UNA FRASE PARA SICILIA
Martín Vélez
Es imposible registrar los nombres de los muertos de la guerra de Calderón, que ya no es guerra, según él mismo. De hecho la mayoría de los muertos de la guerra-no guerra no se llamaban de ningún modo. Eran, en vida, hombres y mujeres sin nombre. Y la muerte no les ha quitado su condición anónima.
En las fosas clandestinas que se multiplican por el país, sacrificados y enterrados al mayoreo, los restos humanos son extraídos con trascabo. Es el mejor pago a sus vidas despreciadas y sus muertes despreciables. En vida, ya estaban muertos. Lo demuestra así el hecho de que nadie reclama sus cuerpos, o las partes de sus cuerpos que el trascabo dejó reconocibles.
La fosa común ha sido el destino de gran parte de los muertos, que sí son muertos, de esta guerra, que no es guerra. Diversos reportes periodísticos hablan de una cifra de 12,000 fallecidos no identificados.
Pero otros fallecidos no han padecido la otra muerte que es el olvido. Ellos mismos, víctimas también de la guerra tonta, tuvieron un nombre, o fueron hijos de padres que, teniendo un nombre, han tenido también el valor de echar en cara del gobierno los costos de su criminal estupidez.
Víctimas relevantes del crimen organizado (que es tal, a condición de gozar de protección oficial) han obligado al gobierno a enseñar la cara ante sus padres. Así pues, el señor Calderón ha tenido, a lo largo del río sangriento de su sexenio, diversos encuentros con los padres de las víctimas de su guerra (y dale, ¡que no es guerra!)
Esos encuentros entre la estulta arrogancia gubernamental y la agraviada dignidad, la entereza dolida de los padres, son recordadas por las frases que estos padres, dignos, han azotado en la cara del criminal. Veamos:
¡NO TIENEN MADRE!
Así dijo Nelson Vargas, en una reunión con Calderón. Refiriéndose a la complicidad de la policía con los asesinos de su hija.
SI NO PUEDEN, ¡RENUNCIEN!
Esa fue la exigencia de Alejandro Martí. Al reclamar por el secuestro y muerte de su hijo, en la que está involucrado el círculo íntimo de Genaro García Luna. La cosa quedó allí; por que no pudieron, no quisieron, pero tampoco renunciaron.
USTED NO ES BIENVENIDO
Así le espetó la señora Luz María Dávila, la madre coraje, que de esa forma le reclamó a Calderón haber llamado pandilleros a sus dos hijos, Luis y Marcos, muertos en la masacre de Villas de Salvárcar.
Se reúne Javier Sicilia con Calderón. Dice, Javier Sicilia, que va en busca de esperanzas. Pierde su tiempo; de Calderón se puede esperar fraude, engaño, corrupción, simulación, sangre, muerte; muchas cosas se pueden esperar, menos esperanzas.
No, Javier. En todo caso tú eres la esperanza. La esperanza está en tu condición de poeta, de obrero de la palabra. Construye con palabras, Javier, el resumen de los agravios, de los dolores, de los corajes, de la dignidad: dile que no tiene madre; que si no puede, que si no quiere, que renuncie; dile que no es bienvenido a donde habitan los mexicanos de bien.
Con tus manos de artesano de la palabra, levanta del lodo sangriento la frase que sea también resumen de todas las esperanzas. Dila en nombre de los miles y miles que han vivido y muerto sin nombre y sin esperanza.
A 40 años de una guerra fallida
Isabel Dorado Auz
En un intento de justificar lo injustificable Felipe Calderón ha dicho, en reiteradas ocasiones, que ganará la guerra en contra del narcotráfico. Bien haría el mandatario espurio en leer un artículo del reverendo Jesse Jackson, publicado en el periódico La Jornada, para que entienda la realidad de las cosas.
Para el excandidato presidencial de los Estados Unidos, “la guerra a las drogas” que lanzó Richard Nixon hace 40 años representa un completo fracaso, a pesar de que se ha gastado alrededor de un billón de dolares. Los saldos han sido 2.3 millones de encarcelados que saturan hoy las prisiones de Estados Unidos, 25 por ciento de los cuales han sido arrestados por crímenes no violentos relacionados con las drogas; pese a todo ello, dice, las drogas son tan asequibles hoy como hace 40 años, y más baratas.
