lunes, 3 de diciembre de 2018

Un Titulo para un Medio mediocre


Un título chingón
Por Alejandro de la Torre D./CRóNICA10
 Cuando era pequeño me enseñaron a perder la inocencia gota a gota, ¡que idiotas!
 Cuando fui creciendo aprendí a llevar como escudo la mentira, ¡que tontería!
Enrique Bunbury.

Usar la palabra chingado no es fácil, no es de buena costumbre, se oye mal en cualquier conversación formal, denota incultura y retraso, se usa por que la memoria y el entendimiento no contienen una cantidad de vocablos suficientes para describir una cosa o acción. O sea, es una palabra hueca como hueca puede estar la cabeza de quién la usa. Esta chingadera, ésta chingada, está chingón, etcétera.
Cualquier objeto o cualquier actividad puede ser nombrada “chingadera” o “chingar”, cuando se es ignorante para describir algo o expresarse, por lo tanto, no es una palabra que contribuye a la libertad de expresión, al contrario, la limita, la inhibe, la destruye.
“¿Vamos a chingarle”, vamos a qué? A trabajar. “Chingatelo”, ¿qué? Perjudícalo. “La chingadera”: La vesícula, la antropofagia, la toga, la fistula, la perpendicular, la arritmia, la hipotenusa, cualquier cosa para el ignorante es una “chingadera”. Chingada: La sufrida madre mexicana, según Octavio Paz.
El que un medio de comunicación la use, no solo para transmitirla si no para usarla para fines comerciales y la difunde, es deleznable y chillan los oídos por que se usa comúnmente para agredir, para demostrar asombro o denostación. Va en contra de la sociedad, la agrede en su conjunto, la disminuye, la hunde en la sombra.
Si un medio de comunicación se autodenomina “La más chingona” porque no quiere denominarse de otra forma porque no encontró otro título, pues otro medio podría autonombrarse TV “La más Cabrona”, ¿o por qué no? “La más puta”, o Diario “El mas culero” o Radio “La mejor mierda”. Todo será posible y probable. Pero obviamente no se escucharían estos nombres con naturalidad, mucho menos con moralidad por mas modernos o surrealistas que se pretendan decir o que se quiera rebasar lo permisible con osadía o presunta nueva libertad.

