Los cuetes y los cohetes.
Por Alejandro de la Torre D.
Un cohete es un proyectil impulsado por pólvora. La Pólvora fue inventada en China y luego dispersada en todo el mundo para la guerra. Para prender la pólvora se requiere fuego. El fuego es la quema de un combustible, o sea una sustancia que se incendia con alta dosis de calor.
La pólvora explota cuando no tiene salida al quemarse y también produce luz de diverso color, azul, amarillo, anaranjado y rojo. Es formada por KNO3, Carbono y Azufre.
Son tres leyes las que regulan el fuego, las consecuencias del fuego y las consecuencias de la quema de sustancias explosivas. La Ley de Protección Civil, la Ley de Protección al Ambiente y el Código Penal en sus delitos de Daños y Lesiones.
La impunidad y el desorden de los gobernantes son los padres del uso y quema de los cohetes y el prender fuego para ello.
El primer responsable es el Gobernador del Estado y el segundo el Secretario de Gobierno, según la Ley Estatal de Protección Civil que en su artículo 48 dice que son medidas de seguridad, "VI.- La restricción de actividades cuando así se requiera para la prevención y control de situaciones de riesgo, emergencia, siniestro o desastre;".
En este caso ¿prender fuego en la calle para encender cohetes chicos o grandes, no es una situación de riesgo?, aquí no se está aplicando la ley como siempre. Tenemos gobiernos y gobernantes que nadan de a muertito.
Es por demás hacer recuentos de eventualidades de centenas de niños quemados todos los diciembres, automóviles explotados, casas y casitas de cartón incendiadas, animalitos muertos y torturados, contaminación y baldíos incendiados, y ni hablar de los incendios forestales que han consumido millones de hectáreas de bosque y pastizales en Estado de Sonora, y la tragedia del incendio de la ABC o recordar la explosión de San Juanico y en Hidalgo con los ductos huachicoleros.
¿Por qué sucede todo esto? por que la autoridad es irresponsable y corrupta y no puede contra la tradición de quemar cuetes en las calles y banquetas que impera en la fiesta navideña y los primeros minutos del año nuevo.
Ya las mamás le gritan a Pepito y a Juanito, “ya no quemes cuetes”, y estos se queman los dedos y les tiznan las narices. Sufren los perritos aullando hasta la estratosfera torturados.
Nadie controla esto, es como los que abren la cerveza en la calle y se la empinan en decenas de metros cúbicos.
Es el surrealismo masoquista mexicano. En EU se castiga con cárcel al que prenda fuego en la vía pública, y mucho más al que explote pólvora. Pero en México se festeja, se impunibiliza, se tolera hasta la saciedad. Somos hijos de Tultepec, lugar de la fabricación de toneladas de cuetes y que ha sido lugar de explosiones descomunales y nunca hay control final.
Sean cuetes chicos o grandes, es contaminar, romper la reglamentación auditiva. Pero las fechas decembrinas sin cuetes no son fiestas, ese es el pedo, aunque el pedo no sea pólvora si no nitrógeno con gas metano. Fuchi.
Los cuetes van acompañados de los cohetes, mientras más cuetes se dispersen, más cohetes se truenan, es una relación directamente proporcional.
De verdad, usar cuetes o cohetes, daña, perjudica, ya es parte de los cuetes que usan los matones, y esa debiera ser la principal razón de no usarlos más, la violencia, el uso de armas de fuego que provocan miles de homicidios.
El cabildo de Lamarque no es quien debe permitir o cancelar la comercialización de cohetes, por que ahí los inspectores siempre han llevado su mochada, si no el gobierno del Estado que siempre ha sido manejado por la corrupción. Estuvo mejor el cohetón que lanzó a su esposa Patricia Patiño como directora de la segunda universidad pública en Cajeme, una verdadera explosión en el ITESCA.
Cancelar los cohetes es una disposición que debe surgir de Alfonso Durazo, pero así como de nueva cuenta Capufe está cobrando el peaje en las casetas de la carretera, así el gobernador y Álvaro Bracamonte se hacen de la vista gorda con los cohetes y con los cuetes. ¿Qué no se había acabado el mal gobierno, con una supuesta 4T?
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