sábado, 23 de abril de 2016

El papel cómplice de Murrieta con Padrés

El parapeto de Murrieta en la PGJE de Padrés y ahora de diptuado.
Por Carlos Moncada
No es que el diputado Abel Murrieta haya dicho mentiras. Los procesos de desafuero son, efectivamente, prolongados. Y el que se solicitó contra el diputado federal Agustín Rodríguez, protegido por Padrés como miembro relevante de la pandilla de corruptos, hará una larga cola entre los muchos juicios políticos solicitados.
Lo que extraña es que, luego de haber sido un furioso crítico de la podrida administración anterior, ahora habla como para desanimarnos a los ciudadanos. ¿Por qué no agregó “son procesos muy largos, la fila es enorme, pero buscaremos un camino corto para sancionar a éste acusado de tortura”?
Es difícil comprender su actitud si no se consideran algunos hechos.
Abel Murrieta era procurador de justicia al terminar el sexenio de Eduardo Bours y aceptó continuar en el cargo al entrar Guillermo Padrés. Dijo al autor de esta columna que previo a la aceptación, consultó a Ricardo Bours, quien no tuvo objeción y que “no mediaron motivaciones políticas en su decisión, sino amor profesional a las tareas que desempeñaba” (“Asalto a Sonora”, p. 42)
No dijo si hizo consideraciones ideológicas o éticas. El visto bueno de Ricardo, su jefe político, le bastó para continuar a las órdenes de un nuevo jefe
En enero de 2010, Padrés le impuso a Carlos Navarro Sugich como subprocurador. Lo puso a aprender el oficio para nombrarlo dos años más tarde en lugar de Murrieta. Había dos averiguaciones previas contra Navarro, por despojo, amenazas y otros delitos, que Abel dejó de lado.
Abel tenía un poco más de cinco meses de procurador cuando asesinaron en Vícam a los dirigentes transportistas Francisco Javier Meza Soto, Humberto Aispuro Rodelo y Alejandro Méndez Domínguez. ¿Alguien sabe qué sentencia se dio a los asesinos, o si fueron aprehendidos, o al menos identificados?
Abel era procurador en mayo de 2010 cuando con pública exhibición de abuso el ayuntamiento que encabezaba Javier Gándara destruyó la torre de Hermosillo Flash, lo que desembocó en una resolución de la Suprema Corte de pagar al periodista ya fallecido una indemnización, lo que todavía no se cumple.
Abel era procurador cuando, ese mismo año, los perros de Padrés emprendieron una campaña de intimidación contra los agricultores del Yaqui que rechazaban el acueducto. No se sabe que uno de esos perros haya sido amarrado.
Abel llevaba unos veinte meses de procurador cuando, en junio de 2011, agentes del gobierno, muchos dependientes de la Procuraduría, garrotearon y gasearon a los yaquis para que levantaran el bloqueo de Vícam. Varios fueron encarcelados.
Me salté unos meses, porque el 13 de marzo de ese año, Gisela Peraza Villa, empleada de la familia Padrés, fue acusada del robo de parte de los millones de pesos que guardaba la pareja en cajas de cartón, y golpeada, torturada, hundida en la cárcel durante cuatro años. No se sabe que el procurador Murrieta haya actuado contra los agentes culpables o bien exigido que se cumpliera el procedimiento legal o interpuesto un recurso contra la sentencia. Quizá se comunicó con el secretario particular de Padrés, Agustín Rodríguez, de oficio torturador, para saber cómo andaba el asunto, o tal vez le habló Rodríguez a Murrieta para darle instrucciones, lo que explica que nada hiciera el procurador. Y ya en el terreno de las suposiciones, pudo suceder que en esa plática Abel y Agustín se hayan caído bien y comenzado entonces una amistad que también podría explicar por qué el desgano de Abel para enjuiciar a Agustín.
Esta columna se ha hecho eco de la suposición pública de que a Padrés lo protegen funcionarios y políticos influyentes de la capital del país; podría haber llegado la recomendación oportuna al ex procurador, hoy diputado federal, que, como quiere seguir sin trabas su carrera, ha de quedar bien con los recomendadores. Sabe que la cola de los que quieren ser candidatos al Senado y al Ayuntamiento de Cajeme está más larga que la de los mexicanos que piden juicio político para los funcionarios corruptos, y que de algún modo hay que llegar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario