Padrés y la Segob: Luna
preso
Por Alejandro de la
Torre
La
Secretaria de Gobernación (Segob) ese instrumento político de poder que somete
y a la misma vez negocia, que controla la expresión en general y la libertad de
cultos en particular, que espía a todos los sujetos políticos del país, y toma
en el último momento la decisión de reprimir o “guardar” la seguridad del Estado
con la violencia.
Ese
aparato digno de las peores maquinaciones de Fouché para defender la figura
presidencial, aunque sea pisoteando la Constitución, no puede hasta el momento
controlar la devastación guerrerense y que irá al derrocamiento de Peña Nieto
si no se conoce el paradero de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Ese
ministerio del interior, herramienta obscena del poder, por si fuera poco, ha
dejado reventar a los yaquis con gran cinismo y perversión, no ha intervenido
para liberar a la carretera como debiera ser su misión y generar un nueva interlocución
con el arrogante gobernador de Sonora, para flexibilizarlo y atender la demanda
de parar el acueducto mientras se vuelve a rediscutir con usuarios del agua y
con el derecho indígena a preservar lo
que considera al Padre Río que se está secando, y buscar una solución y/o alternativa.
Con
un trinar de dedos puede el Secretario liberar a los yaquis Mario Luna Romero y
Fernando Jiménez Gutiérrez, pidiéndoselo formalmente al gobernador para que
retire los cargos, pero cínicamente no lo hace. Podría alegar la Segob que es
un caso del fuero común de competencia local, pero es desde luego hipócritamente
un “me lavo las manos” provocando que el problema se alargue y se alargue también
la burla contra el pueblo Yaqui.
Puede
incluso ser más suave e intervenir disponiendo de instrumentos legales de apoyo
para lograr que instancias del poder judicial federal atiendan la restitución
de las garantías individuales de los presos y salgan de la cárcel, más cuando
son indígenas y en el caso de Mario Luna es un comisionado del gobierno autónomo
indígena que representa la interlocución del movimiento yaqui por defender el
agua del Río Yaqui con cualquier otro gobierno.
Pero
ese elefante blanco de Gobernación no interviene dejando que el problema se
agudice más y tolerando la acusación del gobernador contra los yaquis y fabricándoles
ese estúpido delito de privación ilegal de la libertad y la detención del vehículo
que cargaba el presunto “secuestrado”, como robo, -y mucho tiempo después el 8
de septiembre, encontrado su cadáver-, ya que había sido liberado, por la
guardia después de azotarlo y expulsarlo como castigo por su comportamiento que
violó la ley yaqui y las disposiciones de la autoridad indígena.
De
esta manera un problema interno de gobernabilidad que se da en el marco de la autonomía
de la tribu yaqui así como se reconoce su territorio, su mando y su cultura por
las leyes mexicanas, es aprovechado para apresar a los yaquis.
El
Fiscal Carlos Navarro Sugich recibió órdenes del secretario de gobierno estatal,
Roberto Romero López para hacerse cargo de la acusación penal contra Mario
Luna, Fernando Jiménez y Tomás Rojo, desde finales de 2013, aprovechando el
hecho en que “el secuestrado” y hoy finado Francisco Delgado Romo que
abiertamente enfrentaba a los yaquis que han bloqueado la carretera para
oponerse al acueducto, fue expulsado de la tribu por la autoridad tradicional
de Vícam Pueblo por su mal comportamiento, también se le conocía por ponerse de
parte del gobernador Padrés desde que inicio el movimiento indígena.
Pero
en realidad la detención de Delgado Romo –supuesto secuestro– en junio de 2013,
fue ordenada por el gobierno tradicional de Vícam y castigado con chicotazos
como es la costumbre de penalidad y consecuente expulsión de cualquier rango o
linaje yaqui.
