Se ahoga el PRI en el Tsunami popular electoral Por Alejandro De la Torre D./ CRóNICA10.
Las cifras electorales son asombrosas, la población se vuelca y vuelca al sistema. Fenómeno previo imprevisible, imperceptible, que barre con todo lo establecido, como un Tsunami, pero solo un viento lo sopló, la alternativa presentada por López Obrador. Arriba de la ola se encaramaron arribistas, concertistas, tránsfugas, desertores, oportunistas, expriístas, expanistas, experredistas, muchos no entienden el fenómeno, al contrario le dan crédito a sus cualidades, lo sienten como una atribución merecida, cuando en realidad su resollo no mueve una hoja. El régimen fue derrotado. Los beneficiarios nuevos que serán diputados, alcaldes, regidores, no se han dado cuenta de lo que cayó en sus manos, se encuentran atarantados, encandilados, no les cae el veinte. El maremagnum que cubre a los personeros que compitieron con cuchupo al interior de Morena, les entrega en charola de plata el poder político, gracias al mensaje que se contagió en las boletas electorales de que habia que votar todo por Morena aunque el único que conozcamos sea Andrés Manuel López Obrador. El 70 por ciento de los electores que votaron por AMLO, también votaron por los morenos en las otras cuatro boletas. La mayoría morenista en el Congreso
Así tenemos de diputados a quienes no gastaron dinero en la campaña electoral, 18 diputados locales surgidos por palomeo en Morena y 2 diputados negociados con el Partido del Trabajo comandados en el cuchupo con Jaime Moreno Iberry, se obtiene el 60 por ciento de las curules en la próxima legislatura número 62 del Congreso del Estado; el PRI contará con 7, el PAN con 3 y MC con 2, para un total de 32 diputados. Esto marca un hito sin parangón en la composición política sonorense, ya que el PRI se derrumba estrepitosamente y pierde el 80 por ciento de la gobernación de la población estatal ya que Morena también gana los principales ayuntamientos del Estado. Al PRI solo le queda conducir una diezmada administración pública estatal que tendrá insospechados acotamientos al momento de aprobar el Presupuesto de Egresos para 2019. Estos nuevos diputados con la mayoría de origen lopezobradorista también definirán la revisión de la cuenta pública estatal donde pueden encontrarse serias irregularidades y poner en la picota al ejecutivo estatal, también aprobarán los planes de desarrollo y obra, y la designación de los órganos desconcentrados y autónomos (ISAF, ISTAI, IEE, CEDH, etc.) y sobre todo deben revisar por qué no se aplican en la práctica decenas de leyes estatales que se quedan en puro papel. De esta manera no pueden permitirse nuevos encubrimientos y hacer como que todo marcha bien como descaradamente siempre lo hicieron los priistas y panistas cuando gobiernan, la responsabilidad de los diputados que rendirán protesta el 1 de septiembre, a excepción del distrito 18 que lo ganó un priista, es gigantesca y puede recriminarse si no hay cumplimiento de este, su deber moral, legal y político con los ciudadanos electores. Ya el maremagnum López Obrador hizo su labor, que les caiga el veinte, el deber es ineludible con el pueblo de Sonora. Mariscal y Lamarque Del mismo modo puede aplicarse tal principio para los dos ayuntamientos mas grandes de Sonora, Hermosillo y Cajeme. Por un lado la expanista Célida López y por el otro el arribista cuasi priísta Sergio Mariscal. Abandonar plenamente su pasado panista y padrecista debe ser un objetivo insolayable para la jóven alcaldesa electa de la Capital y gobernar con el criterio fundamental del buen gobierno y la inclusión de la población en la toma de decisiones, ya que a los hermosillenses como nunca en su historia politica los presidirá una alcaldesa registrada por un partido de izquierda. Siempre fueron gobernados por el PRI simulador y de componendas o por el PAN conservador y pragmático, y diseñar un plan de inclusión social y de rompimiento de los privilegios de simpre, saneando a la administración municipal. Del mismo modo puede decirse del cuasi priísta Sergio Pablo Mariscal cuya unica etapa virtuosa la tuvo en su vida de sindicalista hace 28 años, después se descompuso como leche amarga, sirviéndole al priísmo con el que pactó los puestos públicos que le dieron de 1997 a 2018. Así como mostró su destreza para arreglar cargos publicos con el priismo gobernante, asi logró igualmente la aprobación de su candidatura a la alcaldía en los cuchupos de la elite política de Morena a cargo de Alfonso Durazo, a pesar de sus nulos antecedentes de participación en la izquierda desde 1997. Este pasado de Mariscal le da un tachón muy cuestionable al saltar como depredador tras la presa que consistió en convertirse en presidente municipal de Cajeme gracias a la campaña nacional arrasadora de Amlo. Por si solo no alcanzaría ni siquiera la cantidad de votos obtenidos por Miguel Salomón candidato del partido MAS. Este tinte arribista le da, en lugar del beneficio de la duda, una gran sospecha sobre su proceder ante la carencia de un programa de gobierno municipal, que no ha propuesto, por que no es su intención ponerlo a consideración de nadie, ni es su intención hacer un gobierno de inclusión. Tendrá al mismo tiempo que navegarcon 6 regidores de tendencia lamarquista en el futuro cabildo, como Sergio Lamarque hermano del diputado federal electo Javier Lamarque o con el hijo del suplente Fernando Gonzalez, y con otros 4 regidores lamarquistas. La sospecha contra Mariscal es fundada y le dá un mal augurio al ser influído por el futuro diputado federal Lamarque, fuertemente cuestionado exalcalde perredista de 1997 a 2000, concertador y sumiso con el PRI, con el exgobernador López Nogales y que le dió la espalda al proyecto perredista, causa fundamental de la derrota en la elección del año 2000. Ambos, por justicia, no debieron ser candidatos de Morena. Mariscal y Lamarque se pintan solos, concertadores, oportunistas, huelen desde lejos a la presa y les gusta mandar arbitrariamente, diferentes al PRI, pero con vicios copiados del PRI. Hay que seguir su conducta de cerca, ya que en menos que canta un gallo, darán pie a la decepción. La única alternativa que tenemos es la fiscalización ciudadana, la gobernabilidad organizada y activa del pueblo cajemense y darles la opción del descrédito si es necesario. El panorama no es halagador a pesar del gran triunfo electoral que rompe el esquema de poder priista y panista, aunque desplazar al PRI, buscar y lograr cambiar al régimen político ya es un avance. El futuro está en nuestras manos, no demos oportunidad a nuevos deficientes gobiernos o a nuevos malos diputados.
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