Cines de películas
ridículas
Por Alejandro De la
Torre D.
Las cintas que no exhibirán los cines mediocres de Obregón.
Ahora que van abrir
10 salas más de cine en la nueva plaza comercial y que cumple 22 años el cine
club de la biblioteca pública municipal fundada por el cinéfilo confeso, hace
un año fallecido Ramón Iñiguez Franco, es preciso revisar que son patéticas las
películas que exhiben estas cadenas comerciales de filmes de baja calidad
temática, que han caído en el simplismo y vulgaridad en sus contenidos, casi
siempre cine infantil que no hace razonar o que utilizan el tema de la muerte
sin límite y un supuesto terror ridículo.
¿Para qué la
comunidad necesita más salas de cine si no tendrán un programa cultural de
relieve, que solo explota temas choteados y trucos de los efectos visuales?
Si bien es cierto que
al pueblo se le da lo que le gusta, como diría el corriente Emilio Azcárraga
Milmo extinto potentado de Televisa, no puede dejarse a un lado la importancia
de fomentar el cine que espera el racional aficionado a las buenas películas.
Si se adscribe la biblioteca
municipal al Instituto Sonorense de Cultura sería prudente que el gobierno mandara
construir una sala con pantalla gigante de por lo menos 200 butacas para
exhibir películas constantes con bajo costo de boleto, que fomente el buen cine y el crecimiento cultural del
pueblo.
Por ejemplo, nunca
llegarán a las salas comerciales de la bella vista o la goya en Cd. Obregón,
películas como “Sin amor” (Loveless 2017)
de Andrey Zvyagintsev “metáfora de una sociedad presa de una deriva autoritaria
que encuentra en la deshumanización el mejor de sus respaldos políticos”; o la
película inglesa irlandesa “El sacrificio de un siervo sagrado” (The Killing of a Sacred Deer 2017) del
griego Yórgos Lánthimos con Collin Farrel y Nicole Kidman, “una pareja se
separa por que el marido es incapaz de lidiar con la tragedia que pone en
fragilidad su relación sentimental, una cinta revelación”; o la película de
este año Suburbicon del actor
director George Clooney situada en la guerra de Corea de los años 50 cuando
familias felices en un vecindario norteamericano se transforman odiándose, con
Matt Damon y Julianne Moore; o una cuarta película de atractivo interés como
“Llámame por tu nombre” (Callme by your
name 2017), del italiano Lucha
Guadagnino donde un apuesto historiador seduce a las doncellas en una
residencia veraniega a orillas de un lago y en especial a un adolescente, cinta
brillante que se refiere a una temática de diversidad sexual. (Reseñas del
crítico Carlos Bonfil).
Tantas películas de
contenido, inaccesibles para la magia de la pantalla gigante tendrán que
ubicarse en la red internáutica pirateándolas o contratarlas con los sistemas
de paga.
La persistencia del
buen cine parece que ha sido derrotada por el afán de ganancia de las películas
mediocres y la venta de palomitas y cocacola, carísimas para terminar viendo
churros comerciales.
El cine cumple una
misión: divertir educando, mientras no se concrete este propósito no podrá
decirse que cumple con el crecimiento cultural requerido por la comunidad ante
tantas carencias espirituales principalmente padecidas por la clase media.
No hay comentarios:
Publicar un comentario