Tres y medio billones de pesos, el flujo manejado por los bancos mexicanos por Narcotráfico
Más de mil 800 millones de dólares
Nancy Flores/Contralínea
La guerra contra el narcotráfico tiene saldo negativo: miles de muertos y desaparecidos no han contenido la expansión de los cárteles, que habrían lavado 3.6 billones de pesos entre 2013 y 2017. Ahora dominan la producción y el tráfico de heroína y metanfetaminas a Estados Unidos y su presencia se amplía en América, Europa y Asia
Líderes en la producción y exportación
de heroína y en el trasiego de metanfetaminas, cocaína, mariguana y
fentanilo a Estados Unidos, los cárteles mexicanos cerrarán así, con esa
categoría, el segundo sexenio en el que, se supone, han sido combatidos
frontalmente por el gobierno.
Abastecer el mayor mercado de drogas en
el mundo hace de su industria criminal un éxito en términos financieros:
entre 2013 y 2017 habrían lavado hasta 3 billones 646 mil 500
millones de pesos (a razón de entre 6 mil millones y 39 mil millones de
dólares anuales, según estima el Departamento del Tesoro estadunidense).
Y eso es sólo por venta de drogas
ilegales en el vecino país. Aparte se cuentan las ganancias de su
expansión en Europa y Asia, y sus otros “negocios” a nivel doméstico
(narcomenudeo, secuestros, “derecho de piso”, extorsión, tráfico de
personas, animales, metales y maderas preciosas, entre otros), aunque de
ello no hay cálculos oficiales.
La evaluación sobre la situación actual
de los cárteles la hace el Departamento de Estado de Estados Unidos, el
principal patrocinador de la “guerra” contra el narcotráfico a través de
la Iniciativa Mérida. Y concluye que el país ha reprobado.
Ante ese fracaso, y en el contexto
electoral, el maestro Jorge Retana Yarto –especializado en economía
internacional e inteligencia para la seguridad nacional– observa que en
breve podría darse un gran golpe mediático contra los grupos delictivos.
“Es muy probable que, al no tener
resultados que ofrecer, el gobierno de Enrique Peña lance algún tipo de
ofensiva contra las organizaciones criminales a partir de la Ley de
Seguridad Interior, para presentar algún resultado que pueda pesar en el
contexto de las elecciones presidenciales, como obra de gobierno”.
El golpe podría permitir al gobierno
apuntalar al candidato del Partido Revolucionario Institucional, José
Antonio Meade, porque el tema de la seguridad y del combate a las
organizaciones criminales es muy sensible para la sociedad, observa el
autor del libro El imperio de las mafias transnacionales.
Y es que la fracasada campaña
antinarcóticos ha tenido un alto costo para los mexicanos: más de 270
mil civiles asesinados en 10 años; más de 30 mil desaparecidos; 250 mil
desplazados por la violencia; centenas de secuestrados, violados,
torturados. Y nada de ello ha frenado el boyante negocio criminal.
“Es claro que la estrategia falló”,
señala el doctor Carlos Antonio Flores Pérez, investigador del Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
Ello, observa, “por la negativa del propio gobierno a romper la
impunidad que gozan grupos de poder vinculados a la delincuencia
organizada y por mantener intocado su patrimonio”.
Y es que el combate al lavado de dinero es realmente incipiente en el país. El propio Departamento de Estado estadunidense indica en su International narcotics control strategy report 2018 que “los enjuiciamientos de lavado de dinero, que han sido muy pocos respecto del volumen de las finanzas ilícitas en México, han disminuido aún más en los últimos años”.
Por ello, en su “Volume II. Money laundering” agrega que “los delitos de lavado de dinero
continúan siendo cometidos con impunidad”, y destaca que “las
autoridades mexicanas han tenido un éxito modesto al investigar y
bloquear las cuentas de presuntos blanqueadores de dinero y otros actores ilícitos”.
Carlos Flores, autor del libro El Estado en crisis: crimen organizado y política. Desafíos para la consolidación democrática, considera que en México la impunidad se otorga discrecionalmente a aquellos actores que gozan del favor del poder.