Se pregunta ¿Qué pasaría si tratáramos la adicción a las drogas como la adicción al alcohol, como un problema de salud pública? La mariguana origina la mitad de todos los arrestos relacionados con drogas en Estados Unidos; despenalizarla ahorraría millones que podrían utilizarse para tratar a los adictos en vez de para arrestar muchachos. Las alternativas al encarcelamiento se deben preferir para aquellas personas que no representen amenaza para otros. Por su parte, la Comisión Global de Política sobre Drogas llama a reconocer que la guerra es un fracaso y virar hacia hacer frente a las drogas como un problema de salud pública.
También se pregunta, ¿Por qué no sacar la drogadicción del sistema de justicia penal y atenderla en el sistema de salud pública? Sin duda sería mejor gastar el dinero, no en encerrar a las personas, sino en clínicas que atiendan su enfermedad. Poner fin a la "guerra a las drogas" no significa abandonar el esfuerzo de regularlas, de enseñar a los niños sus peligros, o de tratar a quienes dependen de ellas. Sí significa, en cambio, no desperdiciar millones de vidas más y miles de millones de dólares más en una guerra que no se puede ganar.
En nuestro caso, hubiese significado ahorrarnos esos 40 mil muertos que se siguen viendo como un dato estadístico a pesar del esfuerzo de los familiares de las víctimas por darles rostro y presencia que motive el esclarecimiento de los crímenes y de que llegue la Justicia con Paz y Dignidad. Significaría también, desviar los apoyos económicos aportados por los Estados Unidos a través de la Iniciativa Mérida a causas que permitan combatir la extrema pobreza y, con ello, lograr una mayor igualdad social. No permitir que este tipo de acciones solo lleven el objetivo de legitimar la opresión de unos cuantos sobre la inmensa mayoría y que la guerra solo constituya un pretexto para contener la inconformidad social.
Nos queda claro que el problema de las drogas existe y debe ser combatido con inteligencia. Que los recursos obtenidos, una vez legalizado el uso de las mismas, sirvan para tratar el problema de salud que generan, tal y como ocurre con las drogas legalizadas, el alcohol y el tabaco, que son causantes de un sinfín de enfermedades. Entender que lo prohibido genera más interés y, por ello, el tráfico de drogas se ha constituido en uno de los negocios más lucrativos en la actualidad.
Relatoría de Hechos
Por Roberto Celaya Figueroa
(sin quitarle ni ponerle)
(sin quitarle ni ponerle)
En función de ciertos señalamientos que hace la autoridad (y que abordaré más adelante), el 17 de Junio se me presenta la siguiente Notificación de rescisión de la relación laboral. Aclaro que: (1) no se realizó proceso alguno y no se me permitió audiencia tal como señala el Art. 68 del Reglamento del Personal Académico, (2) Sindicato no fue notificado, no hubo proceso, ni estuvo presente mi representante sindical, contraviniendo lo señalado en la Cláusula 5 del Contrato Colectivo de Trabajo, (3) a pesar de ser una garantía constitucional establecida en el Art. 14 de la Constitución Mexicana no se me respetó el derecho de audiencia ni me permitió un proceso debido donde fuera vencido con argumentos y evidencias.
Respecto de esta notificación y para que se conozcan los elementos a los que se refiere esta notificación se comentan a continuación con las evidencias debidas:
Respecto de las injurias hacia compañeros:
1.-Se envía a las autoridades institucionales un correo que incluía respuesta de la SEP a consulta efectuada donde se señala la carencia de ciertos grados ostentados por algunas personas en nuestra Institución.
3.-Dado que las personas involucradas interponen una queja aduciendo daño moral, desprestigio y falta de respeto, se envía la siguiente solicitud a mis autoridades.
Pregunta al lector: ¿En qué país del mundo, en que régimen jurídico, o en qué sistema, si una persona señala una irregularidad antes las instancias correspondientes, mediante los procesos establecidos y con las evidencias de sus dichos para que sea la autoridad la que decida, se convierte uno automáticamente en delincuente e infractor?
