falleció por cáncer y Ramona Guzmán de que Padrés era un halo de luz
para la liberación de Rafael, hijo y sobrino de ellas, preso injustamente como
chivo expiatorio por el robo de Sepsa en octubre de 2004. La esperanza de miles
de pisoteados en sus derechos humanos de que sería abierta al acatar y fomentar
la labor independiente y eficaz del “autónomo” organismo estatal, que ha dejado
mucho al garete sobre todo por su inexpedita justicia. La esperanza de centenas
de miles de sonorenses en la pobreza, del cambio de las condiciones económicas
sobre todo para generar fuentes de ingreso y trabajo hoy batidos en el
desempleo, las dádivas gubernamentales y la competida actividad informal. La
esperanza de la sociedad y de los familiares de las víctimas de los miles de
asesinatos sin resolver y de personajes de la vida pública (Margarito Montes
Parra, Francisco Javier Meza Soto, Ernesto Cornejo Valenzuela, entre otros) que
esperamos los indicios de las investigaciones, que digan que habrá resultados
para encontrar a los culpables. La esperanza de la sociedad civil que sería
coparticipe de la obra gubernamental, de las decisiones públicas, y en vez de
eso desde la alta esfera padrecista se convulsionó la estabilidad política en
la región del valle del yaqui forzando a la construcción del acueducto El
Novillo. La esperanza del criterio público y la inteligencia de que las
conductas de la clase política ahora vestida de azul, ocasionadas por el
proceso electoral, la compra de conciencias, las dadivas electorales, la
simulación en la designación de candidaturas, la manipulación desde el aparato
público, patética intervención del principal funcionario gubernamental Roberto
Romero López, nos indicarían que los métodos priistas no serían copiados, sin
embargo han sido multiplicados y pronunciados. Todo esto dio al traste con la
credibilidad del actual sexenio y se sufrió la etapa más grave de crisis de legitimidad.
3.-
Crisis de mando
Experto en las lides electorales desde que fue
coordinador de la campaña de Ramón Corral por la gubernatura en 2003, Guillermo
Padrés Elías a pesar de ser un político joven 45 años de edad mostró al
contrario ser un pésimo gobernante mal conduciendo los destinos de una entidad
que ha evolucionado con mayores demandas y contrastes que amerita un cambio de
régimen político desde hace dos décadas. También mostró actitudes obstinadas
propias de la derecha en la conducción de la gobernabilidad estatal que minaron
su capacidad de mando, manteniendo un mando tipo emperador, muy similar hasta más
rústico que los últimos tres gobernadores priístas. Con una plana de
funcionarios mas que inexpertos, también inmaduros en el ejercicio público y
todavía peor tracalero prefiriendo impnerse en vez de concertar, lo que
ocasionó que si bien consiguieron sin grandes sobresaltos hacer caminar la
operación institucional a la larga los malos detalles se acumularon hasta ver
una estela dañada al desempeñar los altos cargos del aparato gubernamental que
se revierten haciendo reventar la estabilidad política.
4.-
Crisis moral
Antes de una crisis política, la autoridad que
manejó los destinos del Estado libre y soberano de Sonora, sufrió de una crisis
de autocredibilidad, –esto es que los que la desempeñan no creyeron en sí
mismos–. La incongruencia entre la expectativa y los hechos generaron que los
discursos y la acción se enfrentaran, generando una grave confusión moral
interna, por la enorme separación entre lo que se esperaba de parte de la
sociedad civil, –contenido en las promesas de campaña y de presentarse como una
alternativa ante el régimen priista–, y lo que el poder público encabezado por
Guillermo Padrés demostró. Los altos sueldos de los funcionarios, los numerosos
casos denunciados en corrupción y desvíos de recursos, el discrecional y alto
gasto en parafernalia, comunicación social y viáticos, un sistema de
transparencia simulado y adhoc para no informar nada, y la verticalidad e
imposición de programas y recursos idéntico al priista. Todo esto generó que al
gabinete padrecista lo inundara el cinismo y la arrogancia, reconociéndose que
su principal característica fallida fue la incongruencia para cumplir con una
administración austera y eficaz que esperaban los que los beneficiaron con el
voto. La moral ha caído por los suelos y ya todo es válido, lo que hunde a la
administración pública en tentaciones corruptas, también caldo de cultivo para
denuncias originadas en la oposición priista.
5.-
Crisis económica
El sexenio panista no generó crecimiento, ni
con el gasto en obra pública ni con la promoción de inversión privada. Permeó
por ejemplo en Cajeme un incremento de los delitos del fuero común, el incremento
de los índices por robo simple y los homicidios vinculados con el narcomenudeo,
también provocados por la falta de ingresos y empleo, además de una mayor
migración no solo de jóvenes que no encuentran empleo en la maquiladora sino
también de los egresados de sus “orgullosas” 12 universidades que emigran a la
frontera o a los EU. En Sonora en dos años no se ha instalado nueva industria
maquiladora, el discutido recinto fiscalizado fue un fracaso, el gasoducto tan
anunciado no se concretará en el corto plazo, el campo sonorense creó solo
empleo temporal y focalizado en algunos cultivos, la Ford se mantuvo en los
mismos niveles. La cantidad de pobres ubicado en más de un millón de habitantes
sonorenses junto a los raquíticos salarios pagados por maquiladoras y cadenas
comerciales mostraron la incapacidad institucional para reactivar la inversión
y el empleo formal.
6.-
Crisis de seguridad
Si bien no podemos considerar a Sonora como un
estado convulsionado por el narcotráfico, cerca de 2 mil homicidios perpetuados
en el sexenio de Eduardo Bours a la fecha no se resolvieron con investigaciones
mochas, procesos desvirtuados, juicios inconclusos y de plano sin absolutos
avances para localizar indicios y pruebas de culpabilidad. Todavía más, la
incredulidad existente en los nulos resultados presentados ante los homicidios
de conocidos casos como el del directivo de Concatrapsa Javier Meza, de Margarito
Montes y de su familia asesinada arteramente o del líder político Ernesto
Cornejo permanecen en la oscuridad y la impunidad. Los 500 homicidios de enero
de 2010 a enero de 2015 marcan un hito en la historia de la inseguridad pública
en las calles de la otrora tranquila y estable antigua Cajeme. Aunado a toda la
estela de violencia vemos agentes de la policía estatal investigadora, ineficientes
que llegan cuando los hechos en la escena del crimen ya han pasado, así renunció
el procurador boursista Abel Murrieta en 2012 pero dejó la víbora chillando,
logrando echarle tierra a la investigación del crimen de la guardería ABC y a
toda la estela sospechosa de su intervención tendenciosa de conductas
criminales desde el puesto de procurador, asumiendo posteriormente el mismo
cargo el panista Carlos Navarro que entre sus logros más importantes fue
detener a los yaquis Mario Luna y Fernando Jiménez y enviarlos a prisión con un
proceso penal amañado y politizado por la lucha contra el acueducto de Padrés.
7.-
Crisis presupuestal
De 43 mil millones de pesos es el gasto
ejecutado anualmente por el gobierno del Estado. De esa cantidad se utiliza el
41 por ciento para Educación y el 9 por ciento para Salud, pago de sueldos y
manutención de los sistemas educativo y de salud, y el siguiente rubro más
importante es el Desarrollo Municipal que se lleva el 13 por ciento. La causa
del conflicto por el presupuesto se origina por la desaparición del cobro del
impuesto de la Tenencia Vehicular. Este caos presupuestal ocasionó un shock de
las finanzas públicas. La irresponsabilidad entre diputados del PRI y los
administradores gubernamentales se compartió ya que tanto peca el que mata la
vaca como el que le jala la pata. Este escenario nos dio la oportunidad de
evaluar el daño que se le hace al dinero público. El régimen en los gobiernos
priistas manejó los recursos públicos a conveniencia de unos cuantos sin rendir
cuentas a unos fiscalizadores que reciben su tajada como son los diputados del
congreso, mucho menos a los ciudadanos. El pueblo no sabe de los recursos que
fluyen desde las disposiciones emitidas por el poder de la firma del gobernador
en turno, de tesoreros, secretarios de hacienda y titulares de las
dependencias, recursos públicos que se manejan como patrimonio del gobernante
reproduciendo la obediencia cuasi de un rey por el poder que le da el disponer
de abundantes fondos económicos. El celo de los otrora benefactores del sistema
priista hoy minan como buenos despechados la capacidad del gobierno que no es
el suyo hasta hacerlo estallar en pedazos si es preciso. Y por otro lado la
arrogancia del ejecutivo de no evaluar y prever la reacción provocadora y
terrorista de los priistas que le permitiera concertar y no llegar a la peor
crisis presupuestal de la historia.
8.-
Crisis legislativa
El Congreso inoperante poder legislativo
inmundo, a causa de los priistas y también por la ineficiencia de los panistas
que no presentaron propuestas de leyes urgentes para el Estado de Sonora, se
llenó de avaricia y traición no solo al tener a su disposición abundantes
recursos que debieran servir para facilitar la participación de sus
representados en la confección de nuevas normas y promociones para eficientar
la función gubernamental, si no al pretender sin recato, una tercera parte de
sus integrantes, brincar a otros cargos públicos sean federales o municipales.
Un parlamento que no parlamenta, un legislativo que no legisla, unos diputados
que no diputan, o sea que no cumplen con su comisión para la cual fueron
electos y sin embargo ejercen 250 millones de pesos anuales de dinero público.
Debiera, si no cumple con su cometido legal, ser disuelto, porque sale más caro
el caldo que las albóndigas.
9.-
Crisis electoral
La inoperabilidad del poder público se enmarca
en la calculadora mente perversa de querer de nueva cuenta relegirse por otros
tres años con un proceso electoral igual de viciado. El escenario se presta de
nueva cuenta para disputarse entre dos fuerzas, -PAN y PRI-, el paquete del
mayor número de plazas políticas que les permitan aterrizar sus proyectos de
ambición para seguir ejerciendo ese poder. No tan solo les da curules o cargos
burocráticos bien pagados si no también les da un radio de maniobra para
obtener beneficios superiores, como obra pública, crecimiento de empresas
ligadas al presupuesto, insertar en la nómina a familia y compadrazgos, o
terminar por concertar canonjías con fuertes intereses privados. Todo esto se
enmarca en una estructura de organización electoral que tiene vía libre para
hacer de las elecciones otro gran negocio e incluso como dicen los
antecedentes, con el concurso del narcotráfico. El organismo que prepara las
elecciones y es supuestamente garante de ellas se hace de la vista gorda para
permitir carretadas de millones de pesos en el gasto de campañas, de corrupción
en los medios de comunicación y violación de las reglas electorales,
coludiéndose con el gobierno que pertenece al mismo partido político. El buen
juicio del elector queda hecho añicos y el voto más ajetreado que un calzón en
una casa de prostitución.
10.-
Reiniciar la historia
Pero no queda más que confiar en el futuro. En
que los ciudadanos empiecen a exigir cuentas y castigar a los mal portados. En
que la gente con buen sentido pueda participar ejerciendo no solo un voto que
ha sido llevado a su mínima expresión legitimadora, sino también los recursos
de apelación legal y moral que tiene a su alcance. Hay que reconstruir la
historia, hacerla de los ciudadanos, construirla del pueblo y desde el pueblo.
El camino será alumbrado por la justicia y la democracia, no por el teatro y los
bufones. Es buena hora para escribir la historia, la verdadera historia.
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