“No puede haber estrategia exitosa en
condiciones donde la legalidad se aplica de manera discrecional para
garantizar la impunidad”, señala en entrevista el investigador del
CIESAS y también autor del libro Historias de polvo y sangre. Génesis y evolución del tráfico de drogas en el Estado de Tamaulipas.
Lavado, impune
Uno de los sectores más impunes en esta
red criminal es el sistema financiero. Según el Departamento de Estado,
“los ingresos por venta de drogas ilícitas que salen de Estados Unidos
hacia México es la principal fuente de fondos lavados a través del sistema financiero mexicano”.
Agrega que las organizaciones criminales
trasnacionales de origen mexicano se han vuelto especialistas en esta
actividad: usan una variedad de métodos, incluyendo la compra de
artículos de venta al por menor en Estados Unidos para exportar y
revender en México.
También, señala, recurren al intercambio de criptomonedas, que es poco regulado. Y entre sus métodos continúa el contrabando de efectivo a granel y el uso de cuentas embudo,
mediante las cuales individuos estructuran depósitos de baja
denominación en varias cuentas abiertas en instituciones financieras de
Estados Unidos para ser canalizados a una cuenta centralizada en México.
La impunidad en este tema no es menor: con el dinero sucio,
los cárteles compran arsenales iguales o más potentes que los que se
emplean en su combate; corrompen autoridades; adquieren casas de
seguridad y todo el andamiaje necesario para continuar delinquiendo.
Estrategia fracasada
El fracaso de la “guerra” contra las
drogas no sólo es de México, sino también del país vecino, donde más de
24 millones de personas consumen drogas ilegales.
La estrategia contra el narcotráfico fue
creada por el Pentágono y el Departamento de Estado estadunidenses, no
la creó el gobierno mexicano, advierte el maestro Retana Yarto.
Tanto el panista Felipe Calderón como el
priista Enrique Peña han aplicado la estrategia en los términos en los
que Estados Unidos ha dictado, indica. Y eso es ir al choque con las
organizaciones criminales: confrontarlas abiertamente para obligarlas a
su fragmentación y a partir de eso intentar combatirlas cuando ya son
grupos más pequeños.
Antes de 2007 y de la aplicación de la
guerra contra el narcotráfico, existían siete organizaciones criminales
poderosas de carácter trasnacional, y en total no sumaban más de 20
cárteles, donde se incluían los brazos armados. Pero ahora hay alrededor
de 200 grupos, señala Retana Yarto en entrevista con Contralínea.
El tamaño del negocio
En los 123 meses que ha durado la
“guerra” contra el narcotráfico, lejos de extinguir el negocio, la
expansión es incuestionable. México figura a la cabeza de los países de
origen y tránsito de drogas ilegales con destino a Estados Unidos,
principalmente de heroína, mariguana, metanfetaminas y fentanilo.
También es considerado como el principal
país de tránsito de los cargamentos de cocaína proveniente de América
del Sur, en una alianza permanente con los cárteles de la región,
principalmente los de Colombia.
El liderazgo más destacable es en la
producción y tráfico de heroína: pues México es el principal proveedor
de esa droga al producir más del 90 por ciento de los cargamentos para
el mercado interno de Estados Unidos, señala el “Volume I. Drug and
chemical control”, del International narcotics control strategy report 2018.
La droga, indica el informe presentado
al cierre de marzo pasado, es traficada por los principales cárteles
mexicanos, a los que describe como “organizaciones criminales
trasnacionales poderosas y violentas”. Sinaloa, Chihuahua, Durango y
Guerrero son los principales estados donde se cultiva la amapola que se
emplea en su producción.
Otro tema que preocupa al patrocinador
de esta estrategia es el trasiego de fentanilo, opioide sintético que se
utiliza en medicina para tratar el dolor, sobre todo en casos de
cáncer, y se le ha relacionado con múltiples muertes de estadunidenses
por sobredosis.
Esta droga es 50 veces más poderosa que
la heroína, por lo cual es altamente adictiva. Según las autoridades
estadunidenses, el aumento de las incautaciones en la frontera entre
ambos países sugiere un aumento en su tráfico.
“Las drogas sintéticas se transportan
cada vez más en cargas de polidrogas y, a veces, se introducen en
comprimidos disfrazados de medicamentos recetados para su venta en
mercados ilícitos.”
