Un título chingón
Por
Alejandro de la Torre D./CRóNICA10
Cuando
era pequeño me enseñaron a perder la inocencia gota a gota, ¡que idiotas!
Cuando fui creciendo
aprendí a llevar como escudo la mentira, ¡que tontería!
Enrique
Bunbury.
Usar la palabra chingado no es fácil, no es de buena
costumbre, se oye mal en cualquier conversación formal, denota incultura y
retraso, se usa por que la memoria y el entendimiento no contienen una cantidad
de vocablos suficientes para describir una cosa o acción. O sea, es una palabra
hueca como hueca puede estar la cabeza de quién la usa. Esta chingadera, ésta
chingada, está chingón, etcétera.
Cualquier objeto o cualquier actividad puede ser nombrada “chingadera”
o “chingar”, cuando se es ignorante para describir algo o expresarse, por lo
tanto, no es una palabra que contribuye a la libertad de expresión, al
contrario, la limita, la inhibe, la destruye.
“¿Vamos a chingarle”, vamos a qué? A trabajar. “Chingatelo”,
¿qué? Perjudícalo. “La chingadera”: La vesícula, la antropofagia, la toga, la
fistula, la perpendicular, la arritmia, la hipotenusa, cualquier cosa para el
ignorante es una “chingadera”. Chingada: La sufrida madre mexicana, según
Octavio Paz.
El que un medio de comunicación la use, no solo para
transmitirla si no para usarla para fines comerciales y la difunde, es
deleznable y chillan los oídos por que se usa comúnmente para agredir, para demostrar
asombro o denostación. Va en contra de la sociedad, la agrede en su conjunto,
la disminuye, la hunde en la sombra.
Si un medio de comunicación se autodenomina “La más chingona” porque
no quiere denominarse de otra forma porque no encontró otro título, pues otro
medio podría autonombrarse TV “La más Cabrona”, ¿o por qué no? “La más puta”, o Diario “El mas culero” o Radio “La mejor mierda”. Todo será posible y
probable. Pero obviamente no se escucharían estos nombres con naturalidad,
mucho menos con moralidad por mas modernos o surrealistas que se pretendan decir o que se quiera rebasar lo permisible con osadía o presunta nueva
libertad.
Toda esta exposición es para revisar la mediocridad con la
que operan y transmiten actualmente 12 estaciones de Radio, y nos referimos a
las que existen en Ciudad Obregón.
Las transmisiones consisten esencialmente en música
comercial, de baja calidad tanto melodías con letras mediocres y melifluas,
sosas y detestables, como la ausencia completa de programas que promuevan la
elevación cultural de la audiencia.
Las estaciones transmiten en mas de tres cuartas partes de
sus horarios, música pegajosa desde las baladas vacías de contenido que en su
mayor cantidad denigran el rol de la mujer en la relación humana, también
cantan al despecho, al fracaso de la relación amorosa o al delirio del hombre o
la mujer que se cortan las venas por un tórrido romance. Así también música de
grupos norteños, cumbias norteñas, de banda, o en su mejor perfil, canciones
que le dicen “oldies” pero en idioma inglés.
El menor uso del tiempo aire de las estaciones de radio, dos
o tres horas diarias, es para algunos cuatro o cinco noticieros matutinos o del
mediodía. Estos noticieros dejan mucho que desear. Su finalidad ha sido muy
cuestionable. Se han vendido al poder político y la venta de información va incluida en
el paquete.
En Sonora desde 1991, las radiofusoras son palancas de
servilismo, chantaje y complicidad con los gobiernos estatales corruptos,
represores o prostituídores de la libertad de radiofusión. Se han vuelto al
mismo tiempo en fieles obedientes y encubridores de los malos gobiernos
municipales en Cajeme desde el año 2000.
Los programas de noticias y de opinión se convirtieron en
chantaje y perversores de la libre opinión de la comunidad cajemense y los
resultados los vemos en el desastre y el deterioro de la ciudad y la
inseguridad. Si bien se dieron destellos y algunos lunares de buen desempeño a
favor de la gente, fue con la apertura y la inquietud sin parangón, de miles de
ciudadanos cuando fue derrotado el PRI en las elecciones de 1997, que
explosivamente la gente se desborda y toma los programas noticiosos de la radio,
pero vuelve a caer en reflujo con el trienio de Ricardo Bours en el año 2000.
A partir de entonces el ejercicio noticioso e informativo de
las empresas de Radio viene en declive, se ponen agujas, barricadas, y se
estropea la participación ciudadana en la radio. Las cuatro o cinco empresas
dueñas de las 12 estaciones de radio que en 2009 abandonan la Amplitud Modulada
y se incorporan a la Frecuencia Modulada y algunas tiene un mediano impacto
como radios de internet.
A partir del año 2000 y consecutivamente, los gobiernos del
PRI y del PAN a nivel gobierno estatal y ayuntamiento, compraron con millones
de pesos no solo publicidad, si no prácticamente la mayor parte de los
contenidos de los programas noticiosos y de opinión.