Respecto a la segunda causal invocada relacionada perjuicios ocasionados a la infraestructura tecnológica, señalo que el primer correo que se indica fue un correo a toda la comunidad ITSON para compartirles una carta pública sobre la visión personal que tengo de la educación universitaria específicamente en el caso ITSON, esto a raíz de los problemas que han venido afectando a nuestra Universidad; el segundo correo se debió a un artículo que publique en un medio y que considere de importancia tanto para maestros, administrativos como alumnos el cual se envió como texto invitando a leer ese articulo.
Preguntas al lector: En ITSON, el uso del correo masivo por parte de las autoridades es algo común, ¿de qué manera si uno hace lo mismo que la autoridad común y normalmente hace puede afectar gravemente la infraestructura tecnológica?; y finalmente, ¿enviar correos ahora es causal de despido, no de un señalamiento de la autoridad, no de un llamado de atención, no de una aclaración de cómo son los procesos, sino de despido?
En función de eso realice la siguiente Declaración pública 17 de Junio de 2011
Cada quien saque sus conclusiones
Dr. Roberto Celaya Figueroa
Recientemente les envié una carta sobre mi visión de lo que es una Universidad, específicamente lo que debe ser nuestro ITSON.
Es de todos sabidos que junto con cada vez más y más gente hemos venido uniendo fuerzas y voluntades para crear entre todos un ITSON fuerte, legal, ordenado, incluyente, justo, y transparente.
Esto incomodó a tal grado a las autoridades que hemos señalado envueltas en muchas de las irregularidades que se han detectado, que este viernes 17 de Junio esas mismas autoridades decidieron unilateral y arbitrariamente rescindirme mi contrato con la institución violando garantías, leyes, contratos y normas por demás básicas.
Amo mucho a ITSON, quiero que de él nos sintamos orgullosos por reflejar lo mejor de nosotros. Esto lo llevaremos por cauces legales, pero dado que muchos me preguntan y quieren detalles en cuanto a mi despido injusto, arbitrario y autoritario por parte de las autoridades del ITSON, aquí pueden ver, analizar y concluir sobre la relatoría de hechos en la que he tratado de ser lo más objetivo posible: www.casoitson.cjb.net
Aclaro que la lucha es contra estas autoridades que usan su poder no para servir, sino para servirse de él y para abusar.
ITSON es una gran Universidad, su gente es noble, honesta y trabajadora, sus alumnos son dinámicos, activos y llenos de esperanza, y su potencial como Universidad no tiene límite; y son estos valores y estas características las que desde cualquier trinchera, de manera ordenada, legal e institucional, buscaremos sean el sello que caracterice a nuestro ITSON.
De igual forma quedo a sus órdenes para cualquier comentario o aclaración al respecto.
Arbitrariedad, un acto injusto, un acto artero por parte de las autoridades institucionales del Itson, no me refiero a la institución en su totalidad por que la institución es sana, pujante, con gente buena, honesta, trabajadora, maestros, administrativos y alumnos buscan ahí un espacio para crecer y desarrollarse. Yo lo que me refiero son a las autoridades que con intereses lascivos hacia mi persona me han de manera unilateral y atropellando mis derechos como persona y como trabajador optando por un despido con causales realmente irrisorios y que bueno ahorita yo quiero que la ciudadanía esté al tanto de cómo se va desarrollar esto para efecto de que evalúen si realmente estas autoridades están cumpliendo con su alto deber que se les está confiriendo al estar al frente de una institución como el Itson. Tenía 13 años y nunca se me había amonestado si quiera todos pueden ver mi trayectoria, tengo un expediente limpio un expediente productivo tengo libros investigaciones un doctorado que saque con el apoyo federal, es decir tengo una trayectoria limpia productiva y ahorita las autoridades lo que buscan es ensuciarla, comento y quiero hacer énfasis, con otros fines, porque no se puede entender de otra forma el que una persona no le den oportunidad de defenderse, de en un juicio ser vencido, de argumentar lo que a su deber corresponda, y simple y sencillamente de manera unilateral y repito pisoteando los derechos básicos laborales por que aquí se violentó el contrato colectivo optar por un despido que ellos justifican pero que a todas luces es injustificable.
