Sentir y llorar la tierra
Por Alejandro de la Torre D.
“Debes
amar su arcilla que va en tus manos
y si no, no la emprendas, que será en vano
solo el amor convierte en milagro el barro.
Debes amar el tiempo de los intentos
debes amar la hora que nunca brilla
y si no, no pretendas tocar lo cierto
solo el amor engendra la maravilla
solo el amor consigue encender lo muerto.”
Silvio Rodríguez
El desasosiego se ha profundizado y
sigue generando desesperanza.
Sangre, polvo y sol son los rasgos de
nuestra comunidad, sufrida como nunca.
No hay ilusión, la contracción de la
aspiración se dispersa, hay poco dinero en el grueso de la población que es el único
mecanismo para obtener la sobrevivencia diaria. No hay interacción con el
gobierno, a pesar de que 4 de cada 10 personas confíen en su funcionamiento. (2
de junio dixit.).
El gran problema de los moradores de
nuestra localidad es la incapacidad y la dificultad de allegarse de lo más
indispensable, todavía más, de los satisfactores básicos, todavía más del derecho
a vivir bien y plenos.
Se ha deteriorado tanto la vida social
que no se ve cercana la readmiración por sus atardeceres de colores, sus
trigales profundos, su agua pura del Oviachic, su apacibilidad en las señoras
de las calles, de sus nobles manos y brazos que labran la vida, de su olor de
flores y tierra húmeda, de sus miles de pájaros que brincan y trinan en altos
yucatecos, de su cielo azul del mediodía y del ruido de sus chicharras y
grillos al anochecer, de la confianza e identificación colectiva que dejaron
los viejos.
Corretear la liebre, el poco dinero,
el codazo o el empujón, desplazan la integración y se pierde aún más al
incorporarse a las necesidades nuevos integrantes que piden fuentes de ingreso
y una posibilidad de vida estable.
La expectativa derrumbada por la deslealtad
de gobiernos verticales y corruptos, la marginación en la toma de decisiones y
la inexistencia de formatos inclusivos de gobernanza desde el espacio inmediato
de la gente, que integre, que rescate, que haga un futuro visible.
Fluye la droga barata destruyendo la
estabilidad menguada del poco ingreso y se desordena la convivencia hasta el
grado de la violencia imparable y generada todavía más por los que extienden la
mano corruptamente aceptando soborno para tolerar el mercadeo.
Un municipio en boca del Presidente,
en boca del sistema nacional de seguridad, en oídos de los medios informativos
de todo el país, en foco de la banda del cristal azul contra el blanco,
exterminando vidas que dieron el mal paso por necesidad de dinero y después por
habito de obtenerlo en mayor cantidad.
Un municipio donde los trabajadores
de ambos sexos, ganan menos de 5 mil pesos mensuales y que con ese dinero pagado
por maquiladoras y empresas trasnacionales, la economía local tiene que
rasgarse con sus propias uñas y dientes.
Donde el campo agrícola no hace
circular debidamente el ingreso por ser manejado por grupos empresariales
rentadores de tierra y agua, que no hacen girar el ingreso entre la gente
campesina.
Empleo menguado, ingreso esporádico y
bajo, poco fomento de pequeña empresa, pandemia persistente, y tolerancia de
las bandas de la droga, provocan esta situación de crisis económica insalvable
por los apoyitos de López Obrador.
Esta tierra duele por su gran
cantidad de asesinatos que alarman y no hay quien los detenga, no hay visos de
que haya capacidad de control y estabilización, no hay esperanza todavía para
alcanzar la paz, porque no hay proyección para alcanzar mejor economía.
Las calles destrozadas no solo en
vialidad en más de 50 colonias donde viven 300 mil habitantes, que sufren este despedazadero
y también de las rúas más céntricas que las sufrimos todos, y la desesperanza
de que no se revertirá en el corto plazo este deterioro, hacen que se pierda la
congruencia de la gente que volvió a votar por el Presidente.
¿Por qué llamas tanto la atención
municipio? Al que Santos García Wikit te nombraba Baajtawéekáapo, tierra fértil.
Por tus muertes, por tu muerte, por tus moribundos, por tu espíritu en letalidad,
por tu historia actual de mortandad, por tu estela de insobrevivencia.
Hace falta vida. Como canta Silvio
Rodríguez: solo el amor engendra la maravilla, solo el amor convierte el
milagro en barro.
Solo Cajeme puede salvar a Cajeme.
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