En busca de la ruta
Revisión de los intereses políticos en Cajeme
Por Alejandro de la Torre D.
Cd. Obregón. Son.- Vivimos en Cajeme un
escenario de incompetencia y bajos resultados de los gobiernos en lo que va de
este milenio. El peor momento en el índice de homicidios ocurrido dentro de sus
contornos, la proliferación de drogas baratas y el desastre económico que
genera emigración, bajísimos salarios y un pueblo dormido con los mayores
niveles de pobreza absoluta de Sonora.
No hay más que de una
sopa: cambiar de ruta para evitar hundirnos más en el rezago social.
El municipio de
Cajeme no ha progresado en los últimos 20 años, se ha obstruido su crecimiento
por un modelo caduco de economía agrícola inclusive todavía acaparada por unos
cuantos.
De igual forma la
retención de explotadoras fábricas maquiladoras genera una asiatización de la
población que se subordina a los salarios más bajos del mundo y a la
mediocridad del ingreso (de 20 a 200 pesos diarios) de más de 300 mil
habitantes que caen en pobreza generalizada, en niveles alarmantes de
mendicidad y en miles de personas dedicadas a actividades subterráneas como la
compraventa de cristal y marihuana.
La pobreza se vuelve caldo de cultivo para los partidos y candidatos de los grupos de poder que inducen el voto cada tres años, inician con la corporativización de las ayudas sociales gubernamentales, llegado los tiempos crean una estructura de cooptación electoral pagada con millones de pesos con jefes electorales en cada área y sección, y días antes de la jornada electoral reparten dinero y discretamente forzan con el pago de dádivas la inducción del voto. Esta práctica fue utilizada por el PRI para ganar las elecciones en 2012 y 2015 en Cajeme, manipulando de un 15 a un 20 por ciento la lista nominal, y el órgano electoral (IEE de Sonora) se hizo de la vista gorda sin sancionar nunca, al contrario se convirtió en fiel protector de este fraude.
La pobreza se vuelve caldo de cultivo para los partidos y candidatos de los grupos de poder que inducen el voto cada tres años, inician con la corporativización de las ayudas sociales gubernamentales, llegado los tiempos crean una estructura de cooptación electoral pagada con millones de pesos con jefes electorales en cada área y sección, y días antes de la jornada electoral reparten dinero y discretamente forzan con el pago de dádivas la inducción del voto. Esta práctica fue utilizada por el PRI para ganar las elecciones en 2012 y 2015 en Cajeme, manipulando de un 15 a un 20 por ciento la lista nominal, y el órgano electoral (IEE de Sonora) se hizo de la vista gorda sin sancionar nunca, al contrario se convirtió en fiel protector de este fraude.
La falta de espacios
de democracia ciudadana, de inserción de los vecinos en los problemas de la
comunidad y de un gobierno directo en la aplicación de programas y
presupuestos, es el esquema de participación social que suprime y rechaza el
autoritarismo que impera con los gobiernos del PRI y también con los gobiernos
del PAN. El municipio cuenta con recursos por el orden de los 2 mil millones de
pesos anuales, de los cuales solo una tercera parte se aplica a prioridades de
obras y servicios y todavía aún, estos reducidos recursos son jineteados por un
puñado de constructoras y licitadores que comparten mochada con los alcaldes y
funcionarios en turno. Además no existe un eficiente ahorro de estos recursos
ya que podrían rencausarse a necesidades urbanas y sociales, entre 200 y 300
millones de pesos, aplicados en gastos superfluos y derroches internos de cada administración
y en los caprichos de cada déspota alcalde. De igual forma no se pelean mayores
recursos para el municipio por obediencia a la jerarquía de poder federal
perteneciente a una estructura subordinada a los intereses creados del PRI o del
PAN cuando ocupan la presidencia o la gubernatura del estado. Si se pelearan
recursos el municipio debería contar con el doble o quizás el triple de
recursos públicos, estaríamos hablando de 4 mil o quizás 6 mil millones de
pesos anuales que generarían crecimiento urbano, económico y para levantar el
desarrollo y bienestar de la población en la pobreza.
