El PRI Sonora en retirada,
pero todavía con el control gubernamental
Por Alejandro de la Torre D./CRóNICA10
“Nunca hay ausencia de poder, el poder que pierden los sujetos o las clases, lo obtienen casi automáticamente otros sujetos y clases”.
Jesús Reyes-Heroles.
En Sonora se han modificado drásticamente las condiciones de control político del PRI y hay la tendencia a no votar por lo mismo.
Todas las encuestas aplicadas en Sonora rumbo al 1°de julio dan como ganador a Andrés Manuel López Obrador obteniendo entre el 35 y 40 por ciento a su favor.
Esto repercute en el resto de candidatos de su partido Morena que sin tener arraigo ciudadano o tener muy poco, pueden capitalizar para ellos mismos, si cumplen dos condiciones primordiales:
1.- Que se represente fielmente o de forma personal el concepto lópezobradorista y se identifique esto cabalmente por los electores;
2.- Que se haga una campaña paralela en ritmo e intensidad a la que se efectúa por el adversario PRI aunque los dineros para la campaña sean desiguales.
Desde luego la señora hija de Beltrones y el Malo estarán gastando enormes recursos y gastarán tentativamente la mitad de lo que gastó Pavlovich por la gubernatura en 2015, 200 millones de pesos, cifra inalcanzable para los candidatos de López Obrador que estarían gastando y resulta una cantidad abrumadora para ellos, entre 20 y 30 millones de pesos, o sea una desventaja de 10 a 1.
Sin embargo, López Obrador obtendría más de 400 mil votos en Sonora que no van a ser automáticamente dirigidos al resto de las candidaturas incluidas las principales que son al Senado de la República.
Pero a contraparte a pesar de un Meade derrumbado, la Beltrones alcanzaría un 40 por ciento de los votos, o sea unos 300 mil para obtener las dos senadurías dejando 500 mil votos restantes a repartirse a Morena, PAN y MC.
A pesar de los malos candidatos del PRI, empezando por el ex alcalde de Hermosillo Maloro que dejó un ayuntamiento con graves rezagos y ahora va para Senador, y en las diputaciones federales el cinismo de brincar de un puesto a otro sin demostrar logros en el puesto anterior, como la Senadora Acosta en el distrito VI o como la cabeza de la lista plurinominal del PRI, Díaz Brown ex alcalde de Cajeme que saqueó la situación financiera del segundo municipio del Estado.
Este escenario es el proyectado por el PRI, cuyo objetivo es alcanzar 12 distritos locales y 17 diputados, conservando la mayoría del Congreso Local y los principales ayuntamientos, dándole la ratificación en el poder estatal sin mayores aspavientos, abriendo brecha para buscar una vez más, la gubernatura en 2021.
El resultado previsto le permitiría al PRI sonorense y beltronista, a pesar de perder la presidencia de la República pelear la gubernatura de Sonora con la mayoría de votos obtenidos en esta próxima elección como su plataforma conservadora sentando la base para echar a andar una estrategia electoral futura.
Este contexto es probable no sea entendido y visualizado por los directivos estatales de Morena encabezados por Durazo y Téllez cometiendo la grave carencia de ser tan solo unos rivales coyunturales que esperan cachar las elevaditas que López Obrador les ha puesto de globito.
Y es lo que demuestran: Esperar el premio de consuelo, la senaduría de minoría. No tienen en su expectativa el reto de enfrentar a un adversario aparatoso, mañoso y desigual a sus fuerzas, pero que encierra un efecto repercutivo ante el rechazo ciudadano a ese PRI beltronista y a su corrupción, a esa grave inseguridad pública estatal y a esa cínica simulación del gobierno de Claudia Pavlovich.
El comportamiento de los candidatos morenistas y sus carencias económicas para hacer una campaña solvente, así como sus inercias, nos indican que solo esperarán que les caigan las pelotitas en los guantes y las ganancias lleguen gratis, sin construir la afrenta para derrotar al PRI.
Muestran una gran incapacidad para fincar un proyecto consolidado con la simpatía y organización ciudadana principalmente con el pueblo trabajador del estado que tenga como medio y fin, quitarle el ejercicio del poder público a la oligarquía sonorense que es la que manda detrás del PRI sonorense de Beltrones y Pavlovich.
El llenado de las candidaturas de Morena con personajes emergentes, muchos de ellos con un pasado ligado a los gobiernos priistas y panistas, no cubre la expectativa de arraigo y confianza popular que permita fijarse un plan para ganar la gubernatura y cambiar el esquema de poder en las elecciones del año 2021.
Presentan un comportamiento inmediatista de clase pequeñoburgués tan solo de vivir y obtener con la marea Lópezobradorista una porción de poder político que les caerá del cielo y desde luego ejercerlo, venga por donde venga, sin tener nociones de compromiso para desempeñarlo con los objetivos y la representación de la clase social mayoritaria, el pueblo.
Personajes como Célida López, el Pollo Castelo y otros, ligados al padrecismo, así como Lorenia Valles o Hildeliza Gonzáles ligados al perredismo cochupero, o el boxeador tres veces noqueado Síri Salido, Ana Gabriela Guevara de nueva cuenta, así como el ex alcalde panista de San Luis Rio Colorado Manuel Baldenebro o Arturo hijo de Alfonso Robinsón Bours, reflejan una cierta fama mediática pero no contienen por si mismos la identificación social necesaria para que sean avalados por la masa electoral formada por el pueblo que pide lealtad con sus intereses.
Desconocen prácticamente el arte y técnica de la inclusión de la población proletaria para derrotar al régimen. Y no contienen en su propia esencia la cualidad de ir más allá de las elecciones inmediatas donde lo elemental es su propio proyecto y beneficio personal.
Los recursos económicos, la capacidad opositora o la trayectoria congruente, fueran sustituibles si no se tienen, pero no así la conciencia sobre las causas del hartazgo social y de la acción ciudadana popular dispuesta a derrotar al PRI en el gobierno, porque esta cualidad no es entregada a todos así porque si, por un dedazo o por un cochupo de supuesta encuesta para convertirse en candidatos.
El aval popular no es gratis, cuesta sudor, lágrimas, confianza y suelas de zapatos rotas.
Las conclusiones de este escrito y la demostración masiva de la concentración popular de más de 10 mil asistentes en Cajeme el pasado 17 de abril con López Obrador, nos indican fehacientemente que el PRI puede ser derrotado en Sonora a pesar de su ostentoso aparato de control en sindicatos, medios de comunicación y cámaras empresariales y de los recursos generados por el dinero público.
El problema de fondo reside en no revivir la mala experiencia del PRD, -protagonista de esa experiencia vuelve a ser la candidata para Guaymas Sara Valle Dessens- y que como lo hizo Lamarque hace 17 años al ganar la alcaldía de Cajeme, ante la concentración popular en la plaza 18 de marzo el miércoles 9 de julio de 1997, les dio las gracias por votar por el PRD a miles de personas congregadas para festejar el triunfo electoral, y les dijo que se fueran a sus casas que él y su séquito iban a gobernar.
El PRI a 8 semanas del día electoral puede ser derrotado todavía, hay un fenómeno mágico que se produce cuando hay confianza popular, en estos momentos endebles: el roce, la mirada, la palabra limpia, el propósito, la nobleza. Los candidatos de morena no pegan por que no cuentan con ellas, y tienen que pegarse al Peje. Lamentable.
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