Ya te cayó el 20?
Por Alejandro de la Torre D./CRóNICA10.
Cajeme
es un desastre, es producto de la corrupción de los ayuntamientos
prianistas, la rapiñera actitud de sus gobernantes municipales y del
hegemonismo del Partido de Estado priísta y del panismo de Padrés, desde
1976 a 2019.
Cajeme y Ciudad Obregón, que no es lo mismo pero es
igual, son producto de su debacle urbana, económica y social, del
acendrado inmediatismo, de la visión escueta de sus alcaldes que han
sido meros comerciantes, de la manipulación de los intereses creados, de
la mentira municipal, y lamentablemente del fallido intento de hacer
algo distinto con el PRD en 1997 y con Morena en 2018, alcaldes de
"izquierda" que han sido un fiasco: Lamarque y Mariscal.
Pero el
peor momento de Cajeme y Obregón son los 7 alcaldes desde Ricardo Bours a
Faustino Félix: 20 años de quebranto, saqueo, ineficiencia, corrupción e
infiltración del narcotráfico.
Por ello, la traición de Mariscal duele mucho.
Cajeme, pero también el Valle del Yaqui, sufren el más grave deterioro
de su actividad económica y productiva, que se refleja en la destrucción
que genera el uso de agroquímicos y el cáncer. Que se refleja en la
proletarización de la población campesina para trabajar en la industria
maquiladora, con los peores salarios del mundo y los grandes indices de
economía informal. Que tiene sus implicaciones en la narcotización de la
vida en las colonias más populosas y la complicidad de la policía con
la delincuencia.
Estos tres factores, tienen su corolario, con el
más grande deterioro del asfalto de las calles, los drenajes colapsados,
la insuficiencia del alumbrado público y la suciedad de todas las áreas
urbanas, como nunca, Cajeme es un desastre.
Y la intención absurda
de "modernizar" con ejes viales, algunas avenidas como la Quintana Roo,
es otro de los manotazos insustentables de los intereses creados y los
gobernantes títeres, como Mariscal.
Los planes de aquel sueño, de
hacer a Cajeme un lugar vivible y con proyección de futuro, llamado
CAJEME 2020, hoy nos muestra que las cosas están peor que cuando inicio
ese proyecto.
Rafael Lucero uno de sus impulsores, anotó hace unos
años refiriéndose a aquella ilusión: "visión de futuro que ciudadanos
construyeron para el municipio y para si mismos y la concreción de
avances en proyectos específicos. Lo cual trazó un punto de partida para
la orientación y monitoreo del desarrollo municipal hasta el año 2020.
Proyección que nos compromete, al menos por curiosidad, a estar
pendientes de la carta de navegación trazada."
La curiosidad mató al
gato, y Cajeme es un municipio muy fregado sin visión estratégica, con
un IMIP (Instituto de Planeación) que gasta varios millones inservible, con un área de Desarrollo
Urbano conducida por el obtuso mental que es José Carlos Galindo y un
municipio sin espacios democráticos como lo planteaban, hace dos
décadas, gentes que tan siquiera lo pusieron en papel.
Lo más
doloroso en Cajeme, no es su derruida infraestructura, su concentración
del ingreso, su vida narcotizada, su destrucción ambiental.
En este
año dos mil veinte, nos cae el 20 en Cajeme, y tenemos un saldo
terrorífico, no hay progreso, hay desempleo, hay mucha gente en la grave
pobreza, unos 10 mil jóvenes están en las garras del crystal, no hay
proyección de inversión de largo alcance, y no podemos decir que haya
logros notables.
Lo peor pues, es que la concepción de futuro, se
diseña bajo la mentalidad obtusa de la explotación de la fuerza de
trabajo obrera, de la marginación de miles de pobres, y de una juventud
que está corroída por la falta de perspectiva.
La estrategia fallida
de los seguidores del proyecto Cajeme2020, tendrá que trazar otra fecha
para la esperanza, quizás el Cajeme 2050, ya para eso muy probable ya
no estén muchos aquí y otros estemos con las patitas encogidas, de ahí
que los gobernantes actuales saquen rajada, y sigan en la idea de
aprovecharse del infortunio, la inmediatez y la mentira.
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