lunes, 4 de abril de 2016

El Vacío, gobierno y sociedad ensimismados

Gobierno y gobernados ensimismados, todo pasa, nada pasa
Sociedad sin fondo,
gobernantes sin principios
CRóNICA10
En mi calle hay una acera gris donde se pegan las miradas del que mira a dónde va. Hay un banco que es
tan largo y blanco como el mármol donde iremos a parar. Yo no sé por qué son tan altas las blancas ventanas que miran al cielo. En mi calle el mundo no habla la gente se mira y se pasa con miedo. En mi calle de silencio está y va pasando por mi lado, es un recuerdo desigual. Yo no sé por qué estoy mirando por qué estoy amando, por qué estoy viviendo. Yo no sé por qué estoy llorando, por qué estoy cantando, por qué estoy muriendo.

Silvio Rodriguez (En mi calle)


       La sociedad atraviesa por un ataque de sin sentido. El gobierno actúa con rienda suelta sabiendo de este fenómeno. El capital trasnacional lo sabe pero está en una ruleta de extracción indetenible de la ganancia. Todo debe ser extraído: minerales, mares, subsuelo, suelo, recursos naturales, impuestos, usura bancaria,  sangre de trabajo. Nada debe de pensarse ni cuestionarse, todo está bien, salarios, ambiente, leyes, comercio, economía, todo bajo la línea, nadie diga nada, ni medios de comunicación, ni redes de internet, ni siquiera en la calle. Si lo dices eres blanco del señalamiento, de lo extraño, de lo incompatible, de un extraviado pero peligroso elemento.
Este formato de vida es el Vacío. Aquel paradigma del derrumbe del muro de Berlín y del fin de la historia tiene su repercusión 40 años después. La guerra de Bosnia, el aniquilamiento de Sadamm Hussein, el asesinato de Khadafi, el apocalipsis contra palestina, la destrucción de Siria, el terrorismo de ISIS, la guerra del narcotráfico en México, causas del desvanecimiento del humanismo mundial.
El imperio de la ganancia financiera oprime a la comunidad, genera la depredación de las economías regionales y la concentración de  tres centros de gravedad de poder financiero: China y satélites, Unión Europea con predominancia alemana y EU con la subordinación de Canadá.
Esta es la causa de que el poder de la posesión del dinero oprima las relaciones sociales. Los países y sus poblaciones están subordinados al modo de vida donde la materialidad que da el dinero determina indefectiblemente todo el resto de las relaciones sociales, culturales y humanas.
Los diversos patrones culturales de la comunidad se ven rotos por la imperación del régimen financiero y sus apretadas tuercas: el sistema familiar de costumbres y hábitos heredados, la condición popular ancestral de fe y religión, la institución existente de valores y principios, la esencia de la escuela pública infundida posteriormente a la revolución mexicana, el esquema laboral tradicional que dio ingreso evadiendo la pobreza lacerante, los patrones demostrativos de arte y artesanales, etc.
Todo se ha roto por la sobrevivencia, la competencia salvaje por el ingreso disponible que circula insuficientemente y las conductas pragmáticas del tanto tienes tanto vales. Mientras las oligarcas trasnacionales financieras concentran el peso bruto del capital y ponen y disponen gobiernos, esquemas de vida, y condiciones de las relaciones económicas.
La explotación agravada de la clase obrera industrial hecha por el capitalismo trasnacional aparejada a la opresión ideológica, económica y cultural de las clases bajas y medias del pueblo.
Esta obsesión general por extraer dinero y poder del dinero que impone el régimen financiero trasnacional se traslada al ejercicio del poder público hecha por los gobernantes de los últimos 30 años. Se ha coludido el interés económico personal de los grupos de poder político para valerse de la influencia del poder gubernamental para enriquecer e incrementar sus bienes personales. La capacidad de engañar y manipular con los cánones del ejercicio gubernamental se ha especializado con la utilización de los esquemas y slogans políticos en boga: “transparencia informativa, elecciones democráticas, respeto a los derechos ciudadanos, alternancia partidaria, inclusión de género, participación ciudadana”. Pero en realidad la forma ha cambiado pero no el asiento del recipiente.
Los gobiernos enriquecen a sus personeros, los que ocupan los altos cargos públicos se elevan por encima de la mayoría de la población de forma casi automática por los privilegios que estos dan: hacen y mejoran sus empresas, sus patrimonios, sus cuentas bancarias, sus ajuares. Con la condición de que los altos gobernantes cumplan tres propósitos: la palanca de la simulación demagógica que controla a la sociedad, la estabilidad gobernante sobre y si es preciso contra la sociedad y la protección del interés de las corporaciones trasnacionales contra cualquier amenaza.
Los gobernantes que ejercen los recursos públicos se enrolan en una ruleta para buscar hacer más dinero para su beneficio. Los dueños de los bancos y organismos de usura financiera se envuelven en el remolino de hacer mucho más dinero que los que gobiernan. Y los que se  dedican al tráfico de narcóticos para los consumidores de EU y otros países se suben a la misma rueda giratoria de hacer más y más dinero a costa de la actividad ilícita, dinero que debe ser blanqueado por las mismas operaciones bancarias y con apoyo de los gobernantes. Este círculo viciado de reproducir el dinero, sea capital financiero, capital blanqueado o capital generado por la explotación de la clases obrera somete al resto de los sectores económicos de la sociedad, evidentemente formado por millones de pequeñas entidades económicas, a la competencia desventajosa contra los monopolios y las gigantescas corporaciones, generando entre todos un modelo de rapiña y escasez para la amplia mayoría de la población.
En la descripción de este escenario es como comprendemos que el Estado en México cumple un papel de protector del régimen financiero oligarca imponiendo una concepción de aprobación normal el hecho del control del dinero impuesto por los bancos trasnacionales que tienen los depósitos monetarios del aparato de gobierno, de los millones de dólares depositados por el tráfico de los carteles de la droga y de todos los recursos circulando de la economía general.
Se genera una tolerancia a la actividad del narcotráfico y mucho mas se aguanta el hecho de que todo el dinero lo mueven cinco o seis bancos que operan en el país: Banamex-Accival, HSBC, BBVA Bancomer, Santander, IXE-Banorte.
Esta actitud general de aceptación del acaparamiento del capital inicia por el gobierno y termina en la idea general de la sociedad de concebirlo inevitable.
La riqueza se concentra en unas cuantas corporaciones y la pobreza se reparte a manos llena entre el pueblo. Una actitud paranoica y masoquista de ver este esquema en la sociedad como de una naturaleza inevitable, concepción impuesta por la oligarquía trasnacional.
Y si la sociedad en general en su idea del mundo tolera esta polarización desigual de alta concentración de la riqueza y de pobreza extrema generalizada, con todo el sufrimiento humano que acarrea, mucho más va a tolerar el desorden en otros aspectos humanos y en otros acontecimientos trágicos en el devenir de la vida del pueblo sin reaccionar como debería.

