miércoles, 15 de junio de 2016

PRI abajo, PAN resuella, Morena reforzado

Paisaje después de la batalla electoral
Por Rogelio Núñez
Las elecciones locales del 5 de junio han dado algunas pistas de cómo se presenta la carrera hacia la presidencia, que tendrá lugar en México en 2018. A diferencia de otras citas, como la de 2009 que colocó como caballo ganador al PRI, en esta ocasión nadie ha logrado distanciarse significativamente.
En estos comicios los que han retrocedido (PRI y PRD) han recibido un fuerte golpe pero no han quedado fuera de juego ni ko. Los que han avanzado (PAN y MORENA) salen reforzados pero no han logrado conquistar una distancia decisiva.
Los candidatos independientes no cosecharon grandes éxitos lo cual manda un mensaje, el de que en 2018 es muy complejo que emerja un candidato exitoso al margen de los partidos tradicionales.

El PRI, debilitado, pero el más fuerte
El PRI sigue siendo el partido con más poder a escala nacional (primera fuerza en el legislativo y presidencia de la República) y local. Ha perdido dos de sus bastiones histórico (Veraruz y Taumalipas). El partido ha sido víctima del desgaste de tres años de gobierno de Enrique Peña Nieto.
“El poder desgasta y ha sido un golpe de castigo después de malos gobiernos. La población finalmente decidió cambiar y elegir la opción que le parecía más viable, en algunos casos el PAN en alianzas con el PRD[Partido de la Revolución Democrática], simplemente fue un agotamiento de los gobiernos malos del PRI, un voto de castigo. Es lo más normal de las democracias que se den los votos de castigo después de tantos años bajo los gobiernos del PRI y éstos eran cada vez más malos: todo el desgaste de VeracruzTamaulipas, la complicidad con el narco, la gente se hartó”, dijo Jorge Chabat, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Pero el PRI sigue siendo la mayor maquinaria política del país, primera fuerza en gobiernos estatales, ostentando 15 gubernaturas; seguido del PAN, con 8; y del PRD, con 4 administraciones. La alianza PRD-PAN gobernará en tres entidades más.
El tricolor, liderado por Manlio Fabio Beltrones, se quedaría con los gobiernos de Campeche, Coahuila, Colima, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Nayarit, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas.
La lista nominal de los 15 estados que pueden quedar en manos del tricolor suma poco más de 36 millones de ciudadanos.
Este fuerte golpe para el priismo obliga a que el partido empieza a prepararse para la carrera presidencial y empezar a definir quién es la figura con más posibilidades para mantener al PRI en Los Pinos: el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; el de Educación, Aurelio Nuño.
Como apunta Pascal Beltrán en Excelsior, “el líder priista Manlio Fabio Beltrones falló. Su partido ganará sólo cinco de 12 gubernaturas en juego, cuatro por debajo de su propio pronóstico. Con esos resultados, no compite más por la candidatura tricolor en 2018. En la capital el PRI sigue sin dar pie con bola: se fue al cuarto lugar, detrás de Morena, PRD y PAN. En la pista del PRI siguen corriendo Miguel Ángel Osorio Chong (no hubo gran violencia el domingo y el PRI ganó Hidalgo), Aurelio Nuño (el PRI ganó Oaxaca, principal reducto de la CNTE) y José Antonio Meade (aunque ser independiente ya no suene tan sexy como hace algunos meses)”.


