martes, 13 de junio de 2017

Cocimiento de cebolla pero sin la razón en cabildo cajemense

La sesión del 12 de junio y como acabar con el buen raciocinio
Por Alejandro de la Torre D. CRóNICA10
Asistir a una sesión del actual ayuntamiento de Cajeme resulta ser una experiencia de amargura pero también de entereza humana para poder aguantar tanta incongruencia y desdén de los ediles. El ayuntamiento es una palabra que proviene de yuntar o juntar, entonces todos los que viven en un lugar se deben juntar para ver las cosas y resolver las carencias mutuas. Pero eso no sucede.

Los integrantes actúan desapartados del interés general con gran indiferencia e irresponsabilidad, porque de ahí salen todas las decisiones que influyen en la comunidad, desde los impuestos, las reglas y los trazos de un municipio y su peso es enorme porque la gente obedece pero no manda con todas las implicaciones de retroceso existente. Y así está Cajeme retrocedido y en el desastre.
Se subordinan casi por entero a la capacidad de mando del presidente, cuando es el que únicamente PRESIDE la sesión, o sea conduce la asamblea para obtener buenos acuerdos que respeten, incluyan y mejoren la vida de los ciudadanos.
Este presidente tiene un sueldo al igual que el representante legal, el síndico y los demás que se llaman regidores nunca se insubordinan a sus órdenes ya que este y su firma distribuye el dinero público con que cuentan por la recaudación.
En una de las discusiones de esta sesión del 12 de junio reciente, se trató una definición de una de sus comisiones de trabajo, llamada de anticorrupción y en voz de Enrique Estrada edil que no es del partido político del presidente, resolvió pedir a cabildo tres cosas: primera, que se revisará el caso de los contratos y la compra de miles de lámparas de iluminación “LED” utilizadas para aluzar las calles ya que estas instaladas en postes públicos no se prenden en las noches en extensos sectores. Segunda, piden que sean removidos los funcionarios del Órgano de Control y Evaluación Gubernamental mejor conocido como Contraloría, titular y directora Fernando González y Guadalupe Lares, aspecto del que no estuvo de acuerdo el presidente Faustino Félix advirtiendo –y parecía por momentos que la sesión se convertía en un partido de ping pong– que votaría en contra, pidiendo fuera excluido el punto, hay que hacer notar que esta dependencia evaluativa y legal se encuentra formada por cuatro o cinco abogadosv de clara afiliación priísta que deja mucho que desear de su credibilidad al emitir sus resoluciones, y Tercera la comparecencia del ex titular de la Sindicatura Municipal de nombre Manuel Montaño Gutiérrez para que explicara varias irregularidades de la precedente administración municipal.
Esta discusión se tornó de la congoja a la risa para que aceptaran desechar los acuerdos de la comisión, desistiéndose de la petición segunda, para que los otros puntos se aceptaran, quedando para después la evaluación de los funcionarios. O sea para después la decisión que considera si los funcionarios que combaten actos deshonestos pueda cuestionárseles su honestidad ya que el titular es tío del ex tesorero municipal Sergio Gastélum y la directora firmaba los cheques en toda la gestión de este ex tesorero. Recorcholis, como dijera Robin.
Pero el edil Estrada cedió a la petición presidencial y al asunto se le quita lo más pegajoso.
Después se arma un brete ya que se designa otro responsable de la comisión de seguridad pública Abraham Ramírez del PRI ya que la que ocupaba la función Sandra Montes de Oca que tampoco pertenece al partido político del presidente, desiste de seguir en ese cargo por la indolencia de muchos policías y la complicidad en el área que no pudo combatir, dijo ella. Aquí no se respetó el reglamento y primero debió cancelarse un acuerdo para tomar otro, pero que tanto es tantito?, se pasó por el arco del triunfo tal acuerdo para sentarse sobre de él y tomar otro acuerdo, total para eso se hizo la regla para romperla, aquí no pasa nada. Renuncio, acepto, y vuelvo a renunciar, acepto renuncio y vuelvo aceptar, jugando a la matatena, al cabo es una papa caliente de desastre la seguridad pública en Cajeme que no tiene pies ni cabeza tanta delincuencia.
Casi al final hubo una buena noticia, la instalación de 30 parabuses con un costo de 10 mil pesos cada uno, donde se diseñarán adaptados para evitar lo caliente del metal para los pasajeros del transporte urbano, tarea que estuvo a cargo del secretario del Ayuntamiento Armando Alcalá.
Otra cosilla que trataron fue el aviso del regidor Jorge Russo de que comprará un bebedero de agua purificada para la gente por el calor del verano, que pueda servir de ejemplo para adquirir varios más para instalarse en lugares públicos dándole la razón a un grupo de ciudadanos llamados los chucherías que se manifestaron de pie sosteniendo cartulinas de forma indoblable encabezados por Rosendo Arrayales en la larga sesión que duró casi tres horas.
Cabildo es una olla donde el cilantro y la cebolla se cuecen pero no se vierte el caro raciocinio para sus sueldos de 30 mil pesos mensuales de los que dicen llamarse representantes edilicios en el vilipendiado ayuntamiento de Cajeme.

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