El Estadio Beltrones
La construcción del nuevo estadio de beisbol refleja el perfil autoritario, de corrupción e irresponsabilidad social que caracteriza a sectores de la clase política regional. Promovido como un "anhelo de la afición de los Yaquis" y "una palanca del desarrollo local", en realidad no será una cosa ni la otra, sino simple y llanamente el negocio de unos cuantos que al amparo del poder se frotan las manos mientras calculan las ganancias que esta obra les habrá de redituar.
Imposición autoritaria
Durante una visita a Sonora en octubre del 2012 , Manlio Fabio Beltrones
anunció que Cd. Obregón tendría un nuevo estadio de beisbol porque los
tricampeones "Yaquis" necesitaban un nuevo estadio digno y funcional.¿De dónde sacó este repentino interés por los yaquis el poderoso diputado sonorense? Según sus palabras, la idea surgió de una reunión de trabajo con los legisladores Claudia Pablovich, Ernesto Gándara y Faustino Félix quienes le hicieron ver la necesidad de que el equipo tricampeón tuviera "una casa nueva que los cobije y premie".
¿Y cómo llegaron los legisladores mencionados a esa brillante conclusión?: "Porque la afición lo ha pedido", fue la respuesta vaga que alguien soltó sin mucha convicción.
El anuncio sorprendió a muchos e inquietó a varios. ¿Para qué un nuevo estadio si el actual, el Tomás Oroz Gaytán es suficiente? Tiene la capacidad necesaria de acuerdo con la población local y el número de aficionados. Incluso aún a 44 años de su construcción parece demasiado grande porque nunca se llena, salvo los juegos inaugurales de la temporada y los de series finales cuando los Yaquis disputan un campeonato.
En la mayor parte de la temporada el estadio TOG no registra asistencias
mayores del 70 por ciento de su aforo. Incluso en las grandes temporadas del
tricampeonato, los juegos regulares no registraron llenos totales, salvo cuatro
o cinco de postemporada.
La duda persistía: ¿Para qué un nuevo estadio? El actual estadio no es un dechado de modernidad pero es funcional, cómodo y cumple con las especificaciones del beisbol profesional. Si no fuera así, no podría participar en la Liga Mexicana del Pacífico.
La duda persistía: ¿Para qué un nuevo estadio? El actual estadio no es un dechado de modernidad pero es funcional, cómodo y cumple con las especificaciones del beisbol profesional. Si no fuera así, no podría participar en la Liga Mexicana del Pacífico.
http://www.revistacronica10.blogspot.mx/2013/11/el-estadio-en-poder-del-club-yaquis.html
Así, contra el sentido común, pero sobre todo contra la realidad de una ciudad urgida de inversiones en varios rubros de su infraestructura urbana, así se impuso como decisión de la autoridad, que Cd. Obregón debería tener un nuevo estadio de beisbol cuyo costo rebasaría con mucho lo que se requiere para problemas más apremiantes.
Una pregunta más queda en el aire: ¿Por qué el nuevo estadio de los yaquis no lo construyen los propietarios del equipo, como sucede en la mayor parte del deporte profesional?
Sospechas de corrupción
La respuesta oficial a las dudas que plantean los cuantiosos recursos federales aplicados para un nuevo estadio, fue "resuelta" por sus promotores con un argumento débil: "La inversión se cubre con recursos etiquetados para infraestructura deportiva". O sea, dijeron, -los tomas o los dejas-, pero si los tomas deben ser única y exclusivamente para la construcción de un estadio.
El concepto "recursos etiquetados" llevó a una falacia: A la ciudad no le costará nada, no se aplicarán recursos previstos para otros proyectos de infraestructura. Con este argumento hasta los que reconocen otras necesidades terminan aceptando la inevitabilidad de la obra que al fin y al cabo, piensan, beneficiará a empresas locales y generará empleos. Este argumento gustó sobre todo a los empresarios que abrigaban ya el deseo de participar en la obras complementarias del proyecto.
Pero desde el anuncio inicial de la inversión hasta hoy, las cuentas alegres no cuadran.
Cuando Beltrones anunció que se aplicarían "recursos etiquetados", precisó que se trataba de 300 millones de pesos que aportaría la Federación. Sin embargo, el lunes 8 de diciembre, al anunciar el inicio de la construcción de la obra informando que ya el municipio de Cajeme cuenta con 200 millones de pesos del total, se dijo también que el inmueble tendrá un costo de 480 millones, pero además se invertirán más recursos en infraestructura para su acceso, como son pavimentación de avenidas, agua, drenaje, iluminación, así como el embovedamiento del dren Bordo Prieto.
El "modesto proyecto de 300 millones de pesos etiquetados" se elevó de pronto un 50%, cuando menos, sin contar los cientos de millones que se aplicarán a la construcción de infraestructura urbana alrededor del área.
Los beneficiados con esta cuantiosa inversión no serán sin duda todos los cajemenses, ni siquiera los aficionados que van al estadio regularmente pues el costo de mantenimiento del inmueble impactará sin duda en un aumento al precio de los boletos.
