Sheinbaum y Augusto abiertos por Durazo
Encuestitis y precampañitis
Por Alejandro de la Torre.
Con estas paseos de pirinola que realizan Sheinbaum, Ebrard, Augusto o Monreal en diversas partes del pais los fines de semana dejando sus funciones, hay que explicar de forma breve pero sustanciosa, y para que no haya lugar a duda para que no lo tergiversen los zombis y fanáticos, el por qué López Obrador hoy está en contra de la democracia y por qué ya se ha opuesto a la democracia dentro de su partido el que formó hace 9 años.
Como jefe del gobierno y jefe de los gobernantes morenistas y de la tendencia politica de su poder, ha ordenado que sea el aberrante y anti estatutario método de encuesta el que se utilice para designar a los futuros candidatos empezando por el nuevo presidente.
Esta instrucción, tiene como afán blindar de los choques y los pleitos que ya hubo en el PRD hace 20 años, que destruyeron al partido del cual fue también su fundador.
Entonces, al seleccionar como el único método la encuesta, se inicia una carrera por ganar las preferencias de una proporción muy pequeña del público, un 5 por ciento, al que le preguntarán sobre el candidato o candidata de su preferencia, y este grupúsculo decidirá por la amplia mayoría que no participó.
Aqui la deficiencia no se provoca en si es creíble o no es creíble la encuesta, o sea, en quien la hizo, cómo se hizo, y dónde están los cuestionarios que se hicieron. La gran carencia se debe a que es completamente anti democrático y falso este procedimiento de encuesta, por que en primer lugar no hay igualdad de condiciones para los que quieran contender, no hay piso parejo, no hay debate, no hay contraposición de ideas, no hay participación democrática.
Otro traidor defecto, es la desigualdad entre el funcionario con poder y dinero, ante un militante el que sea, que también tiene el derecho de competir, y que incluso puede estar más preparado y más profesional aunque nunca haya ocupado un cargo público. Incluso, este debería de ser el principal criterio para designar candidatos, que no dejen un puesto público para ocupar otro sea administrativo o representativo, o que incluso nunca hayan ocupado un puesto. Por ejemplo, un gobernador tiene los medios de su lado, y millones en recursos, pero posiblemente un militante tenga más dotes y lo derrote con las ideas y la capacidad pero el gobernador puede comprar simpatías igual lo puede hacer un alto funcionario federal o un diputado.
La regla debería de ser, que todos los puestos de elección popular fueran ocupados por militantes que nunca han ocupado puestos y asi socializar el crecimiento de la militancia en contraparte a los que pretenden perpetuarse en otro puesto de forma continua.
Pero la encuesta evidentemente posicionará a aquel funcionario o gobernante que es más conocido tanto por la compra de publicidad oficial, la capacidad para aparecer en los medios o de sugestionar la conciencia de miles de personas con los recursos públicos para aparecer y ganar la encuesta.
De esta manera el método único democrático debería ser la elección directa y personal, en asamblea o en urnas, que nadie arranque antes de tiempo, que nadie utilice recursos por encima de otros y en condiciones de desigualdad, y que el debate de ideas y propuestas sea el criterio principal que utilizará el elector para votar por la precandidata o precandidato de su aceptación.
Pero esto no es asi, gracias al apuñalador a la democracia que es López Obrador, (Tambien su iniciativa de reforma electoral es regresiva porque quiere recortar en lugar de fortalecer a los ayuntamientos y al parlamento), que ya dio luz verde para que ese método de la encuesta sea el único a utilizar, esto desde luego perpetúa a una aristocracia burocrática, de raigambre metodista priista, para seleccionar a los mismos que tienen poder para que sigan seis años más en el poder o quizás 9 o 12, en clara deslealtad al desarrollo politico, participativo y de crecimiento formativo y de calidad en el partido, en el gobierno y en la sociedad.
Esto demuestra que el régimen político con el que gobernó el PRI y el PAN no se modificó, y se transformó en un híbrido, mas no en un nuevo régimen político democrático y justo.
Las cosas pintan para una nueva rebeldía en contra del actual régimen construido por una nueva aristocracia antidemocrática morenista o cuatroteísta, que júrelo usted, el que quede en la silla presidencial pondrá los acentos y las inclinaciones hacia su persona y hacia su forma de gobernar con nuevos slogans, nuevos esquemas y las mismas negociaciones con los poderes fácticos.
Por eso, no a la encuesta, si a la democracia. Por un nuevo régimen politico democrático, de igualdad y de justicia.
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