Delgado
Romo no fue el primero ni será el último castigado con las formas aplicadas por
la autoridad tradicional yaqui, costumbres rituales antiguas que nunca atentan
contra la vida pero si contra la vergüenza, el desprecio y la destitución del
sancionado, rituales que se desarrollan principalmente en la cuaresma y en los
actos religiosos tradicionales pero también ineludiblemente se aplican contra algún
miembro indígena que violenta la vida de la comunidad.
Pero
Delgado dice la PGJE desaparecido el 26 de agosto fue encontrado muerto el 8 de septiembre, -14 meses después del supuesto “secuestro”, semienterrado
en una bolsa de hule negra, y atadas sus manos con cuerda de plástico con
lesiones en cráneo y tórax y con un letrero escrito en un cartón.
El
hoy occiso tenía además de sus vínculos con el gobierno del Estado y su choque
con el movimiento indígena en contra del acueducto y su lideres yaquis,
comportamientos oscuros que daban a la sospecha que lo envolvían en un escenario
cada vez más agudo por las actividades ilícitas y el incremento lamentable en territorio
yaqui del consumo de drogas y la existencia de narcotraficantes.
Por
ello la Segob no procura atender la demanda yaqui para resolver el bloqueo de
la vía federal y tampoco lo hará por deducción para liberar a los dos yaquis
presos y desistirse de la persecución de otros más, que hace el gobernaitor
Padrés.
Al contrario, para el PRI y su gobierno tenerlos presos es una
palanca más para avanzar en el camino para recuperar la gubernatura de Sonora y
provocar el rispamiento y aferrar al gobernador derechista en la medida de
apresarlos, brindándoles a los senadores priistas precandidatos Gandara y
Pavlovich un artilugio más de campaña electoral.
En vez de recuperar la estabilidad perdida que desea la población sonorense,
como en Guerrero, la Segob se lava las manos y perversamente como Joseph Fouché duque de
Otranto, el operador político de Napoleón en el siglo XVIII, deja que el
problema reviente buscando la ganancia del pescador en el mar revuelto.
Por ello los senadores priistas no abogan con el gobierno federal por
la libertad de Luna, fingen pedirla y al contrario, se benefician de la
estupidez de los gobernantes panistas en Sonora.
Es el 26 de septiembre pasado cuando los abogados del Distrito de
Riego del Rio Yaqui S. de R. L. Benito Ramos Rodríguez y Javier Medina Cisneros
interponen el Amparo Indirecto que cae por turno en el Juzgado 10° de Distrito
de Hermosillo para buscar la liberación de Luna quedando pendiente el amparo
para Fernando Jiménez todavía no interpuesto después de 18 días de haber sido
declarado su auto de formal prisión.
En estos recursos legales no se ha dado en ningún momento asesoría
alguna, facilidades legales o herramientas de defensa proporcionadas por la
Secretaria de Gobernación, cuyo titular es Miguel Osorio Chong o por lo menos, por su coordinador del noroeste del país, Adrián Manjarrez Díaz, para coadyuvar en
la liberación de los indígenas.
Al contrario, el titular Chong aparece en los periódicos sonriente
y rampante junto al gobernador Padrés hace unos días en un encuentro que no
informa de ninguna novedad sobre la posibilidad de liberarlos.
Y aunque Benito Ramos director jurídico del distrito de riego, asegure
que se concederá, enfátiza: “la resolución del Amparo de Luna tardará
dos meses y medio en emitirse, o sea a mediados de diciembre”.
La lógica perversa de la disputa del poder político nos dice
que no se le concederá el Amparo a Luna, a causa de los intereses electorales del PRI y de la
estupidez política del PAN, y saldrán libres solo después de las elecciones, a
menos que el pueblo decida otra cosa.
Y aún más los hechos de Ayotzinapa son prioritarios para el
gobierno federal e indirectamente podrían ayudar sin querer al problema yaqui,
si no se satisface el reclamo general de presentarlos vivos a los estudiantes o
aunque sea muertos.
Si no se encuentran, el pronóstico es desgarrador para el proceso electoral
en ciernes, ya que no habrá paz en el país.
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