jueves, 18 de abril de 2024

Me ando haciendo del baño con la 4T

Baños

Por Alejandro de la Torre

Crónica del desecho

Es grave lo que sucede en Ciudad Obregón con respecto a fugas de agua de deshecho doméstico, conocidas como drenajes abiertos o colapsados.

Mientras no haya una epidemia bacteriana no habrá alarma sanitaria en el gobierno, pero la mayoría de la población tiene infecciones estomacales que no se les quitan, a causa de que en cualquier parte “hace sus necesidades”. En todas partes lo hace.

La actual cultura del deshecho en nuestro país no solo parte de que la población no separa la basura, en orgánica e inorgánica, esto es, que la pésima educación que se imparte no infunde el hábito normal y cotidiano, de separar el plástico y lo no degradable de la materia degradable natural, si ni tan siquiera hay depósitos, mucho menos dos depósitos azul y verde, y esta sería una actividad cotidiana de cualquier ser vivo, separar el deshecho para conservar su propia vida.

La cultura del desecho es peor en lo que se refiere a la existencia de “baños”.

El espacio destinado para el desecho digestivo es el mas descuidado en la capacidad de la gente para autoconservarse, con mucha mayor razón, la desinfección “después de ir al baño”.

Y esto se demuestra con la acumulación de agua verde lamosa cuando no se reparan los drenajes en decenas quizás centenas de fugas citadinas, los vecinos durante meses ven el agua hedionda al pasar, le sacan la vuelta, les salpica cruzando por ella, y la tocan con los zapatos, las llantas o las bicicletas o los perros callejeros se remojan inevitablemente, todo se vuelve indolente aspirando bacterias en una costumbre patética. La autoridad responsable del alcantarillado, al no existir queja es más indolente.

En el instituto llamado tecnológico y superior, y de Sonora, su rector, inaugura “baños” con espacios refrigerados, gastando 4.2 millones de pesos.

Lo contrastante de esto es que nunca han habido “baños” en ninguna parte y en toda la historia urbana de Ciudad Obregón, los cuales use la población, una consecuencia de una cultura arraigada que se arrastra por el campesinado que hacia en fosas, o dentro de la milpa.

La gente se prendía hace años de las llaves para tomar agua, -esto se acabó–, y orinaba en cualquier baldío, ya no tenemos que describir la actividad que se conoce “del 2”.

Con los expendios de comida rápida, cantinas y demás, los líquidos tuvieron buen destino, mas no lo demás.

Los “baños” públicos conocidos, siempre fueron los del mercado municipal, los de la central camionera y párale de contar edificios propiedad pública, pero que ahora cobran por usarlos, además de los árboles, las bardas y los callejones que siempre han sufrido los platos rotos.

La vida urbana tiene un grave problema que es disuadido en la disipación mental de cualquier persona cuanti mas del funcionario que es responsable del orden y se hace de la vista gorda, únicamente salvada la situación cuando un cuico detiene a algún borrachín desahogando en la vía pública.

La población no cuida sus “baños” particulares, los de sus domicilios, por la velocidad de la vida para sacar el chivo cotidiano que no alcanza mucho menos para tener tazas limpias, con tapaderas y drenaje funcionando. Una muestra es el tianguis en donde cobran de 5 a 10 pesos por el uso de retretes. Los supermercados y las tiendas departamentales, no tienen retretes higiénicos y las autoridades de la secretaria de salud, son corruptas aceptando mochadas para que nunca se les de mantenimiento conforme a la ley.

La palabra “baño” utilizada por el rector Héctor Hernández que tiene un doctorado, está pesimamente mal empleda, por que el baño es cubrir el cuerpo de agua o de cualquier cosa, y aquí solo se le echa a las manos con jabón. Ahí no hay baño.

Y si el rector de la gran institución de educación no sabe usar una palabra, ¿cómo estaremos el resto de los ignorantes del pueblo?.

Por eso tenemos un gobierno que la caga, sobre todo el cínico de la cuata tanfomachón, que no cambió nada, al no priorizar tapar los drenajes y limpiar las calles de sus aguas hediondas, generando una animadversión prejuiciosa en la vida cotidiana, que puede traer y “dios guarde” una epidemia de salmonelosis o cólera y ahora si se va a “tapar el pozo al ahogarse el niño”.

Pero la gente sufre diarreas, no tiene una vida sana estomacalmente, sus “baños” son lo mas descuidado de sus vidas, así como los botes de basura, un problema desdeñado por malos gobernantes, malos regidores o funcionarios y por un Rector “ignorante”  con doctorado que usa la palabra para referirse al retrete.

No infundir una cultura de la higiene personal es una de las graves carencias del sistema educativo mexicano. Es algo superfluo para el corrupto gobierno incluídos los directores de las escuelas públicas que no infunden la disciplina en los educandos, la cultura de los deshechos que son tan importantes como los hechos. Tan importante es la producción, como el efecto de lo producido, tan importante es el ingreso como el egreso.

Por eso es prioritario el tratamiento de la basura, como la fabricación del producto, por que es un ciclo completo que se corta por la irresponsabilidad de no darle un tratamiento a los desechos igual como no se lo damos a la evacuación de nuestro aparato digestivo que va a parar no sabemos dónde.

El desecho intestinal de millones de seres humanos, ha ido históricamente al mar o a fosas sépticas que no le dan el tratamiento al agua utilizada para su evacuación, como que el razonamiento nos indica que es algo desagradable, y por lo tanto no es parte de la responsabilidad humana.

En Cajeme las plantas tratadoras de aguas residuales fueron construidas con contratos corruptos del gobierno de Faustino Félix Escalante en 1994, que Javier Lamarque en 1997 encubrió de forma patética, y hoy esas plantas están desbordadas o sea los desechos han contaminado los contornos de forma dramática; en otras palabras la caca está aglomerada y todos se hacen de la vista gorda, igual que la tubería que borbotea en decenas de calles obregonenses.

Pero el problema descrito en este relato, no se resuelve con dinero, se resuelve asumiéndolo con cultura y participación de los ciudadanos, no esperando que los gobernantes lo hagan.

La cultura del “baño” es dramática, conlleva enfermedad y salud, mentalidad al asco y a la tolerancia de lo mal hecho, o mejor dicho de lo mal desecho.

Sentar las nalgas en un baño higiénico es de lo mas placentero, así como comer sanamente, genera otra percepción de la vida. Al no existir baños donde la gente y los niños, mejoren su cultura ciudadana, es parte de un problema que es el fondo, resultado de una gobernabilidad corrupta.

Baños, bebederos y reciclado de la basura son parte de una transformación social, de la cual han hecho mofa malos gobernantes cínicos, irresponsables y corruptos. 

Construir retretes y sanitarios públicos así como bebederos públicos y disponer de depósitos de basura homogéneos para todos los domicilios es una disposición de orden digna de una buena gobernabilidad. Hay que cuidar tan siquiera las posaderas, caramba!

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