El problema realmente empezó hace ya años pudiéramos decir, yo subo como director en un proceso democrático más sin embargo yo no me sentía comprometido con las autoridades sino más bien con la comunidad que me había elegido como director, empiezan a salir una serie de irregularidades yo aquí tengo la evidencia de que estando como director en consejo directivo empecé a señalarlas a apoyar junto con otros compañeros que se resolviera, que se transparentara, que se fijará responsabilidad a quien correspondiera, la autoridad se me hace muy curioso cuando empiezo a tener ese activismo me ofrecen la secretaría de rectoría lo rechazo por que yo tengo un compromiso académico con la gente que me eligió como director, después me ofrecen la vicerrectoría administrativa, también lo rechazo y cuando ya no pudieron con esas dos instancias lograr lo que ellos buscaban es cuando me quitan de director, yo soy maestro y me regrese a seguir en lo que es mío y lo que me gusta lo que es la docencia y la investigación, mas sin embargo seguimos trabajando y posteriormente empezaron a salir más irregularidades y ahora si documentadas con auditoria empezamos a seguir pugnando por que fueran resueltas y que se establecieran las responsabilidades a quienes le correspondieran y bueno de repente viene este despido que yo aduzco que tiene el carácter de represión para quienes señalen las irregularidades institucionales y de mensaje ejemplar al interior para que quien quiera tener una actitud cívica de denuncia pública lo piense dos veces.
Se violentó el contrato colectivo en dos clausulas no se le dio parte a mi sindicato no estuvo mi representante legal no hubo oportunidad de que se hiciera un proceso, entonces mi sindicato está actuando por un acción de defensa de mis derechos laborales no nomas de mi persona sino de todos aquellos que estén cobijados en el contrato colectivo y aparte está la cuestión legal voy a interponer una demanda por despido injustificado y pues aparte hay otras causales porque estas personas adujeron un montón de cosas acerca de mi persona y que en su momento van a tener que demostrar y responder sobre ellas.
Desde que yo era director y está señalado públicamente, no es algo que yo les tome, se ha comentado que hay ciertas personas al interior de la institución que están ostentando unos doctorados que no cuentan con validez oficial a mí se me hace grave no nomas éticamente hablando si no moralmente, como director lo quise llevar a consejo directivo para que se aclarara la situación, en aquel entonces el vicerrector académico dijo que lo iba a retomar y perfecto hasta ahí llegó el asunto porque yo pensé que si lo estaba viendo más sin embargo no hizo nada, últimas fechas volvió a salir el tema en los medios, periódicos con otras instancias, y bueno a mi si me molesta que se señale eso de mi institución y sin embargo me di a la tarea de indagar más, yo aquí tengo un oficio que se les giró a nuestro rector de la institución por parte de la Secretaría de Educación Pública, es el oficio 219-060912 del 4 de abril de 2006 donde se dice que estos estudios no tienen validez, desde el 2006, mas sin embargo yo mismo este año hice una consulta a la SEP a la unidad de enlace para que tuviera carácter oficial y le pregunté sobre estos oficios y donde contestan que no tienen validez oficial, le giro entonces yo un correo al rector, al vicerrector, y a la directora diciéndoles que aquí hay maestros que se ostentan como doctores, y ya tengo la evidencia de que no y bueno no hacen nada. Y así que ya le giro un oficio al rector muy respetuoso, lo pueden ver ahí, en donde le digo que en función de sus atribuciones vea el caso y resuelva, a favor o en contra pero que resuelva, pues bien en la rescisión contractual ellos lo que aducen es que yo injurié. Yo le hice una denuncia le hice un señalamiento le mostré elementos y le dejé en sus manos la resolución y a mi es al que se me acusa de haber violentado de ser yo quien se mostró como un infractor de las leyes o de las normas y por lo tanto merezco ser despedido. Yo no sé en qué sistema a la persona que señala que denuncia que da elementos que da evidencias pues es a la que se le carga el acto y es a la que se reprime, la verdad no lo entiendo no es un sistema correcto y ni siquiera hubo oportunidad de argumentar simple y sencillamente se me dice tu injuriaste y te vas de la institución.
