Pinheiro, es de enfasis completo: "El suelo es vida, se llama humus"
Por Alejandro de la Torre D.
Sebastian Pinheiro, es concreto y directo. "El suelo tiene vida, se llama humus, de humanidad, humano, humildad."
Doctor por la Universidad Humbolt de Alemania, de 71 años de edad, es incansable, parece que se le escapa el tiempo, es ágil y firme, contesta a todas las interrogantes, su demostración va de lo general a lo particular, no pierde visión periferica, es tan cercano que parece que está detrás de ti cuando no entiendes.
Está en Obregón, va con yaquis y mayos mañana 24 y 25 de julio, sabe de la enorme contaminación del valle del yaqui y mayo, del uso explotador de un solo cultivo que ha destruído la capa arable, del acaparamiento de la tierra y el agua, -le recuerdo- y esos mismos terratenientes y acuatenientes, son los que tienen invadida la agricultura de pesticidas generadores de los más altos índices de leucemia y cáncer mamario del mundo, aquí en el sur de Sonora.
Separa, en práctica de laboratorio ante 30 discípulos, el ácido fúlvico del ácido húmico, uno es disolvente en vinagre el otro en etanol.
El ácido fúlvico es mágico, retiene en el suelo los minerales fósforo, potasio, magnesio, silicio, boro, zinc, sin dejarlos escapar, como un pulpo de muchos brazos. Y al causar esto en la tierra, ya no son necesarios los fertilizantes inorgánicos. "El más modesto campesino de Cajeme puede entenderlo" afirma.
Recomienda como sabio la alternativa de la harina de roca, que disminuye drásticamente los costos de producción.
Lucha enérgicamente contra el uso de químicos para abatir plagas, que es una agresión despiadada de las trasnacionales para ganar grandes capitales con la explotación de la agricultura. Dice tajantemente: -Normán Borlaug fue un empleado de Rockefeller-.
"La alternativa a la destrucción y a luchar por la conservación, es la organización".
Sebastião Pinheriro no puede ser desaprovechado, es increíble tenerlo aquí en Cajeme, su sabiduría, su lucha, son incomensurables.
Por Alejandro de la Torre D.
Sebastian Pinheiro, es concreto y directo. "El suelo tiene vida, se llama humus, de humanidad, humano, humildad."
Doctor por la Universidad Humbolt de Alemania, de 71 años de edad, es incansable, parece que se le escapa el tiempo, es ágil y firme, contesta a todas las interrogantes, su demostración va de lo general a lo particular, no pierde visión periferica, es tan cercano que parece que está detrás de ti cuando no entiendes.
Está en Obregón, va con yaquis y mayos mañana 24 y 25 de julio, sabe de la enorme contaminación del valle del yaqui y mayo, del uso explotador de un solo cultivo que ha destruído la capa arable, del acaparamiento de la tierra y el agua, -le recuerdo- y esos mismos terratenientes y acuatenientes, son los que tienen invadida la agricultura de pesticidas generadores de los más altos índices de leucemia y cáncer mamario del mundo, aquí en el sur de Sonora.
Separa, en práctica de laboratorio ante 30 discípulos, el ácido fúlvico del ácido húmico, uno es disolvente en vinagre el otro en etanol.
El ácido fúlvico es mágico, retiene en el suelo los minerales fósforo, potasio, magnesio, silicio, boro, zinc, sin dejarlos escapar, como un pulpo de muchos brazos. Y al causar esto en la tierra, ya no son necesarios los fertilizantes inorgánicos. "El más modesto campesino de Cajeme puede entenderlo" afirma.
Recomienda como sabio la alternativa de la harina de roca, que disminuye drásticamente los costos de producción.
Lucha enérgicamente contra el uso de químicos para abatir plagas, que es una agresión despiadada de las trasnacionales para ganar grandes capitales con la explotación de la agricultura. Dice tajantemente: -Normán Borlaug fue un empleado de Rockefeller-.
"La alternativa a la destrucción y a luchar por la conservación, es la organización".
Sebastião Pinheriro no puede ser desaprovechado, es increíble tenerlo aquí en Cajeme, su sabiduría, su lucha, son incomensurables.
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