Mariscal y el ayuntamiento en ciernes

Mariscal y lamarquistas al abordaje
Después de una elección de rebote por el voto nacional de López Obrador no se distingue un proyecto con definición a favor del pueblo de Cajeme.
Por Alejandro de la Torre D.

Mariscal es el Maestro en Ingeniería que ocupará la alcaldía de Cajeme a partir del próximo 16 de septiembre, el mayor prejucio sobre él son los años en los que tuvo puestos públicos como funcionario de gobiernos del PRI.
A pesar de lo atribulado del resultado electoral, donde no cuadraron las cifras con respecto al conteo federal, -permanece todavía la duda por la diferencia de 37 mil votos-, en las mismas casillas y en el mismo espacio y tiempo, Mariscal se convertirá en uno de los presidentes de Cajeme con mayor legitimidad pero paradójicamente menos conocido.
Siempre tuvimos elecciones marcadas por la compra del voto, por la desigualdad entre los contendientes, por el excesivo gasto electoral del PRI para imponerse incluso con fraude y por el abusivo ejercicio del poder público para imponer a sus candidatos.
Ahora la gente se cansó del abuso y votó por el tres veces candidato presidencial y de paso por los otros cargos federales y locales con ropaje de la coalición "Juntos haremos historia", incluyendo 12 municipios, los mas grandes de Sonora. En el distrito federal número 06 que comprende los contornos exactos del municipio de Cajeme, López Obrador obtiene 120 mil votos y el candidato a diputado federal Lamarque, 86 mil votos. En la elección para el ayuntamiento de Cajeme Morena lo gana, pero obtiene menos de 50 mil votos. O sea una diferencia de 33 mil y de 70 mil votos con respecto a la eleccion presidencial.
Por eso se recalca la diferencia no encontrada, de 37 mil votos, ya que se contabilizaron 128 mil votos en la elección local contra 165 mil contabilizados en la igualita elección federal. Todo quedará en un caso para "misterios de ultratumba".
Mariscal llega pues junto a regidores de Morena que se seleccionaron de improviso, a un municipio destrozado, con el mayor indice de homicidios jamás visto, con enorme pobreza y con el estigma de hacer un ayuntamiento que no cambie nada, que se suba a la inercia y la improvisación.
Difícil se ha convertido el abordaje al formar su cuerpo de colaboradores con Tocho Méndez, Guillermo Patiño, Abel Rochín, además de mencionar a Ascención López Durán, Saúl Benitez, Andrés Salas, otros ex panistas, ex perredistas y otros personeros que pretenden usurpar las riendas de un barco que ya llevaba viada.
Negociaciones debajo de la mesa obtenidas de la presión y el toma y daca, de lo que el vulgo conoce como "cuchupo", evidentemente son consecuencia igualmente de concertaciones que se realizaron previas a la designación de su candidatura que pactó Mariscal con Alfonso Durazo y ahora con Lamarque para hacer nombramientos de funcionarios municipales a partir del 16 de septiembre.
Sin embargo, a pesar de esta deficiencia, será mas grave que el próximo ayuntamiento sea un cabildo acrítico y con bajo perfil, sin capacidad de propuesta ni debate, similar a los cabildos que funcionaron desde 2000 hasta la fecha, con regidores alineados y sometidos al poder partidario o del alcalde en turno y que los principales funcionarios no tengan ningún compromiso con el pueblo que dio el paso para derrotar al PRI.
El área de seguridad se vuelve igualmente de una indefinición muy delicada, por el alto índice delictivo y los daños que sufre la gente por el tráfico de droga, el robo domiciliario y las repercusiones de lo homicidios en la confianza en las calles.
El próximo gobierno municipal tendrá recursos superiores a los mil 600 millones de pesos que son muy insuficientes para atender la grave problemática de obras y servicios, por lo que se vuelve una urgente necesidad que los ciudadanos se integren colaborando y aportando de su parte para conservar y mejorar el espacio comunitario, incluyendo la tranquilidad en colonias  y barrios. Una carencia grave es la falta de organización ciudadana para proteger y ayudar en la defensa y mejoramiento de todos.
Pero si los funcionarios arribistas, no trabajan bajo un plan rector, de objetivos y metas precisas y no conocen los puntos fundamentales para hacer un gobierno que cambie las cosas y si se sientan en lo mismo, en las mismas costumbres y prácticas y pretenden con autoritarismo y verticalidad imponer sus órdenes, será un gobierno destinado al fracaso.
De ahí la importancia de cuatro restructuraciones imprescindibles dentro de las dependencias municipales: Seguridad Pública, Presupuesto Financiero, Obras y Servicios, y Oomapasc.
Los cambios o alternativas en otras áreas no son tan trascendentes como estas cuatro, podrá variar la conducción y mejora en áreas diversas, pero estas son ineludibles por los recursos que manejan y la responsabilidad en sus resultados.
Mariscal y el cuerpo de regidores tienen una gran responsabilidad, el pueblo confiará en ellos ni duda cabe, por que desea que las cosas mejoren, sean poco, sean mucho. Y tiene esperanza de que se viva en paz, buscando el progreso con trabajo y justicia.
Pero si se cometen tropelías, y se conducen fuera de lo esperado con conductas muy similares a los gobiernos del PRI y del PAN, es de esperarse que la gente reprobará al nuevo ayuntamiento más temprano que tarde, lo que sería lamentable.