Dr. Roberto Celaya Figueroa
Dr. Roberto Celaya Figueroa
Yaquis, en resistencia por el agua
Érika Ramírez
Desde la Conquista hasta el neoliberalismo actual, la tribu que se asienta sobre 480 mil hectáreas en el Sur de Sonora defiende su territorio y su agua. Entrada la segunda década del siglo XXI, la comunidad de más de 32 mil habitantes se opone al despojo de las aguas del Río Yaqui, amenazado por la construcción del acueducto Independencia, que financian los gobiernos federal, de Felipe Calderón, y estatal, de Guillermo Padrés Elías
Vícam, Sonora. “¡Ehui!”, se escucha al unísono si se trata de resistir, exigir, luchar. Es el “sí” yaqui, o yoeme, contundente entre los “guerreros” de una tribu que, ancestralmente, ha luchado por su tierra. Ahora lo hacen también por el agua. “Guerreros” a los que no pudo extinguir el dictador Porfirio Díaz, y que después, junto con sus hermanos mayos, o yoremes, engrosaron las filas de la Revolución Mexicana.
Unos 40 hombres se reúnen bajo la sombra de un ramal que refresca el calor del desierto. Discuten sentados sobre troncos, en esta zona que alcanzan los 40 grados de temperatura durante la primavera. En verano subirá hasta 50. El terreno es arenoso, el ambiente seco.
De piel rojiza, los indígenas yaquis visten con pantalones de mezclilla y camisa vaquera, algunos con huaraches de tres puntadas y toscos lentes oscuros: a los más viejos les gusta lucirlos así. Escuchan atentos y debaten entre ellos; utilizan su lengua como símbolo de poder ante los yoris ahí presentes. Yoris, los españoles, los gringos, los mestizos, siempre los conquistadores.
En el pueblo de Vícam las autoridades tradicionales de las ocho comunidades que conforman de la tribu se reúnen: Tórim, Pótam, Rahúm, Huirivis, Belem, Loma de Bácum y Loma de Guamúchil. Con ellos sus generales, comandantes y la tropa. Un ejército sin armas, rodeado de pinturas que simbolizan la batalla, la fiesta, la religión.
La defensa
Un graffiti de Emiliano Zapata, bordeado de matas de maíz, recibe a los visitantes. El diseño del hombre que gritó “tierra y libertad” en la Revolución Mexicana se plasmó en 2010, para celebrar el encuentro del Congreso Nacional Indígena (CNI) que se llevó a cabo aquí.
El resolutivo del CNI al que llegaron los yaquis, purépecha, nahua, wixárika, coca, odham, yaqui, mayo-yoreme, mixteco, triqui, tzotzil y otomí fue la defensa del agua de los pueblos indios.
Por ello, a estos hombres se les ha acabado el sol, la muerte, el dolor, el calor. No habrá ni sed, ni hambre, ni lluvia, ni aire, ni enfermedades, ni familia… como lo mandata el Juramento Yaqui, vigente en la segunda década del siglo XXI. “Soy capaz de ponerme como tapón del acueducto”, dice Tomás Rojo Valencia, segundo gobernador de Vícam, al rechazar que se construya una presa que seque el Río Yaqui.
El INAH
Bajo el ramal levantado en el pueblo de Vícam también se encuentran Francisco Barriga Puente, coordinador nacional de Antropología, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); Hugo Reynoso Urtiz, delegado del INAH y José Luis Moctezuma Zamarrón, investigador del Centro INAH Sonora, quienes llegaron a territorio indígena para refrendar el reconocimiento de la tribu por parte de la institución federal.
Y es que desde hace casi dos años, los yaquis se han manifestado en contra de la construcción del acueducto Independencia, también llamado Novillo, que pretende llevar agua de la cuenca del Río Yaqui a la capital del estado: Hermosillo.
Después de haberse aprobado esta construcción, financiada por el gobierno de Guillermo Padrés Elías y la federación, a través de la Comisión Nacional del Agua, se opusieron al despojo del afluente, que por decreto presidencial les corresponde.
El proyecto “amenaza” con reducir la dotación de agua a la población del sur de Sonora, entre ellos, esta comunidad de más de 480 mil hectáreas de tierra asentada al margen del río que lleva el nombre de la tribu: Yaqui.