La corrupción, saqueo y despotismo del ex gobernador Padrés y sus secuaces en Sonora, de miles de millones de pesos, los actos corruptos, el saqueo y endeudamiento irresponsable de las arcas municipales dejado por el ex alcalde Díaz Brown en Cajeme, los centenas de asesinatos, uno cada tres días y todo sigue igual, no hay sanciones para los responsables en este municipio.
La muerte trágica de los 65 mineros de pasta de Conchos y la impunidad de Grupo México culpable, la muerte y daño trágicos de los niños quemados de la guardería ABC y la impunidad de los culpables y responsables, la masacre contra las 22 víctimas de Tlatlaya y la exoneración del ejército, la desaparición de 43 normalistas y la irresponsabilidad del Estado, el apresamiento de los autodefensas michoacanos y el encierro político del doctor Mireles, todos estos hechos suficientes para aplicar la Constitución  pedir la desaparición de poderes, la renuncia y castigo para todos los gobernantes culpables y responsables y formar un nuevo Estado que funcione y aplique la ley.
De igual manera los casos de abierta e impune corrupción de ocho gobernadores Montiel, Garnier, Moreira, Yarrington, Reynoso Femat, Murat, Padrés, Duarte, y la corrupción del presidente Peña con el caso de la Casa Blanca
En Sonora el desastre de la contaminación del Río Sonora con gran impunidad para el grupo México.
Los exorbitados sueldos y ganancias de los integrantes del poder judicial, magistrados y ministros, del INE, del TEPJF, de los Senadores, de los Diputados, de los secretarios de Estado, de 190 a 500 mil pesos mensuales
Del ingreso por venta de petróleo en 12 años por 687 mil millones de dólares y el pueblo de México que sigue en la pobreza.
Todos estos eventos y hechos fueran suficientes para reclamar un nuevo país, destruir al Estado Corrupto, y meter a la cárcel a los gobernantes cínicos y esafadores.
Pero nada pasa todo está bien y que siga El Vacío, la extracción despiadada del país, la falta de conciencia y la indiferencia nacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario