De chapulines e irresponsabilidad
¿Por qué se cree tan Chicha
la clase política?
la clase política?
Cámara de diputados, cámara de senadores,
una llena de tarados y otra llena de traidores,
tarados de nacimiento también por convencimiento,
traidores por inconciencia y también por conveniencia.
Canción La Bomba del sonorense José de Molina (1998 +)
Esta es una fiesta para la bien pagada clase política. Un tobogán de emociones y ambiciones que todo valen en el sueño de sentirse con cargos públicos que les den poder.
No solo es relativamente fácil ganar dinero con los puestos, si no absolutamente fácil no rendir cuentas. No rendir cuenta en cuanto a su rendimiento pero tampoco en cuanto a lo que les llega a sus depósitos bancarios y a un facturaje, el más discreto y encubridor posible pero abultadito abultadito.
¿Cuales indicadores son los que utilizan para pensar que su labor tiene resultados en la solución de los problemas de la gente? ¿Para intentar subir más arriba o tan siquiera colocarse en la nómina presupuestal si no les toca el siguiente nivel? sea de color roja o azul. Si nada en el entorno se los dice: pobreza, desigualdad, no aplicación de la ley, contaminación, abuso. ¿Quién les dice que están haciendo bien las cosas?. ¿Los medios de comunicación? ¿las encuestas?, ¿la publicidad costosa pagada por el erario?, ¿los eventos de acarreados, los compadres y seguidores de partido?, ¿sus asesores que viven de las canonjías?.
Sigue la fiesta, no hay quien la pare. Los regidores se ilusionan con ser diputados locales, los locales con ser federales, los secretarios buscan imagen para proyectarse como locales, federales y hasta senadores. Pagan espacios en los medios para que sus declaraciones aparezcan. Intrigan y tratan de formar grupos. Acechan sobre la opinión del primer miembro del partido, sobre el parecer de la opinión pública y se imaginan mandando o ser obedecidos detrás de un lujoso sillón de cuero, caoba y con respaldo de chapa de metal.
Imaginan, por que es lógico que no es real, que sus declaraciones impactan al público, que mueven el escenario para que se les acomode según su interés político personal y así siguen, bajando y subiendo tacomas, suburbans o armadas, restauranteando todos los días y dicharachando en tertulias para ponerse de acuerdo en la repartición del pastel.
Se sienten magnánimos, infalibles, confiables, amables, y todo lo que termine en able. Que son deseados, adulados y merecedores. Que cuando los toma un reflector deben lucir para demostrar que trabajan por la comunidad y la prestancia que les da ser eso que son.
No importa todo lo que anotaron en el cuadernillo de la secretaria, todos los celulares apuntados y que esperaban por una llamada, los recados y mensajes de correo electrónico, los escalones bajados, los elevadores subidos, los apretones de mano, y las palmadas sonantes pas, pas, pas en la espalda de los amigos de partido, o amigos de otro partido que de cualquier forma también son parte del cuchupo.
Los documentos firmados sin leer menos meditar. Los compromisos no cumplidos, las facturas siempre, siempre cobradas. Aquello que no alcanzó a entenderse pero por la presión política tuvo que votarse o ser aceptado en el tramite
Y la fiesta sigue.
Javier Neblina Vega. El secretario de Sedeson se escucha como el pretenso favorito para la candidatura al Senado. Sus contrincantes le descontaron cierta partida en el presupuesto considerada electorera en el pago de gestores sociales. El no desmiente sus aspiraciones gustándole quedar bien con los medios de comunicación.
Alejandro López Caballero. Sea senador o alcalde de Hermosillo, sus aspiraciones no se ocultan del Secretario de Hacienda estatal.
Florencio Díaz Armenta, el ex contendiente por la candidatura a gobernador, hoy delegado de la CNA es de los punteros en declaraciones y posiciones con respecto al tema del agua en el estado. El Chito se acomoda la corbata, afina la voz y su actitud no lo desmiente. El senado quiere.
Dolores del Río, también disputante de la candidatura a gobernadora, la ex alcaldesa de Hermosillo, puede cabalgar con poco margen por el segundo puesto al Senado, le dará el contenido de género y tendría por ese razón cierta ventaja. Su posición independiente es su desventaja, ya que no está subordinada a la cadena de mando del gobernador Padrés.
Ernesto de Lucas Hopkins, Pato se hace al no despistar los acuerdos de partido para apuntalarse por la senaduría, fiel seguidor de Eduardo Bours, que la vida política le debe.
Samuel Moreno Terán, si su compadre se posiciona tendrá allanado el camino, pero si cae la proyección se caerán sus expectativas.
Ernesto Gándara Camou, trae la carga de la guardería ABC, sin embargo a pesar de ser un prospecto con fuerzas sin consolidar junto a su trayectoria de escisión con el ex gobernador Bours y al no desempeñar cargo alguno en estos momentos estar de pie o sentado es lo de menos lo de más estar posicionado de forma real.
Eloisa Flores, Felix Rafael, Roberto Ruibal, Faustino Félix, Manuel Barro, le tiran a la cámara baja.
Rogelio Diaz Brown, Raúl Acosta, Luis Plasencia, Sara Martínez, Rodrigo Ramírez, le tiran a la alcaldía de Cajeme.
Alfredo Verduzco, Armando Alcalá, Víctor Landeros, Alfredo Ramírez, se reacomodan para hacer que sus pretensiones suenen por los cargos a diputados.
Que siga la fiesta y no hay pex.
