martes, 3 de agosto de 2021

Reorientación presupuestal para Sonora.

 Qué tanto cuánto se modificará el dinero público de Sonora

Por Alejandro de la Torre D.

Duelen las carencias de una gran cantidad de personas que sufren la pobreza migrante, esta pobreza que se traslada y luego se transmite. Sonora es paso y también depósito de decenas de miles.

No es el crecimiento, la potencialidad económica, la inversión tan famosa la que puede disminuirla. Es el razonamiento humano el único camino.

Razonar la pobreza no es analizarla ni clasificarla ni atenderla con presupuesto, es entender que hay seres humanos que no tienen dónde vivir, qué comer, cómo salir de su deterioro físico, porque son marginados por su migración, fueron obstruidos por su paso a la frontera, que vienen a buscar salir de la pobreza de sus regiones y que ya son parte del “adorno” urbano y se quedan a pedir y mendigar con una deteriorada condición de sus personas.

Los pobres de paso, son los que piden cualquier moneda, no son pocos, sus manos tiznadas y cabeza grasosa por la falta de agua, sus harapos demacrados, sus caras muchas veces lánguidas y cadavéricas. Se bajaron del tren o de raites, van o vienen de la línea, o se quedaron atorados desde Honduras o Oaxaca.

Además de esta pobreza que profundiza el contraste regional, está la pobreza local de centenas de miles de sonorenses que tienen décadas sin prosperar pero que no sufren del extremoso palidecer de la carencia por la migración. Sin embargo esta pobreza es más sensible por ser de sonorenses que viven desde el siglo pasado, incluso desde los años 70, son pobres hijos de pobres sonorenses que siguen en los barrios, en las colonias periféricas o en el sur de Sonora en las poblaciones campesinas. Según el cálculo del Ciacd o del Inegi, un millón 200 mil personas que vivimos en Sonora ganamos menos de dos salarios mínimos, o sea menos de 300 pesos diarios y con dos, tres, hasta cinco dependientes. Esta pobreza lacera la economía por el bajo poder adquisitivo por que la mitad de estos sonorenses viven con menos de 40 pesos diarios.

Y el tercer estrato de la pobreza se encuentra en las comunidades indígenas y serranas, yaquis y mayos que no obtienen la capacidad de ingreso suficiente, formado por más de 160 mil integrantes desde Guasimas hasta Buaysiacobe y Agiabampo, su deterioro físico y de vivencia son de los más bajos en cualquier estrato social sonorense y debieron ser los primeros beneficiarios de los suficientes recursos naturales y económicos del cual debieron ser originalmente propietarios.

En todos los periodos económicos, el post revolucionario, (1910-45) el moderno (45-80) y el post moderno (80-2020) han sido beneficiarios residuales de la riqueza generada por la gran empresa o de la inversión agropecuaria, o sea de los que le sobra al acaparamiento del dinero privado (capital) y público (gasto) y han obtenido su sobrevivencia de ese residuo que les deja la concentración del ingreso.

La prosperidad deseable para estos tres estratos de pobreza no se obtendrá únicamente con la acción gubernamental del poder público, desde luego la única vía de solución para que la población adquiera un nivel de ingreso que le permita obtener su capacidad de desarrollo, es el cambio de modelo económico y el impulso proactivo de la pequeña y mediana empresa con el mejoramiento sustancial del ingreso general de la población trabajadora y no bajo el enfoque parcial de la ganancia inversionista.

Este crecimiento es factible con una sociedad en superación, en donde el régimen de poder público lo haga accesible con el desarrollo de la democracia en su proactividad con la participación directa y en la toma de decisiones. No solo es pues que se reoriente el presupuesto público del Estado de Sonora para los pobres o para el desarrollo social, como nunca en la historia como lo anuncia el gobernador Alfonso Durazo, que es plausible su intención y que dentro de 45 días asumirá el mando, pero esto podrá lograrse si se da una interacción cada vez en mayor ascenso de los sectores de la sociedad principalmente el pueblo organizado, para hacer crecer la economía.

La restructuración del presupuesto en el gobierno del Estado de Sonora con un plan de austeridad y eficacia para recuperar recursos y áreas públicas, como lo establece Durazo, tiene que tener el respaldo con organización y apoyo de la población trabajadora de Sonora y del pueblo pobre para mejorar la economía.

Las calles de las ciudades de Sonora, como Obregón, están derruidas, la seguridad pública requiere de una reingeniería, la obra pública merece mayor presupuesto, pero la pobreza ya no puede seguir recibiendo residuos, sino una estrategia de atención hasta donde las fuerzas alcancen.

Más de 80 mil millones de pesos es el dinero público con el que se dispondrá el año 2022, de los cuales más del 40 por ciento es gasto corriente y de nómina y el 25 por ciento es gasto de la Secretaria de Educación. También se tiene una de las deudas públicas más altas del país.

En la rueda de prensa de este lunes 2 de agosto, le entregué al futuro gobernador en el que recae una gran esperanza de hacer un gobierno que haga cosas que nunca se han hecho en beneficio popular, un escrito que contiene una propuesta de reforma al Poder Judicial para que este poder sea la fortaleza en la aplicación de la justicia y la igualdad ante la ley en el Estado de Sonora, algo que no sucede actualmente, ojalá sea tomada en cuenta.

https://www.dossierpolitico.com/vercolumnas.php?artid=253777&relacion=dossierpolitico&categoria=292


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