Oscura
transparencia en Oomapasc
Por Alejandro
de la Torre
Es tan oscura
el agua del Oomapasc…. (Error de redacción). Volvamos a empezar.
Es tan
oscura la administración del agua del Oomapasc que el quejoso Patiño (nota
Diario del Yaqui 11 marzo 2014) solo descubre la primera enhebra de la
complejidad turbia en el manejo del organismo, y eso que se ha evaluado por los
procesos de calidad ISO9001, presumidos desde el trienio de Ricardo Bours
Castelo.
Solo un
simple prorrateo nos dice que casi todo el dinero en pesos que ingresan por
consumo de agua y que pagan los usuarios ($115 millones al año) se destinan a
pagar sueldos y prestaciones de su personal ($107.8 millones), dato que muestra
la inviabilidad técnica y financiera de su conducción.
Otra
comparación que muestra tal desequilibrio, es el saldo total que queda del
resto de los ingresos de la empresa municipal: el cobro por alcantarillado y
saneamiento que se hace a los usuarios, es equivalente al gasto total que se
hace en instalaciones y mantenimiento ($85 millones anuales).
Y hasta
aquí la administración de los recursos queda hecha añicos.
Por ello
el organismo le cobra a los usuarios dos veces en su recibo de agua: una por el
consumo de agua y otra por el saneamiento y alcantarillado, y aquí se encuentra
el negocio de su operación desequilibrada y del saqueo interno en vez de ser
una entidad al servicio comunitario.
El Oomapasc
debe aplicar altos cobros ilegales y turbios para poder seguir manteniendo los
gastos de su planta de personal.
Y no quiere
de la misma forma eliminar estos cobros –abultadamente ilegales– por concepto
de saneamiento y alcantarillado, porque alega que estos recursos son para pagarle
a las empresas Solaqua y Domos para seguir operando las plantas tratadoras de
aguas residuales. (80 millones de pesos al año) gastándose además recursos
federales que también le llegan para sanear estas aguas de deshecho que
desembocan en el mar.
No puede
eliminar estos cobros que laceran la economía de las familias casa por casa porque
tiene que mantener una enorme fuga de recursos en otros 4 rubros principales:
1.- En la
compra de materias primas y material para producir el agua potable. Aquí se
encuentra el favoritismo hacia determinados proveedores del que Patiño se
queja, en la compra de Carbón activado, Hipoclorito de Sodio e Hipoclorito de
Calcio, -entre ellos Hiram II Arvizu Torres-. Se gastan 14 millones de pesos
anuales.
2.- En la
toma de lectura del consumo de agua de los medidores y le entrega de los
recibos, así como los contratistas que cortan y reconectan el agua (21.3
millones de pesos al año).
3.- En el
gasto que se realiza para contratar ampliaciones de las instalaciones, plantas
e infraestructura y en el mantenimiento de las mismas, cantidad que se expresa
atrás y que rebasa los 85 millones de pesos al año.
4.- En la
estructura de control administrativo y operativo no solo en cuanto a los altos
sueldos de 20 a 55 mil pesos mensuales que cobran una treintena de gerentes y
jefes, si no la facultad discrecional para ejecutar funciones en el
otorgamiento de licitaciones, contratos, compras y manejo de personal cuyas
percepciones ilegales no son conocidas desde luego.
En estos
cinco rubros está el negocio y la mafia que controla el organismo y favorece a
seleccionados contratistas, proveedores y funcionarios.
Para poner
un ejemplo, se presume que el servicio 073 de línea telefónica está
concesionado a una empresa ligada con el que fuera secretario particular en la
alcaldía de Ricardo Bours Castelo y ex dirigente del PRI municipal, Alberto
Flores Chong. Esta empresa cobra centenas de miles de pesos por operar el
servicio a usuarios por vía telefónica.
La clave
histórica para entender el negocio en Oomapasc que ha favorecido al partido en
el gobierno y a sus allegados, desde el año 2000 es el fraude en los aparatos
de medición instalados en las tomas domiciliarias que están fabricados para
generar un consumo ilógico pero que permite tener cobros que llegan hasta los
400 pesos mensuales, un cobro superior incluso al consumo de electricidad en las
casas habitación de otoño a primavera.
La toma de
lectura y el funcionamiento de los aparatos fabricados por una empresa de Monterrey
especialmente para Oomapasc están diseñados para un gran fraude.
Los
registros de consumo mensual en casi todos los 100 mil usuarios domésticos
rebasa los 26 mil litros mensuales llegando hasta los 48 mil litros en familias
de 4 o 5 integrantes.
Es
evidente que el giro interno del reloj de cada aparato plástico, cuenta aire. Y
esto se ha hecho premeditadamente con las administraciones municipales priístas
y panistas desde el año 2000, en que fue alcalde Ricardo Bours.
En una
conversación con Armando Alcalá en noviembre de 2013 todavía director general
de Oomapasc, manifestó su grave ignorancia al preguntarle el grupo de ciudadanos
que lo abordamos en su despacho y comentarle que era casi imposible que una
familia de 4 personas consumiera 26 metros cúbicos al mes. “¿Cuántos litros
diarios son?”, le preguntamos. Y Alcalá contestó con otra pregunta: “A ver espérame,
¿cuánto es un metro cubico?”.
Anonadados
por la sapiencia del ingeniero eléctrico, tuvimos que contestarle: “Esta
familia vive en una de las miles y miles de casas de cuatro habitaciones, gasta
según el recibo de Oomapasc –por lo menos–, 866 litros diarios. O sea que cada
miembro de la familia consume –por lo menos– 215 litros diarios. O en otras
palabras simples, usa más de 100 litros para lavar ropa y platos y más de 100
litros para bañarse y jalarle al escusado, y todavía bebe 16 litros de agua
diarios, y es que hace mucho calor en Obregón.
Las
cuentas de Oomapasc y su conducción, gozan de plenas y oscuras eficiencia y transparencia,
tantas que da escozor.
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