El resurgir de un PAN dividido
El PAN han sido uno de los grandes triunfadores de la jornada electoral ya que venció en Veracruz, Quintana Roo y Durango –en estos tres casos en alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD)– y en Puebla, Chihuahua, Tamaulipas y Aguascalientes.
El presidente del PAN, Ricardo Anaya, no dudó en calificar de «verdaderamente histórico» este resultado ya que “nunca habíamos ganado más de tres gobernaturas en una sola jornada y ganamos siete”.
El grave handicap para el panismo es que internamente se encuentra dividido entre los seguidores de Anaya, quien ha salido muy reforzado de esta cita electoral, y los partidarios de Margarita Zavala, la esposa de Felipe Calderón, rival interna de Anaya.
La estrategia de Ricardo Anaya ha sido muy exitosa: el PAN retuvo Puebla con Antonio Gali Fayad, “delfín” del gobernador y presidenciable Rafael Moreno Valle; recuperó Chihuahua con Javier Corral y Aguascalientes con Martín Orozco, que ya había gobernado, y por primera vez gobernará Veracruz con Miguel Angel Yunes, Tamaulipas con Francisco García Cabeza de Vaca, Durango con José Rosas Aispuru y Quintana Roo con Carlos Joaquín.
Anaya logra poder en el partido y a escala global aunque la popularidad la tiene Zavala. De todas formas como ella misma admite la contienda interna rumbo a la candidatura por el PAN se pone ‘más jugosa’ con los posicionamientos de Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle, dirigente nacional del PAN y Gobernador de Puebla, respectivamente, como posibles competidores.
Jorge Fernández Menéndez, en el diario Excelsior, señala que “para el PAN, ya habrá tiempo de analizarlo, viene ahora lo más complejo que es administrar el triunfo, gobernar bien en los estados en los que ganó, porque el voto de castigo, veamos si no Nuevo León, se puede revertir muy fácilmente, pero debe saber elegir su candidatura sin dividirse: hoy Ricardo Anaya sale, sin duda, fortalecido, lo mismo que Rafael Moreno Valle y Margarita Zavala, pero los tres no pueden ser candidatos en el 2018, y los tres quieren serlo. Ni siquiera en el año 2000 se le presentó al PAN un escenario tan accesible, pero también más volátil por su propia situación interna”.

La pugna por la izquierda entre PRD y MORENA
MORENA, que lidera Andrés Manuel López Obrador, ha sido uno de los grandes triunfadores pero no ha logrado acabar con el  PRD como su rival a la hora de llevarse el voto de la izquierda. Incluso, frente a López Obrador emerge la figura del jefe de Gobierno de la capital Miguel Ángel Mancera vinculado al PRD.
MORENA fue el más votado en la Ciudad de México en las elecciones a la Asamblea Constituyente de esta entidad con el 35% de los votos pero a solo 4 de PRD que alcanzó el 31%.
Además, Morena logró 22 espacios en la Asamblea Constituyente que redactará la Constitución de la Ciudad de México, el PRD argumenta que tendrá 29 representantes: 19 que obtuvo en la elección, más 2 designados en la Cámara de Diputados, dos en la de Senadores y “seis personalidades propuestas por el jefe de Gobierno”, dio a conocer ayer su líder en la capital, Raúl Flores.
Con esto, el PRD sería la primera fuerza, seguida por Morena, con 22 representantes; el PRI, con 21; el PAN, con 14; Encuentro Social, PVEM y Panal, con 3 cada uno; Movimiento Ciudadano, con 2; el independiente Ismael Figueroa, y una curul que le correspondería al PT por designación en el senado, pero que no ha sido asignada.
Esta situación provoca que para 2018 la única opción para la izquierda sea marchar unidos porque claramente el voto de ese espectro de divide entre López Obrador y el PRD. Además, si bien AMLO tiene el liderazgo carece de estructura nacional la cual si la posee el PRD.
“Muchos han dicho que fue una mala elección para el PRD. Depende cómo se la analice: no ganó, solo, nada. Pero pueden quedarse con presencia importante en Veracruz, en Tamaulipas, en Quintana Roo, en Durango, en Chihuahua (pese a que no fueron en alianza, un sector del PRD apoyó a Corral). Incluso en la Ciudad de México no le fue tan mal respecto a Morena. El tema para el PRD ahora es definir si en el 2018 sigue con el PAN, regresa a donde no lo quieren, o sea con Morena, o va solo. Esa duda no la tiene Morena: López Obrador sigue en lo suyo, estas campañas fueron para consolidar su candidatura para el 2018″, concluye Jorge Fernández Menéndez.

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