jueves, 9 de enero de 2020

Cajeme 2020, proyecto ilusionista

Ya te cayó el 20?
Por Alejandro de la Torre D./CRóNICA10.
Cajeme es un desastre, es producto de la corrupción de los ayuntamientos prianistas, la rapiñera actitud de sus gobernantes municipales y del hegemonismo del Partido de Estado priísta y del panismo de Padrés, desde 1976 a 2019.
Cajeme y Ciudad Obregón, que no es lo mismo pero es igual, son producto de su debacle urbana, económica y social, del acendrado inmediatismo, de la visión escueta de sus alcaldes que han sido meros comerciantes, de la manipulación de los intereses creados, de la mentira municipal, y lamentablemente del fallido intento de hacer algo distinto con el PRD en 1997 y con Morena en 2018, alcaldes de "izquierda" que han sido un fiasco: Lamarque y Mariscal.
Pero el peor momento de Cajeme y Obregón son los 7 alcaldes desde Ricardo Bours a Faustino Félix: 20 años de quebranto, saqueo, ineficiencia, corrupción e infiltración del narcotráfico.
Por ello, la traición de Mariscal duele mucho.
Cajeme, pero también el Valle del Yaqui, sufren el más grave deterioro de su actividad económica y productiva, que se refleja en la destrucción que genera el uso de agroquímicos y el cáncer. Que se refleja en la proletarización de la población campesina para trabajar en la industria maquiladora, con los peores salarios del mundo y los grandes indices de economía informal. Que tiene sus implicaciones en la narcotización de la vida en las colonias más populosas y la complicidad de la policía con la delincuencia.
Estos tres factores, tienen su corolario, con el más grande deterioro del asfalto de las calles, los drenajes colapsados, la insuficiencia del alumbrado público y la suciedad de todas las áreas urbanas, como nunca, Cajeme es un desastre.
Y la intención absurda de "modernizar" con ejes viales, algunas avenidas como la Quintana Roo, es otro de los manotazos insustentables de los intereses creados y los gobernantes títeres, como Mariscal.
Los planes de aquel sueño, de hacer a Cajeme un lugar vivible y con proyección de futuro, llamado CAJEME 2020, hoy nos muestra que las cosas están peor que cuando inicio ese proyecto.
Rafael Lucero uno de sus impulsores, anotó hace unos años refiriéndose a aquella ilusión: "visión de futuro que ciudadanos construyeron para el municipio y para si mismos y la concreción de avances en proyectos específicos. Lo cual trazó un punto de partida para la orientación y monitoreo del desarrollo municipal hasta el año 2020. Proyección que nos compromete, al menos por curiosidad, a estar pendientes de la carta de navegación trazada."
La curiosidad mató al gato, y Cajeme es un municipio muy fregado sin visión estratégica, con un IMIP (Instituto de Planeación) que gasta varios millones inservible, con un área de Desarrollo Urbano conducida por el obtuso mental que es José Carlos Galindo y un municipio sin espacios democráticos como lo planteaban, hace dos décadas, gentes que tan siquiera lo pusieron en papel.
Lo más doloroso en Cajeme, no es su derruida infraestructura, su concentración del ingreso, su vida narcotizada, su destrucción ambiental.
En este año dos mil veinte, nos cae el 20 en Cajeme, y tenemos un saldo terrorífico, no hay progreso, hay desempleo, hay mucha gente en la grave pobreza, unos 10 mil jóvenes están en las garras del crystal, no hay proyección de inversión de largo alcance, y no podemos decir que haya logros notables.
Lo peor pues, es que la concepción de futuro, se diseña bajo la mentalidad obtusa de la explotación de la fuerza de trabajo obrera, de la marginación de miles de pobres, y de una juventud que está corroída por la falta de perspectiva.
La estrategia fallida de los seguidores del proyecto Cajeme2020, tendrá que trazar otra fecha para la esperanza, quizás el Cajeme 2050, ya para eso muy probable ya no estén muchos aquí y otros estemos con las patitas encogidas, de ahí que los gobernantes actuales saquen rajada, y sigan en la idea de aprovecharse del infortunio, la inmediatez y la mentira.

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