Toda esta exposición es para revisar la mediocridad con la que operan y transmiten actualmente 12 estaciones de Radio, y nos referimos a las que existen en Ciudad Obregón.
Las transmisiones consisten esencialmente en música comercial, de baja calidad tanto melodías con letras mediocres y melifluas, sosas y detestables, como la ausencia completa de programas que promuevan la elevación cultural de la audiencia.
Las estaciones transmiten en mas de tres cuartas partes de sus horarios, música pegajosa desde las baladas vacías de contenido que en su mayor cantidad denigran el rol de la mujer en la relación humana, también cantan al despecho, al fracaso de la relación amorosa o al delirio del hombre o la mujer que se cortan las venas por un tórrido romance. Así también música de grupos norteños, cumbias norteñas, de banda, o en su mejor perfil, canciones que le dicen “oldies” pero en idioma inglés.
El menor uso del tiempo aire de las estaciones de radio, dos o tres horas diarias, es para algunos cuatro o cinco noticieros matutinos o del mediodía. Estos noticieros dejan mucho que desear. Su finalidad ha sido muy cuestionable. Se han vendido al poder político y la venta de información va incluida en el paquete.
En Sonora desde 1991, las radiofusoras son palancas de servilismo, chantaje y complicidad con los gobiernos estatales corruptos, represores o prostituídores de la libertad de radiofusión. Se han vuelto al mismo tiempo en fieles obedientes y encubridores de los malos gobiernos municipales en Cajeme desde el año 2000.
Los programas de noticias y de opinión se convirtieron en chantaje y perversores de la libre opinión de la comunidad cajemense y los resultados los vemos en el desastre y el deterioro de la ciudad y la inseguridad. Si bien se dieron destellos y algunos lunares de buen desempeño a favor de la gente, fue con la apertura y la inquietud sin parangón, de miles de ciudadanos cuando fue derrotado el PRI en las elecciones de 1997, que explosivamente la gente se desborda y toma los programas noticiosos de la radio, pero vuelve a caer en reflujo con el trienio de Ricardo Bours en el año 2000.
A partir de entonces el ejercicio noticioso e informativo de las empresas de Radio viene en declive, se ponen agujas, barricadas, y se estropea la participación ciudadana en la radio. Las cuatro o cinco empresas dueñas de las 12 estaciones de radio que en 2009 abandonan la Amplitud Modulada y se incorporan a la Frecuencia Modulada y algunas tiene un mediano impacto como radios de internet.
A partir del año 2000 y consecutivamente, los gobiernos del PRI y del PAN a nivel gobierno estatal y ayuntamiento, compraron con millones de pesos no solo publicidad, si no prácticamente la mayor parte de los contenidos de los programas noticiosos y de opinión.
Actualmente el gobierno del Estado por ejemplo tiene un contrato con la empresa Grupo Comunicaciones Larsa S.A. de C.V. que tiene 54 estaciones de radio en Sonora, que solo en 2017 le pagó 24 millones de pesos en spots y desde luego le compró la imagen a la gobernadora Pavlovich. Igualmente, Larsa ha tenido con sus tres estaciones de radio en Ciudad Obregón el mayor convenio con los gobiernos municipales de Rogelio Díaz Brown (2012-15) y Faustino Félix (2015-18), que le pagaron más de 2.5 millones de pesos anuales de dinero municipal por sus servicios de spots, pero también por evitar dañar sus imágenes como alcaldes y como administraciones municipales.
Otras estaciones de Radio con programas de noticias que han tenido convenios con los gobiernos municipales cada tres años son Radio Comunicaciones de Obregón, S.A. con tres estaciones y con tres programas de noticias, que facturó anualmente 2 millones de pesos. Radio Grupo García de León con cuatro estaciones que incluye Radio XEHX, Organización Sonora y Radio Cajeme, que facturaron 4 millones de pesos al año. Radio La Preciosa (Difusión Radiofónica de Ciudad Obregón, S.A.) 700 mil pesos anuales, y Radio Alegría que es Tribuna Radio en A.M. con 200 mil pesos anuales.
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Hace algunas semanas en el cuadrante FM se escucha una palabra mal sonante usada para obtener audiencia. Esta estación también tiene programas en sus horarios donde usan frases “culero”, “chingar a su madre”, “una chingona tras otra” con temática de sorna, un lenguaje soez y de vulgar sexualidad.
Gran parte de sus programas musicales infunden también la vulgaridad, la violencia de género y hasta el narcotráfico en melodías comerciales usando letras de bajos instintos.
Desde luego esta concesión del grupo Larsa viola las disposiciones de los Capítulo II y IV, artículos 222, 223, 226 y 256 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiofusión, utilizan cada hora el spot de identificación que pide la Ley y dicen la frase “la más chingona” cuatro veces insistentemente. Y los locutores en sus programas a todo le dicen “Chingona”, una fiesta chingona, una morra chingona, una rola chingona, repitiéndolo sin ambages con el propósito de posicionar la marca, tal vez registrada en la Secretaría de Gobernación con derechos de autor.
Evidentemente la empresa debe de haber realizado un estudio de mercado para probar el éxito de la marca para atreverse a utilizarla que incluso la chingona palabra, fue ya estudiada hace 68 años en “El Laberinto de la Soledad”.
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Es abusivo el uso, la palabra “chingarse” por ejemplo es un verbo transitivo malsonante, que significa violar sexualmente a una persona y el verbo, chingar, significa entre otras acepciones, realizar el acto sexual.
“Se puede ser un chingón, un Gran Chingón (en los negocios, en la política, en el crimen, con las mujeres), un chingaquedito (silencioso, disimulado, urdiendo tramas en la sombra, avanzando cauto para dar el mazazo), un chingoncito. Pero la pluralidad de significaciones no impide que la idea de agresión en todos sus grados, desde el simple de incomodar, picar, zaherir, hasta el de violar, desgarrar y matar se presente siempre como significado último. El verbo denota violencia, salir de sí mismo y penetrar por la fuerza en otro. Y también, herir, rasgar, violar cuerpos, almas, objetos, destruir. Cuando algo se rompe, decimos: "se chingó". Cuando alguien ejecuta un acto desmesurado y contra las reglas, comentamos: "hizo una chingadera".
La voz está teñida de sexualidad, pero no es sinónima del acto sexual; se puede chingar a una mujer sin poseerla. Y cuando se alude al acto sexual, la violación o el engaño le prestan un matiz particular. El que chinga jamás lo hace con el consentimiento de la chingada. En suma, chingar es hacer violencia sobre otro.”
Esta explicación nos indica que usar la expresión “la mas chingona”, es temerario y se atreven a romper con la formalidad moral, -no moralista-, si no un rompimiento regresivo, instintivo, inmoral.
El abuso fue generado por el uso, un uso de un bajo nivel de hacer radio. Los programas noticiosos en los últimos años se han teñido de obediencia y manipulación, de arrogancia y obstrucción, generando la incredulidad por el control arbitrario de los micrófonos, quitan y limitan, cortan y censuran, adulan y aceptan ordenes editoriales, desde un David Morgan pedante y poseedor de una concepción absoluta por apoderarse y representar un transmisor que es empresa comercial hasta un Javier Ruíz Quirrín, arrogante y manipulador. Rafael Hernández su censura y obediencia al poder del gobernante y al interés económico de la empresa, Claudia Rodríguez pronunciadamente tendenciosa a no afectar intereses, Francisco Pérez Díaz agente servil de los millones de pesos en ventas de espacios de la empresa García de León, Rosa Lilia Torres inductora de celofán y simulación critica, y otros tantos, sancionadores de la opinión, de la expresión, limitadores y cadalsos de presuntas verdades. Ese ha sido su papel “Chingón”.









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