sábado, 16 de julio de 2022

El pejismo y su indeseada continuidad

 Parar al pejismo 

...y parar su continuación en otro u otra

Alejandro de la Torre

¿Es realmente posible no ser señalado de derecha, cuando uno se opone a Andrés Manuel López Obrador, con todo respeto, “El Peje”? El Peje no es de derecha o es de izquierda? Es un pragmatismo funcional? Servirá al pueblo lo que está haciendo el gobierno del Peje y el resto de los gobiernos alineados? Salirse de su férula es ser desleal con la izquierda o ser desleal con el pueblo o con el cambio cuatroteista?

Es un juego maniqueo. Que no les sorprenda la siguiente expresion, -el gobierno es un fracaso-, como cualquier gobierno de los de antes.

Aquellos que estuvieron por chiripa con la rebeldía popular y hoy alcanzaron un cargo público, son tan desleales como lo fueron los que representaron al PRI o al PAN de hace unos años atrás. Aunque sean menos simuladores, aunque no roben o roben poco, aunque no mientan o digan la verdad algunas veces.

El gobierno que surge de derrotar al régimen prianista es muy parecido a los anteriores gobiernos, tiene cambio de formas pero es un gobierno fallido.

Y si es fallido, o sea que aunque haya cumplido con los puntos prometidos de campaña, uno por uno y falten dos o tres por cumplir, no cumple con el fundamental: cambiar al régimen politico y hacer uno completamente nuevo.

Es fallido, porque todo lo que hace no tiene acierto, no tiene progreso, no tiene mejoramiento para la mayoría de la sociedad.

Es fallido por que no se detiene la violencia, es fallido por que no alcanza la prosperidad, es fallido porque no tiene democracia, es fallido por que no logra la justicia para el pueblo, es fallido por que no manda la gente trabajadora. Es fallido porque una nata de cabrones se encaramó en el poder politico y ahora lo mangonea.

Parar al Peje y a su continuidad en otro u otra, que lo secunde en 2024, se vuelve una meta para los que lucharon por transformar, por transfondear, por revolucionar socialmente al pais. Y no condicionarse a una moda sexenal.

Parar al pejismo no es un objetivo de derecha, parar al pejismo es dejar de subordinarse al esquema de poder que no es el poder del pueblo, proponer el poder del pueblo sigue siendo la base de transformar al pais, de transfondear al pais.

Parar al pejismo no es asemejarse a la derecha, a un X, a un frena, a una mafia que estaba en el poder, a una derecha prianista, a los conservadores “que están muy enojados porque perdieron sus privilegios”, dixit peje.

Parar al pejismo, o avanzar a otra etapa, es sencillamente un paso que se tiene que dar. No es combatir al Peje, no es oponerse a sus perfiles sociales, no es detenerlo; es pararlo y que surja algo superior. Es la negación de la negación diría el dialéctico.

La estructura de mando y obediencia del pejismo, es la parte conservadora, y no estarán de acuerdo, porque se piensa como un sabotaje, incluso similar a los que se dicen “frena”.

Parar al peje, puede concebirse como sabotearlo, pero no es más que evolucionarlo, tomar lo viable y asertivo y construir sobre la base o lo sólido, un edificio más alto y abarcador, y que no se detenga el desarrollo de una transformación, de una transfondación. Construir un gobierno que responda a un nuevo Estado que requiere una nueva Constitución Politica legitimizada por la participación del pueblo y de la clase explotada.

Parar al pejismo es que se acaben los cochupos, los arreglos con el prianismo o los prianistas, la obediencia ciega al mando del peje, al culto a su personalidad, la alineación acrítica y defensiva, la falta de debate, de organización popular y ciudadana, que surja una etapa de amplia participación y de gobierno del pueblo y que lo defienda el mismo pueblo con férrea convicción.

Conformarnos con un monito o una monita que sustituirá al Peje, es lo peor que puede pasarle a este pais. Parar al pejismo, es lograr una nueva etapa de gobierno donde mande la gente, donde el pueblo trabajador tome las decisiones de forma directa y fáctica.

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