García Luna, los lambiscones,
y el reflejo condicionado
Por Martín Vélez
Los gobiernos de derecha actúan guiados por reflejos condicionados. El reflejo condicionado es una disposición no natural de la conducta, descubierta por un tal Pavlov. La cosa va más o menos así: Pavlov tenía unos perros a los que les daba de comer; pero, antes de acercarles el plato, hacía tocar una campanita. De manera natural las glándulas salivales se activan al percibir la comida. Pavlov descubrió que para hacer salivar a los perros no era necesario acercarles el alimento, estímulo natural, sino que bastaba sólo tocar la campanita, estímulo no natural; había conseguido condicionar la conducta de sus perros. Por cierto, muchos políticos, para salivar, no necesitan ni comida ni campanita ¡basta acercarles un presupuesto!, pero esa es otra historia.
Un ejemplo de reflejo condicionado es el comportamiento de la derecha con el presupuesto educativo, particularmente el destinado a las universidades. Año con año los gobiernos de derecha proponen una reducción al presupuesto de la UNAM. A nivel internacional esta universidad obtiene logros y reconocimientos cada vez mayores. Pero nada de eso importa; cada año, en cada propuesta de presupuesto, se proponen recortes. Al tiempo, se promueven campañas de desprestigio destinadas al fracaso, pues son desmentidas por los logros internacionales (el más reciente: el premio Príncipe de Asturias, para la UNAM). Guardadas distancias y proporciones, el caso aplica para la UNISON. Los reconocimientos y logros deberían ser un estímulo para que se destinaran más recursos a las universidades. Pero no, existe un condicionamiento negativo, en la conducta de los gobiernos de derecha, que los obliga a proponer, siempre, recortes presupuestales.
Exactamente lo inverso sucede con el presupuesto policiaco y militar. Cada año, los gobiernos de derecha proponen aumentos ¡aumentotes! Al presupuesto de las corporaciones policiaco militares. Cada año la situación de seguridad pública se deteriora. Y cada vez hay más señales de que buena parte de los recursos crecientes de estas corporaciones se utilizan para cometer crímenes y para apoyar bandas criminales. En este caso existe un condicionamiento positivo: independientemente de lo que suceda, de si sirve de algo o no, los gobiernos de derecha, siempre, propondrán incremento en el gasto policiaco. No existe en el gasto federal, desde 2001 a la fecha, ningún rubro que haya crecido más que el destinado a la Secretaría de Seguridad Pública.
García Luna pide más, y más le dan. La SSP se duplica y la violencia se duplica. García Luna vuelve a pedir más, y le vuelven a dar más. La SSP se triplica y la violencia se triplica. Entonces ya no se sabe si a García Luna la dan más dinero porque la violencia crece; o la violencia crece por que a García Luna le dan más dinero. En esa levedad del matiz está el dilema, como dijera nomeacuerdoquién.
García Luna es la personificación del costoso fracaso del gobierno de Calderón. No hay manera de que con un mínimo dato en la mano, nadie, exhiba la menor señal de que la situación de seguridad en el país haya mejorado, o vaya a mejorar en un futuro próximo. Los responsables de ese desastre son Pinky y Cerebro (García Luna y Calderón, Calderón y García Luna). Pero, entonces, ¿Por qué tantos medios, tantos “periodistas”, salieron a defender a García Luna cuando Sicilia pidió su renuncia? La respuesta es sencilla: es un reflejo condicionado.
Si usted asiste a un espectáculo circense, que incluya números con animales, notará que después de cada gracia efectuada por un animal, la persona encargada del número suele pasar disimuladamente la mano por el hocico del animal, para entregarle su sabroso premio. Así se condiciona la conducta de las bestias. El gasto gubernamental en publicidad, que se cuenta en miles de millones al año, condiciona el comportamiento de medios y “periodistas”. Investigue usted el gasto del gobierno en Televisa, en Radio Fórmula, en Azteca y en un largo etcétera; verá entonces pasar la mano del gobierno, sin disimulo alguno, por el hocico de la bestia “informativa”. Mal harían en no defender a García Luna; pecarían de malagradecidos. Y ese pecado es muy feo.
Genaro García Luna dió una conferencia en Hermosillo. Los que quisieron escucharlo pagaron ¡quinientos pesos! Parece que el responsable de una política de seguridad que hasta ahora ha costado cerca de cuarenta mil muertos, tiene algo que decir a los hermosillenses. El responsable de actos gravísimos de corrupción policiaca (caso de la banda de La Flor); el responsable de farsas montadas para la televisión, que hubieran sido motivo de cese fulminante en cualquier país que no fuera una república bananera; ese, hablará ante sonorenses que, para escucharlo, pagaron quinientos pesos. Escucharon y lo aplaudieron. Será otro caso de reflejo condicionado. Será gente que, sin saber por qué, aplaude al poder por el poder mismo. Como las focas que aplauden con el agua hasta el cuello, esperando la mojarrita, en la mano del domador.
En la cultura política mexicana, la genuflexión, vil agachismo, es vista con naturalidad y hasta admiración. No es algo nuevo. Ya en 1950, en su Laberinto de la Soledad, Octavio Paz advertía lo siguiente: “El servilismo ante los poderosos... es una de las deplorables consecuencias de esta situaciòn. Otra no menos degradante, es la adhesiòn a personas y no a principios. Con frecuancia nuestros polìticos confunden los negocios pùblicos con los privados. No importa. Su riqueza o su influencia en la administraciòn les permite sostener una mesnada que el pueblo llama, muy atinadamente, de "lambiscones" (de lamer)”
La lambisconería, a la que se refería el Nobel mexicano de las letras hace sesenta años, es causa y efecto del desastre nacional. Pero una pregunta será siempre necesaria: ¿Quién es más culpable, el que lame o el lamido?
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