Daniel Cosío Villegas, el hito mexicano del siglo XX
Comprender al sistema
Por Alejandro de la Torre D.
En
la Facultad de Ciencias Políticas cayeron las tardes de los 80s intentando
compenetrarme de centenas de libros, estresándome con la vista extraviada fuera
de los ventanales hacia los estragos del smog, mi falta de alimento y dinero
para comprar zapatos.
La
Democracia en México, La Revolución interrumpida, El Partido de la revolución
institucionalizada, El Ogro filantrópico, La Formación del poder político en
México, La Revolución que vino del norte, obras de mexicanos; y los libros de Max
Weber, Wright Mills, Duverger, Poulantzas, etcétera.
Ahí
estaban en los estantes de la biblioteca, los libros de Daniel Cosío Villegas,
relucientes, recién adquiridos, apetecibles de tiempo, de espera, de revisión.
Les di pequeñas vueltas, breves lecturas parciales y volvían a su lugar.
Antes
lo leí en Excélsior entre escritos de García Cantú, Berdejo, García Soler, yo
contaba con escasos 13 años de edad.
Al
revisar su libro, -Memorias-, Daniel Cosío Villegas nos enseña que es un crisol
de magnanimidad, humildad, constancia y criterio sociológico. Es la esencia
intelectual mexicana sin temor a equivocarme. Sus aportaciones no son las que
transformaron, son las que edificaron. Fue una constancia de gota de agua que
partió rocas. Fue el liderazgo en la creación de historiadores y el análisis
económico.
Sus
edificaciones ineludibles, gigantescas, y al mismo tiempo su modestia es digna
de ser encumbrada. Primer asesor de la Secretaria de Relaciones Exteriores
antes de y en el cardenismo. Protagonista de la etapa crítica de la situación económica
mundial previa a la segunda guerra, postgraduado en las universidades de EU, GB
y Francia, cuando el perfil de estas era Keynes y no el neoliberalismo.
Revisor
de la doctrina Estrada en materia de política exterior, de las orientaciones de
la autonomía del Banco de México al fundarlo Manuel Gómez Morín. Iniciador de
la solicitud ante el presidente Lázaro Cárdenas para aceptar a los exiliados españoles
en México. Sustituto de catedra de Vicente Lombardo Toledano. Colega de Alfonso
Reyes aunque menor 10 años, juntos idearon a El Colegio de México, esa
institución que ha dado frutos en Historia, Economía, Sociología, al perfil de
la investigación nacional.
Creador
del Fondo de Cultura Económica lo dirigió en primera etapa de 1934 a 1948, que
hoy se recupera poco a poco.
Su
fortaleza intelectual se eleva más con su tetralogía en el sexenio de Luis
Echeverría: El Sistema Político Mexicano, El estilo de gobernar y La sucesión
presidencial, uno y dos.
Una
energía juvenil a sus siete décadas de edad envidia de los más reconocidos
periodistas al ser acometido por el dictador presidencial veinte años menor de
edad, que no le gustaba lo que escribía en el Diario dirigido por Julio Scherer
que a la postre fue sofocado. Los relatos de Cosío en sus últimos dos Tramos de
sus Memorias son el icono y las guías de la literatura política en decenas de
sucesores para criticar al régimen presidencial intolerante posterior a
Echeverría.
Hoy
que el sistema presidencial se ha modificado pero que no ha muerto con el
actual sexenio de Andrés Manuel López Obrador, se requiere revisar a Cosío
Villegas que no hizo sus estudios a partir de ocurrencias si no de tesis
fundadas.
El
régimen presidencial prevaleció con toda su cauda de autoritarismo, corrupción,
hegemonismo, antidemocracia, desde De la Madrid Hurtado a Peña Nieto, pasando
por dos sexenios panistas, demacrables, Fox y Calderón.
Así
también hubiera gobernado Donaldo Colosio, pero lo balacearon. Tanto con
Colosio como con Fox, el actual gobernador de Sonora Alfonso Durazo, arrastra
esta cultura neo priista presidencialista, que no puede ocultar: ritos y
acomodos, discrecionalidad y obediencia a la jerarquía.
Daniel
Cosío Villegas con su examinación, su método deductivo que no lo fundamentó en
marxismo o estructuralismo, hizo a la Economía una disciplina profesional para
las instituciones del país, a la Historia de México una materia de investigación
sin precedentes ni subsecuentes. A la academia y al periodismo los volvió
ejercicios de perspicacia inigualables que generó el camino a seguir entre
siglos sin hacer aspavientos ni zozobras. Solo el trabajo del pensador.
Cosío Villegas, es México.
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