El documento, del que Contralínea posee copia, da un revés a la Procuraduría General de la República (PGR) que, tras solicitar al INAH la presentación de un peritaje sobre la existencia de los pueblos de Pótam y Vícam, dio por hecho que la tribu estaba extinta.
Firmado el 8 de mayo pasado, el oficio indica que el INAH se deslinda de alguna responsabilidad por la interpretación de la PGR y hace “explicito” reconocimiento de estos pueblos como parte de la tribu.
“No necesitamos una marca que nos identifique como yaquis, ni siquiera tenemos una vestimenta tradicional. Llevamos en la sangre el ser yaqui, lo vivimos y lo convivimos”, dice el segundo gobernador de Vícam, Tomás Rojo Valencia.
“Hay un coraje que se ha retenido, al saber del intento de despojo de nuestros recursos naturales que es la vida que le da a esta comunidad, lo que es el Río Yaqui, ante el intento de desviarlo a la ciudad de Hermosillo para poder venderla y hacer uso del agua que para nosotros significa vida, una vida milenaria como comunidad”, agrega.
El gobernador yaqui manifiesta que ha sido toda una vida de lucha. Desde junio de 2010, la autoridad tradicional de Vícam y Potam “tenemos interpuesta una demanda de restitución de aguas ante el Tribunal Agrario 35 de Ciudad Obregón, en la que se solicita el cumplimiento del decreto presidencial de Lázaro Cárdenas, donde señala la integración de las tierras y el agua a la tribu yaqui. El mandato presidencial fue inscrito el 22 de octubre de 1940.
Espejos de agua
A lo largo del territorio yaqui se aprecian espejos de agua de lo que fue un río caudaloso. Éste servía para el riego de unas 70 mil hectáreas de cultivo, explica Mario Luna, secretario de la autoridad tradicional de Vícam.
Los canales de riego permanecen semivacíos y de éstos se abastece a unas 17 mil hectáreas, en el ciclo agrícola primavera verano. Las aguas bajan cuando se abren las compuertas de la presa Álvaro Obregón, también conocida como El Oviáchic, la más grande de la cuenca del Río Yaqui. Los más beneficiados, los yoris que explotan las tierras yaquis con sus cultivos.
El calor de este desierto hace pesado el ambiente. El polvo se levanta a la menor provocación. Los niños, vestidos con harapos, atraviesan anchos caminos junto con sus padres. Todos empolvados, con los pies resecos, semidescalzos, con los cabellos que parecen de tiza.
“Mis hijos no conocían el Río Yaqui con agua, hasta que las compuertas del Oviáchic abrieron el año pasado. Fue día de fiesta. La tribu yaqui depende mucho del agua en esta zona desértica. Anteriormente, cuando el Río tenía su caudal normal, irrigaba unas 70 mil hectáreas, se sembraba con los ríos.
“Con la modernización y la instalación de presas esa área agrícola se disminuyó a 24 mil. Ahora, conforme se controla el flujo, el Río Yaqui se transformó en espejos de agua”, dice el secretario de la autoridad tradicional de Vícam.
El decreto
“La lucha por el territorio y el agua no es de ahora. Siempre ha sido el gobierno quien promueve los problemas; ahora quieren llevarse el agua para Hermosillo. Desde que se expidió el decreto de Lázaro Cárdenas no se ha cumplido en realidad. Por eso, hasta el último yaqui que quede va a resistir”, asegura Alejandro Ribera Leyva, asesor de la comisaría de las autoridades tradicionales.
Se refiere a la postura del segundo gobernador de Vícam, Tomás Rojo Valencia, quien asegura que se pondrá como tapón humano en la salida de agua del acueducto Independencia: “hay muchos a los que no les agradan los abusos del gobierno. Nosotros somos los que debemos defender esto para dejar herencia a los yaquis que vienen”.
Y es que bajo la administración del general Lázaro Cárdenas del Río, los yaquis tuvieron el reconocimiento de su territorio en tan sólo un tercio del total que poseían ancestralmente.
Bajo el mandato presidencial de Cárdenas del Río, se ordenó “que se intensifiquen los trabajos relativos a la construcción del sistema de riego en el Río Yaqui en su margen derecha para el aprovechamiento de las aguas de la presa La Angostura en los terrenos de las colonias de la tribu yaqui”, terrenos que han sido reconocidos por resoluciones presidenciales de octubre de 1937.
