sábado, 11 de diciembre de 2021

2022. Presupuesto público sin pueblo. Decisiones sin participación.

 2022, supuesto presupuesto impuesto

Por Alejandro de la Torre D.

Durante 90 años, antes de este vigésimo primer año del vigésimo primer siglo, hemos sido sometidos los contribuyentes a la confección del gasto público nacional por los ostentadores de cargos, electos por la misma gente que no participa en esta, la decisión pública más importante.

Nunca la gente ha diseñado este gasto a nivel nacional que supera los 6.2 billones de pesos, o para que lo entiendan las y los lectores, 6 veces la cantidad de 999 mil 999 millones 999 mil pesos. Siempre lo han sometido tanto el presidente como 500 levantadedos, llamados diputados.

A pesar de que existe una Ley de Participación Ciudadana para armar presupuestos públicos, sigue siendo letra muerta.

En este fin de año, no fue la excepción. Es como si un padre autócrata decidiera él sólo, dónde, cuándo y en qué gastar el ingreso familiar, sean necedades o necesidades. No importa, el patriarcal autoritario decide esto, aunque diga que es por el bien de toda la familia.

Así ha pasado la historia sin fuerza que lo impida. La ciudadanía y la renta nacional aportan mediante impuestos todo este dinero, mediante la explotación del trabajo de los trabajadores, y un puñado de gobernantes dictados por una persona lo imponen sin remedio.

A esto le llaman “Democracia”.

En nuestro Estado libre y soberano, Sonora, pasa lo mismo, los ropajes son copiados sin distingos. El presupuesto estatal alcanza los 70 mil millones de pesos que proporcionalmente es el 0.75 por ciento del presupuesto federal, aunque solo se incluya dentro de este aproximadamente el 0.6 por ciento. Esto significa que al Estado de Sonora le reparten el 0.6 por ciento del presupuesto nacional. A el municipio de Hermosillo le tocaría el 0.07 por ciento y a Cajeme el 0.05 por ciento.

Con estos datos, ya podemos entender por qué los municipios no tenemos dinero, sin menoscabo de que más de la mitad de este pírrico porcentaje se destina a pagar nómina y gasto corriente.

Bueno, ¿de donde sale el dinero que presupuesta a gastar el gobierno federal, estos 6.3 billones de pesos para 2022? Pues se genera de los impuestos. Y estos impuestos se aportan por los trabajadores que trabajan en empresas, o por su cuenta, en ISR, IVA, IEPS, ISPT, etc. Además de depósitos en bancos por concepto de venta de petróleo, de depósitos que gastan los turistas, de depósitos por divisas en empresas de envíos de dinero en dólares, de impuestos por comercio exterior, patentes, explotaciones y concesiones y otros.

Toda esa actividad que aporta dinero al gobierno, se mueve en las carreteras, en las vía férreas, en la travesía de barcos que atracan en los puertos, en la vía aérea.

Y gran parte de la actividad que genera los impuestos, se hace en las ciudades. En las ciudades están los parques industriales, los centros comerciales, las zonas de vivienda obrera y trabajadora. O sea para concretar y para entender que la actividad económica, que paga los impuestos, necesita de las calles urbanas, de las avenidas citadinas, para circular, para trabajar, para comerciar, para trasladarse. Ahí se generan los impuestos que gasta el gobierno federal.

Este gobierno federal, no gasta en hacer calles urbanas, mucho menos en tapar baches. Este gobierno federal se hace de la vista gorda, cuando los que pagan impuestos, y mueven la economía, sufren por sus calles destruidas por las que transitan todos los días. Todos los días caen en baches, en hoyancos, en escoriaciones y avenidas destruidas. El gobierno federal, se hace de la vista gorda.

Así pasa lo mismo con el salario de los trabajadores. Son los que aportan el trabajo para generar la ganancia de las empresas para que se incremente el pago de impuestos, para que se incremente el gasto público federal. Son los primeros que deben obtener un mayor ingreso para que la economía florezca, crezca, aumente el dinero para hacer obras y servicios.

Esta pequeñez de la lógica del poder, tiene a México hundido.

Esta lógica de no incluir a la gente para participar en la elaboración del presupuesto público para el gasto público del gobierno, que debe hacer calles transitables para que mejore la actividad productiva, comercial y laboral, es lo que hace que entendamos que en México, es pura mentira la cuarta transformación, porque se sienta en el mismo esquema del pasado, viejo y corrupto régimen, y nos dicen que todo va bien. No es cierto.

Nuestra economía no crece, las calles están destruidas, no se logra la seguridad pública, no hay mejora salarial y los precios de los productos básicos se disparan y unos cuantos toman las decisiones. Antes vestidos de tricolor, luego azulados y ahora vestidos de morado. Las cosas siguen igual o peor.




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