lunes, 26 de septiembre de 2022

No hay justicia. Hay disimulo ante una reforma judicial

Procesos de la agonía y el letargo. 

No hay justicia

El Presidente afirma que el poder judicial federal requiere reforma y el gobernador Durazo no reacciona en Sonora.

Por Alejandro de la Torre.

Vivimos en un estado de shock. El Estado no tiene un andamiaje dispuesto a la impartición de justicia e igualdad ante la ley, es un violadero descomunal de la Constitución.

Un juicio es una cámara de tortura para los sujetos que participan. Es una operación que no tiene pies ni cabeza en la gran mayoría de los casos. Es la tortuga andando, el papeleo exagerado, enormemente confuso y muchas veces irresponsable.

Es obstrucción, no solución. Es en la via civil, engorroso y más largo que una solitaria estomacal. Es la herencia de un sistema de atropellos del siglo 19, de corrupción, de privilegios y de dominio del poder económico sobre el que no lo tiene.

El sistema judicial de Sonora, es todo menos sistema. El poder es poder pero para no poder.

En la via penal, es el abuso, la deshonestidad, el autoritarismo contra los pobres, es un sistema de castigo no de justicia en contra de los desposeídos, y para favorecer al dueño del capital, al dueño del dinero, al dueño del poder económico. La via penal es absurda, es incongruente, es el peor episodio de la novela kafkiana. Surrealismo puro.

En la via laboral, es aborrecible, es el incumplimiento, es el predominio de la inversión sobre el trabajo, el capital sobre el obrero, la industria sobre el derecho. Es la destrucción del ignorante y del agachado, del trabajador mal pagado.

En la via familiar es el no concurso, la ignorancia, el soborno, la mordida, la repartición de la desigualdad, el sojuzgamiento del entendimiento, es no acudir al estrado por que no sirve para nada, el no acudir al expediente por que esta hecho sin el deber y el orden social. Solo el divorcio o la pension alimenticia funcionan, lo demás es la evasión, el incumplimiento. La gente no acude a un juzgado por que sabe que es inútil, que no hay dinero, que no habrá legalidad.

El proceso justo en todas las vías, es interponer la demanda con los anexos, en quince dias radicarla y emplazarla, en los siguientes quince dias analizarla y hacer comparecer, en los siguientes quince dias, revisar las pruebas y el derecho, y en otros quince dias resolver y emitir fallo. Pero esto no sucede.

Si el fallo, no está apegado a derecho y hay queja, 15 dias para apelar, y otros 15 dias para ratificar, negar, o regresar a resolver reponiendo lo incorrecto. Si hay violación al derecho constitucional, el Amparo y resolverlo en 15 dias. Pero esto es una historia de Alicia en el pais de las hurtadillas.

Un juicio no debe durar más de tres meses, con fallo resuelto. Pero esto no sucede, al contrario, un juicio se alarga sin justificación 10 veces más, esto es que duran por lo menos 3 años y hasta 10 años. Es en términos simples una burla para la justicia y la legalidad. Solo el 2 por ciento de la población acude al poder judicial o vive sus procesos. El resto nunca lo conocerá.

Reformar al poder judicial es el fundamento de cambiar la vida de las personas y el orden social, ni duda cabe.

Cuatro cambios deben lograrse a lo inmediato. 

Primero: no usar más el papel, solo procedimiento digital, el papel solo debe ser para interponer la demanda inicial. 

Segundo: tener una red de intercomunicación avanzada y donde se conecten las partes via digital e inmediata para conocer, contestar y resolver. 

Tercero: sanear y depurar funcionarios y jueces viciados y con malas mañas. 

Y Cuarto: Humanizarlo.

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