Actualmente el gobierno del Estado por ejemplo tiene un
contrato con la empresa Grupo Comunicaciones Larsa S.A. de C.V. que tiene 54
estaciones de radio en Sonora, que solo en 2017 le pagó 24 millones de pesos en
spots y desde luego le compró la imagen a la gobernadora Pavlovich. Igualmente,
Larsa ha tenido con sus tres estaciones de radio en Ciudad Obregón el mayor
convenio con los gobiernos municipales de Rogelio Díaz Brown (2012-15) y
Faustino Félix (2015-18), que le pagaron más de 2.5 millones de pesos anuales de
dinero municipal por sus servicios de spots, pero también por evitar dañar sus
imágenes como alcaldes y como administraciones municipales.
Otras estaciones de Radio con programas de noticias que han
tenido convenios con los gobiernos municipales cada tres años son Radio Comunicaciones
de Obregón, S.A. con tres estaciones y con tres programas de noticias, que
facturó anualmente 2 millones de pesos. Radio Grupo García de León con cuatro
estaciones que incluye Radio XEHX, Organización Sonora y Radio Cajeme, que
facturaron 4 millones de pesos al año. Radio La Preciosa (Difusión Radiofónica
de Ciudad Obregón, S.A.) 700 mil pesos anuales, y Radio Alegría que es Tribuna
Radio en A.M. con 200 mil pesos anuales.
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Hace algunas semanas en el cuadrante FM se escucha una
palabra mal sonante usada para obtener audiencia. Esta estación también tiene
programas en sus horarios donde usan frases “culero”, “chingar a su madre”,
“una chingona tras otra” con temática de sorna, un lenguaje soez y de vulgar
sexualidad.
Gran parte de sus programas musicales infunden también la
vulgaridad, la violencia de género y hasta el narcotráfico en melodías
comerciales usando letras de bajos instintos.
Desde luego esta concesión del grupo Larsa viola las
disposiciones de los Capítulo II y IV, artículos 222, 223, 226 y 256 de la Ley
Federal de Telecomunicaciones y Radiofusión, utilizan cada hora el spot de identificación
que pide la Ley y dicen la frase “la más chingona” cuatro veces
insistentemente. Y los locutores en sus programas a todo le dicen “Chingona”,
una fiesta chingona, una morra chingona, una rola chingona, repitiéndolo sin
ambages con el propósito de posicionar la marca, tal vez registrada en la
Secretaría de Gobernación con derechos de autor.
Evidentemente la empresa debe de haber realizado un estudio
de mercado para probar el éxito de la marca para atreverse a utilizarla que
incluso la chingona palabra, fue ya estudiada hace 68 años en “El Laberinto de
la Soledad”.
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Es abusivo el uso, la palabra “chingarse” por ejemplo es
un verbo transitivo malsonante, que significa violar sexualmente a una
persona y el verbo, chingar, significa entre otras acepciones, realizar el acto
sexual.
“Se puede ser un chingón, un Gran Chingón (en los negocios,
en la política, en el crimen, con las mujeres), un chingaquedito (silencioso,
disimulado, urdiendo tramas en la sombra, avanzando cauto para dar el mazazo),
un chingoncito. Pero la pluralidad de significaciones no impide que la idea de
agresión en todos sus grados, desde el simple de incomodar, picar, zaherir,
hasta el de violar, desgarrar y matar se presente siempre como significado
último. El verbo denota violencia, salir de sí mismo y penetrar por la fuerza
en otro. Y también, herir, rasgar, violar cuerpos, almas, objetos, destruir.
Cuando algo se rompe, decimos: "se chingó". Cuando alguien ejecuta un
acto desmesurado y contra las reglas, comentamos: "hizo una
chingadera".
La voz está teñida de sexualidad, pero no es sinónima del
acto sexual; se puede chingar a una mujer sin poseerla. Y cuando se alude al
acto sexual, la violación o el engaño le prestan un matiz particular. El que
chinga jamás lo hace con el consentimiento de la chingada. En suma, chingar es
hacer violencia sobre otro.”
Esta explicación nos indica que usar la expresión “la mas
chingona”, es temerario y se atreven a romper con la formalidad moral, -no
moralista-, si no un rompimiento regresivo, instintivo, inmoral.
El abuso fue generado por el uso, un uso de un bajo nivel de
hacer radio. Los programas noticiosos en los últimos años se han teñido de
obediencia y manipulación, de arrogancia y obstrucción, generando la incredulidad
por el control arbitrario de los micrófonos, quitan y limitan, cortan y
censuran, adulan y aceptan ordenes editoriales, desde un David Morgan pedante y
poseedor de una concepción absoluta por apoderarse y representar un transmisor
que es empresa comercial hasta un Javier Ruíz Quirrín, arrogante y manipulador.
Rafael Hernández su censura y obediencia al poder del gobernante y al interés
económico de la empresa, Claudia Rodríguez pronunciadamente tendenciosa a no
afectar intereses, Francisco Pérez Díaz agente servil de los millones de pesos
en ventas de espacios de la empresa García de León, Rosa Lilia Torres inductora
de celofán y simulación critica, y otros tantos, sancionadores de la opinión,
de la expresión, limitadores y cadalsos de presuntas verdades. Ese ha sido su
papel “Chingón”.
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