Al analizar las medidas de seguridad
desplegadas por el gobierno mexicano para contener el flujo de ese
opioide, el informe observa que existe un área gris en el
control de los precursores: “actualmente Estados Unidos está trabajando
con la [mexicana] Comisión Federal de Protección de Riesgos Sanitarios
para ayudar en el control de todos los productos de ketamina. Cofepris
controla la ketamina para uso humano pero no los productos veterinarios
que se introducen de contrabando en Estados Unidos”.
Agrega que la ketamina mexicana
incautada en el vecino país se utiliza principalmente para lograr un
efecto recreativo. “La mayor parte de la diversión doméstica proviene de
clínicas veterinarias o se obtiene a través de internet”.
Otros países
Los tentáculos del narcotráfico mexicano
no se restringen al mercado estadunidense. El propio informe del
Departamento de Estado da cuenta de su expansión internacional, no sólo
en el tráfico ilegal de drogas, sino también de precursores químicos
legales y de dinero sucio, principalmente en los continentes Americano, Europeo y Asiático.
Al respecto sobresale el nexo del
narcotráfico mexicano con Bélgica: y es que se han identificado
exportaciones de productos químicos belgas a este país, destinados a la
producción de metanfetaminas.
“Bélgica aplica estrictos requisitos de
información para el comercio de precursores químicos. La Policía Federal
belga tiene el papel principal en la aplicación de estos controles; sin
embargo, los envíos de preparados farmacéuticos que contienen
pseudoefedrina y efedrina sólo son controlados a nivel reglamentario por
el Ministerio de Sanidad.”
En Europa también se lava dinero.
Según el informe, los traficantes de cocaína mexicanos usan Italia para
repatriar sus ingresos de las drogas a través de envíos de divisas a
México y transferencias electrónicas en todo el mundo.
Otro continente tocado por el crimen
organizado mexicano es Asia: las autoridades chinas han notado la
presencia de organizaciones internacionales de narcotráfico originarias
de México que operan dentro de ese país.
Y en Filipinas se incautaron –en 2017–
cantidades importantes (aunque el informe no específica cifras) de
metanfetamina de alta pureza originarias de México, lo que confirmaría
la presencia del crimen organizado mexicano en esa isla asiática.
En el tema de América, apunta que los
cárteles penetran con mayor fuerza en países como Guatemala, Perú y
Colombia. Toda la cocaína disponible en Estados Unidos se origina en el
extranjero, y se estima que más del 90 por ciento de ésta aún se produce
en Colombia; de ello se desprende que, en la distribución, los
narcotraficantes mexicanos han desplazado a los colombianos, con quienes
han establecido alianzas para trasegar la droga.
“El aumento del flujo de cocaína ejerce
una enorme presión sobre la capacidad de aplicación de la ley de los
Estados de tránsito, particularmente en América Central y México, y
alimenta el creciente consumo en Europa y otros mercados”, refiere el
informe.
Para el caso del vecino del Sur, detalla
que “los cárteles mexicanos de la droga dependen de las redes de
tráfico guatemaltecas para recibir, almacenar y transportar los
productos ilegales a Estados Unidos a través de México”.
Y en el caso de Perú, indica que su
vínculo con los criminales se da por ser el segundo mayor productor de
cocaína y cultivador de coca en el mundo. “La cocaína peruana se
transporta a los países de América del Sur para su consumo interno o
para su posterior envío a Europa, el Este de Asia, México y Estados
Unidos”.
Agrega que, para ello, “los traficantes
peruanos, colombianos, mexicanos y de Europa del Este mantienen redes
sofisticadas dentro del Perú”, que utilizan medios marítimos y aéreos
para exportar la cocaína.
La estrategia diseñada en el gobierno de
Estados Unidos, aplicada a pie puntillas por los gobiernos de Calderón y
Peña, con algunos ajustes, es un fracaso, advierte finalmente Retana
Yarto.
La ofensiva de las fuerzas federales
contra los criminales que tenga una alta exposición mediática, indica,
es un hecho, “porque de otra manera no podemos explicarnos por qué tanta
premura por aprobar la Ley de Seguridad Interior si no la van a aplicar
en este año”.
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