Diez años más tarde, el 20 de junio de 1947, el representante de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca, Eduardo Huarte, dejó asentado que: “La tribu yaqui podrá disponer durante cada año agrícola de hasta la mitad del caudal que se almacenará en la presa La Angostura para fines de riego de sus propias tierras.
“Las extracciones deberán corresponder a las necesidades agrícolas de su zona irrigable en el margen de la derecha del citado río independientemente del aprovechamiento de las aguas no controladas en la presa La Angostura.”
Finalmente, “la tribu yaqui deberá poner más actividad en desmontar la mayor extensión de tierras que les sea posible para el mejor aprovechamiento de las aguas”.
Los yaquis
Para México, la nación yaqui es muy importante, ya que el país –como dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos– se conforma por sus pueblos originarios. En segundo lugar, por su trayectoria histórica: ha sido uno de los pueblos más resistentes en todo el mundo, se les ha comparado por investigadores extranjeros con los judíos o los catalanes, dice José Luis Moctezuma Zamarrón, investigador del Centro INAH Sonora.
De acuerdo con el artículo 2 de la Constitución, “la nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas”.
En su párrafo IX resalta que se obliga a “consultar a los pueblos indígenas en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo y de los estatales y municipales y, en su caso, incorporar las recomendaciones y propuestas que realicen”.
El investigador del INAH dice que pese a las vicisitudes históricas, los yaquis han sabido mantenerse unidos. Se reconocen como grupo étnico a partir de varios factores: el territorio, muy importante por lo que a su historia y productividad se refiere; la identidad; la religión; el agua; la lengua.
Explica que el presidente Lázaro Cárdenas del Río les otorgó, mediante un decreto presidencial, un tercio de lo que era su “territorio tradicional”, los dos tercios restantes quedaron en manos de los yoris –tierras ubicadas actualmente en el Valle del Yaqui–, campos reconocidos como los más productivos en materia agrícola a nivel nacional.
La defensa del territorio y el derecho al agua son las principales vertientes de la lucha de este pueblo. De esta última, señala el mandato presidencial, les corresponde un 50 por ciento de la derrama de la presa La Angostura, comenzada en construcción en 1937.
Cronología de la lucha yaqui
1533. Los españoles llegan a territorio yaqui
1623. Se crean los ocho pueblos yaqui
1767. Carlos III, rey de España, ordena la expulsión de jesuitas del territorio indígena
1825. Juan Balderas se levanta en armas con los yaquis
1856. El gobernador de Sonora, Manuel María Gándara, hace campaña de exterminio contra los yaquis para apoderarse de sus tierras
1888. Juan Maldonado se pone al frente de los pueblos yaquis
1890. Carlos Conat obtiene de Porfirio Díaz la concesión de abrir al cultivo y colonizar los terrenos yaquis. Comienzan las guerras del yaqui, que se extenderán hasta la Revolución Mexicana
1912-1920. Yaquis y mayos participan en la Revolución Mexicana
1920. Adolfo de la Huerta entrega a la tribu los pueblos de Huirivis, Rahum, Belem, Potam, Vícam y Torim
1926. Plutarco Elías Calles continúa con la colonización
1939. Lázaro Cárdenas firma el decreto presidencial a favor de la tribu yaqui
1940. Manuel Ávila Camacho reduce los apoyos al sector agropecuario de la tribu
1942. Concluye la obra de la presa La Angostura. Los yaquis tienen derecho a ocupar el agua
1952-1982. Debacle agrícola yaqui
1997. Durante el gobierno de Ernesto Zedillo se desata un nuevo conflicto por el límite del territorio yaqui, disputándose los pueblos de Cocorit y Bácum
1997. Bajo la administración de Ernesto Zedillo, el territorio entra nuevamente en conflicto por linderos del territorio
2004. En el gobierno de Vicente Fox Quesada, el territorio yaqui es considerado foco rojo dentro de los conflictos agrarios del país
2009. Los yaquis se oponen a la construcción del acueducto Independencia, también conocido como Novillo
Fuente: Derechos de agua y su proceso de transferencia de la tribu yaqui, El Colegio de San Luis.
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