Pero los trienios de
Ricardo Bours en 2000, de Jesús Félix en 2003, de Francisco Villanueva en 2006,
de Manuel Barro en 2009, de Rogelio Díaz Brown en 2012 y de Faustino Félix en
2015 son los responsables de un municipio en la debacle, desempeñándose como
abiertos simuladores para gastarse los insuficientes recursos públicos que
genera penosamente o que le llegan a la comuna cajemense y que
discrecionalmente los han usado para enriquecerse, mejorar sus negocios personales y los negocios
de grupos reducidos.
El pueblo de Cajeme
se ha quedado al margen de cualquier beneficio directo que no sean aquellos que
hacen alharaca cuando se pavimenta una calle, se introduce un poste de
alumbrado o una plazuela que dura pocos años remodelada. Debe ser postrado a
salarios de 120 pesos diarios en las fábricas, a levantar a 5 pesos la cubeta
de hortalizas en los campos empresariales, a buscar en las calles vender
artículos en cambaceo, a vender en tianguis o a poner pequeños puestos de
comida, esa es la prosperidad que difunde la oligarquía local que acapara
tierra agrícola, tierra urbana, actividad comercial, concertaciones con las
trasnacionales y licitaciones gubernamentales.
La población de
Cajeme no tiene alternativas que resuelvan el alto rezago social, que acaben un
clima de delincuencia con una policía cómplice e ineficiente, que impulse el
crecimiento de pequeñas empresas que regeneren el ingreso de la mayoría para
generar bienestar y remontar la pobreza, y emprenda un modelo de crecimiento
con obra urbana y servicios públicos, construidos y operados por los
trabajadores para que el beneficio sea para ellos y no para los empresarios
compadres de los funcionarios públicos.
El esquema no ha
variado en 17 años, la destrucción de la infraestructura urbana, el
desmantelamiento de la capacidad operativa municipal, y la privatización del
municipio ha sido una política de los gobiernos del PRI y también de los del
PAN, con cabildos traidores y alineados a los intereses que se apoderan de los
recursos públicos y los utilizan con afanes de lucro personal.
Por eso el municipio
no tiene un desarrollo que le corresponde, por eso el ejido ha dejado de
producir, por eso las trasnacionales controlan el abasto y el comercio y se
instalan las tiendas de cerveza y comida chatarra por todas partes, en lugar de
apoyar a la pequeña y mediana empresa local, y regenerar el ingreso de las
familias y los trabajadores cajemenses.
Este esquema viciado
es el que impera en los últimos 5 años, en que ha gobernado el PRI y que debe
ser relevado por un proyecto social y alternativo que implante un buen gobierno
eficiente y honrado en la aplicación del dinero publico municipal y rompa los
intereses creados y cumpla un papel de enlace real del desarrollo de la
economía de la gente.
Para encontrar este
proyecto alternativo revisemos cada una de las posturas políticas y de poder
político, y los intereses que representan.
El PRI: los grupos de
poder y los intereses creados.
Los malos gobiernos
de Díaz Brown y Faustino.
¿Quién puede avalar
la gestión de los priistas Díaz Brown y Faustino, cuando uno encubre las trácalas
del otro, cuando el municipio está hecho un bagajo, cuando la delincuencia y la
criminalidad cubren el sopor de las noches y la policía es mala y cómplice?
Pueden tan siquiera intentar arrebatar otra candidatura a la brava, ya que el
buen juicio incluso los tuviera en un procedimiento legal o penal para
deslindar sus responsabilidades y pésimos gobiernos?
Esta es la carta del PRI
para pedir de nueva cuenta el voto.
Mal resultado, lastre
que deben cargar los que intenten recaudar de nueva cuenta los rediles
electorales, les costará harta verborrea, buena lana para adormecer e
hipnotizar a un pueblo en los linderos de la necesidad material humana.
Una carga de trabajo
que Rodrigo Bours Castelo debe enfocar si no se deslinda del PRI y tiene que
navegar con los antecedentes de los malos gobiernos del PRI, para comprar
conciencias, por que convencerlas es iluso lograrlo y claro que tiene la
capacidad adinerada para hacerlo. Este solo análisis nos dice que no intentará
retirarse del PRI, y tampoco se atreverá a escoger un camino independiente,
pues ¿cómo? si siempre fue priista, como Samuel Moreno.
O del diputado federal
que no se conoce nada de su gestión en San Lázaro y es terrible saber que tiene
un cúmulo de responsabilidades ensangrentadas cuando fue procurador de justicia
con Bours y con Padrés, siendo su única característica ser allegado fiel del
señor feudal Ricardo Bours Castelo.
Ni como hablar de la
Senadora suplente pavlovichista que no tiene ni el fondo ni la forma para predisponer
con un mínimo de sapiencia, una concepción semiacabada de lo que puede ser
gobernar el municipio más entracalado en su historia destruido en los últimos seis
años.
Todas las resorteras priistas
le apuestan a la falta de memoria de la mayoría popular, más preocupada por la
sobrevivencia diaria que por encausar su futuro, confían estos trúhanes en la falta
de conciencia de la gente a causa de su
incapacidad para mantener un mínimo de dignidad interna y no aceptar dádivas a
cambio de entregar la gobernabilidad y la rebatinga del presupuesto público que
es saqueado cada tres años y que reproduce miseria y sometimiento.
El PAN: el lastre del
mal gobierno y el reacomodo difícil.
La viabilidad de
escoger al PAN en la futura contienda electoral trae un mayor y más profundo
escollo por la gran sombra del sexenio de Guillermo Padrés, hoy encerrado en el
Reclusorio Oriente de Iztapalapa.
Todos los que
impulsan al PAN tienen que resignarse a este trágico suceso que impide un
avance practico para sus aspirantes a puestos de elección popular, sin embargo
en una encuesta este partido se mantiene como primera preferencia electoral en
Cajeme con menos del 23 por ciento, antes del PRI, con un margen mínimo de
diferencia.
La militancia del PAN
no puede rondar en bajos perfiles y no perder de la memoria la gran influencia
del ex alcalde Félix Holguín pero que ya los años y los continuos
desplazamientos lo han desahuciado del escenario próximo.
Ni que decir del ex
alcalde Manuel Barro desgastada figura que machacó toda la estructura de su
gobierno sin dejar ningún capital humano para el PAN que sea digno de tomarse en
cuenta después de acabar su trienio.
Hoy las menguadas figuras
panistas no le dan envergadura al barco albiazul por lo que se vuelve una grave
situación que es difícil salvar a 16 meses de la meta electoral.
Partido del MC: el
enfoque de su misma carta.
Competir con el mismo
nombre no puede dar certeza electoral al partido naranja, ya que el trabajo o
la postura endeble tres años después no nos indican nada con el próspero fabricante
de bloques de concreto, Gustavo Almada.
Su gran lastre es la posición
incongruente de los regidores en el cabildo actual en Cajeme Russo, Estrada y
la faltista López Cedano, que no han asumido una actuación de defensa
ciudadana, al contrario han votado a favor de la concertación privatización del
servicio de recolección de basura y desdeñando a los tirabichis, han aprobado
junto al PRI decenas de acuerdos entre ellos la aprobación de parquímetros, que
muestran una negociación de deslealtad debilitando la capacidad del
ayuntamiento. Han aceptado la concesión del estadio de béisbol, las cuentas públicas
desfalcadas por Díaz Brown, han encubierto la corrupción administrativa y la
inseguridad pública terrible.
Esto nos da una
muestra de probeta de lo que será un posible ayuntamiento dirigido por las
siglas de ese partido.
El PRD: desprestigio
y afrenta.
El partido de Mancera
y de decenas de desertores no puede vivir ya del pasado, tiene que rescatar su
nostalgia con pragmatismo pero principalmente con principios, pero han mostrado
que estos también son una mercadería amarilla. Por ello los ha rebasado el
tabasqueño y su partido.
Sin embargo permanece
como una opción ante el derrumbe priista y panista en Sonora, que debe
apuntalarse rompiendo intereses internos que le hacen daño. Aún así, el
diputado local Juan José Lam Angulo es de sus principales capitales humanos y
es votable como candidato a senador, aunque sin premio de consolación.
El PRD debe asumirse
no como un golpeador más de Morena que ya este partido guinda lo viene
tundiendo como piñata y muchas veces sin justificación. Para Cajeme debe
considerar su espacio para brindarlo a opciones que reintegren un proyecto
democrático y social que salve la desintegración comunitaria cuyos culpables
son los gobiernos priistas y panistas. No es difícil hacerlo lo que le falta es
cambio de bull pen, ¿dónde encontrarlo? Tiene que haber nuevas contrataciones
en las ligas juveniles. Su única salvación es coaligarse en Cajeme para
atreverse a derrotar al PRI haciendo una alianza social popular y encontrar el
proyecto, sin miedos ni reservas, pero evadiendo el escollo lamarquista.
Morena: deficiencia
al aportar y representar.
López Obrador no será
candidato local.
Construir una opción
ante el vacío priista y panista no es cosa de locos, aunque los locos pueden
atreverse a reproducirse y enloquecer lo que realmente se puede lograr.
Y de verdad es estar
loco si uno cree que el ex alcalde Lamarque, también ex candidato a gobernador,
puede conducir el barco hacia buen puerto. Noooo! El señor debe cerrarse el zíper.
Cada vez que habla le echa tierra a su partido. Cada vez que actúa provoca una
reacción tal vez de adulaciones inmediatas, pero en contraparte miles de
criterios lo tildan incluso de corrupto cuando fue edil cajemense.
Alrededor de él, un
grupo de experredistas y otros de ex padrecistas pretenden echar a perder el
changarro. Ni un voto le arrimarán a su partido si no es el impulsado por su prácticamente
candidato presidencial López Obrador.
Pero López Obrador no
será candidato a puestos locales, habrá dos casillas en la próxima elección,
urnas federales y urnas locales. La experiencia dice que el voto no es
automático. En 2006 y 2012 LO obtuvo 48 mil y 52 mil votos, y los candidatos
locales no llegaron a los 12 mil, ni a los 8 mil votos respectivamente. Esto
demuestra que el voto no se deposita igual, por lo que si no se presenta una
opción competitiva y real ante el PRI o el PAN, estos por más malos que sean
volverán a recaudar la votación.
A Morena no le queda más
que aceptar una coalición popular con un proyecto de gobierno viable, si no los
logra, la preferencia por su candidato presidencial del electorado cajemense que
puede ser de record histórico para los partidos de izquierda, -unos cien mil
votos-, no le dará ningún beneficio directo al pueblo de Cajeme.
Tendremos un ejecutivo
federal moreno con un ayuntamiento azul, naranja o rojo, algo que sería
lamentable.
Propuestas marginales
o reducidas.
Existen otras
expresiones marginales que tendrían que potencializarse como los maestros de la
CNTE, grupos sociales diversos, impulsores del Frente No al gasolinazo o
activistas aislados como los chucherías. Esta opción debería integrarse a una
coalición popular para impulsarla, no pretendiendo alcances ilusorios que se
ubican sin respaldos amplios, generando un espejismo irreal.
La urgencia del
cambio y la superación popular.
Después de la
revisión solo queda el escepticismo ante todas estas opciones políticas, solo
quedan grises nubarrones ante el coraje por el abuso y la corrupción de los
grupos de interés que mienten y manipulan con tal de quedarse con los recursos
públicos y el ejercicio de ley.
Sin embargo más vale
entender que la directa participación popular en sus propios asuntos es la
única solución a los problemas, construyendo una estructura de organización
popular en barrios y colonias del municipio. Esta es la alternativa a la
rebatinga electoral y el sometimiento a intereses de grupos de poder.
No es un camino
imposible, es viable con método y voluntad, se requiere interés de los
ciudadanos y ciudadanas más conscientes para integrar al resto de la población
en la construcción de organización ciudadana mediante Consejos y Asambleas
generales en los sectores urbanos y ser gobierno de forma directa e inmediata.
Pero también debería de
ser un proyecto que debe alimentarse con un Foro de participación ciudadana que
incluya todas las inquietudes para confeccionar un programa de gobierno, y realizar
una consulta popular rumbo a las elecciones para potencializar a aspirantes a
las candidaturas.
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