El reducido grupo de beneficiarios son, de manera directa, la empresa constructora, una firma con sede en Guadalajara Fuerza de Apoyo Constructiva de Occidente S.A de C.V, la cual se llevará la mayor parte de la utilidad del proyecto, y las empresas constructoras locales, algunas de ellas relacionadas con funcionarios públicos de manera directa o indirecta.
También serán grandes beneficiarios los propietarios de los terrenos en el área donde se ubicará el nuevo estadio, es decir, al norte del Bordo Prieto, una extensa superficie de varias hectáreas que pertenecen a dos o tres grupos empresariales, relacionados con la clase política que impulsa el proyecto.
Las sospechas de negocios personales ronda por donde quiera que se mire.
Irresponsabilidad política
Cuando Beltrones hizo el anuncio de este gasto millonario al que se aplicarán no sólo "recursos etiquetados" sino además cientos de millones que deberían atender necesidades más apremiantes, la referencia era a obras de infraestructura como el drenaje pluvial, el equipamiento urbano de colonias populares, la remodelación del centro de la ciudad (que hoy tiene un aspecto deprimente), equipamiento de áreas deportivas y culturales.
También se pensaba en la necesidad de mejorar los servicios públicos, en particular la recolección de basura, ahora que grandes colonias populares viven en un muladar permanente por la ineficiencia de esta área de la administración municipal.
Sin embargo ninguna de esas necesidades materiales puede equipararse con el problema mayor que hoy vive la población de Cajeme y gran parte de Sonora.
No se trata del problema de la violencia y de la inseguridad, que sigue siendo crítico, pero que no se resuelve con dinero sino con otras medidas de políticas públicas.
El problema mayor en la actualidad y que amenaza la salud y vida de cientos sino es que miles de cajemenses es el crecimiento exponencial del dengue, la epidemia que este año afectó sólo en nuestro municipio a miles de personas.
Así, contra el sentido común, pero sobre todo contra la realidad de una ciudad urgida de inversiones en varios rubros de su infraestructura urbana, así se impuso como decisión de la autoridad, que Cd. Obregón debería tener un nuevo estadio de beisbol cuyo costo rebasaría con mucho lo que se requiere para problemas más apremiantes.
Una pregunta más queda en el aire: ¿Por qué el nuevo estadio de los yaquis no lo construyen los propietarios del equipo, como sucede en la mayor parte del deporte profesional?
Sospechas de corrupción
La respuesta oficial a las dudas que plantean los cuantiosos recursos federales aplicados para un nuevo estadio, fue "resuelta" por sus promotores con un argumento débil: "La inversión se cubre con recursos etiquetados para infraestructura deportiva". O sea, dijeron, -los tomas o los dejas-, pero si los tomas deben ser única y exclusivamente para la construcción de un estadio.
El concepto "recursos etiquetados" llevó a una falacia: A la ciudad no le costará nada, no se aplicarán recursos previstos para otros proyectos de infraestructura. Con este argumento hasta los que reconocen otras necesidades terminan aceptando la inevitabilidad de la obra que al fin y al cabo, piensan, beneficiará a empresas locales y generará empleos. Este argumento gustó sobre todo a los empresarios que abrigaban ya el deseo de participar en la obras complementarias del proyecto.
Pero desde el anuncio inicial de la inversión hasta hoy, las cuentas alegres no cuadran.
Cuando Beltrones anunció que se aplicarían "recursos etiquetados", precisó que se trataba de 300 millones de pesos que aportaría la Federación. Sin embargo, el lunes 8 de diciembre, al anunciar el inicio de la construcción de la obra informando que ya el municipio de Cajeme cuenta con 200 millones de pesos del total, se dijo también que el inmueble tendrá un costo de 480 millones, pero además se invertirán más recursos en infraestructura para su acceso, como son pavimentación de avenidas, agua, drenaje, iluminación, así como el embovedamiento del dren Bordo Prieto.
El "modesto proyecto de 300 millones de pesos etiquetados" se elevó de pronto un 50%, cuando menos, sin contar los cientos de millones que se aplicarán a la construcción de infraestructura urbana alrededor del área.
Los beneficiados con esta cuantiosa inversión no serán sin duda todos los cajemenses, ni siquiera los aficionados que van al estadio regularmente pues el costo de mantenimiento del inmueble impactará sin duda en un aumento al precio de los boletos.
El reducido grupo de beneficiarios son, de manera directa, la empresa constructora, una firma con sede en Guadalajara Fuerza de Apoyo Constructiva de Occidente S.A de C.V, la cual se llevará la mayor parte de la utilidad del proyecto, y las empresas constructoras locales, algunas de ellas relacionadas con funcionarios públicos de manera directa o indirecta.
También serán grandes beneficiarios los propietarios de los terrenos en el área donde se ubicará el nuevo estadio, es decir, al norte del Bordo Prieto, una extensa superficie de varias hectáreas que pertenecen a dos o tres grupos empresariales, relacionados con la clase política que impulsa el proyecto.
Las sospechas de negocios personales ronda por donde quiera que se mire.
Irresponsabilidad política
Cuando Beltrones hizo el anuncio de este gasto millonario al que se aplicarán no sólo "recursos etiquetados" sino además cientos de millones que deberían atender necesidades más apremiantes, la referencia era a obras de infraestructura como el drenaje pluvial, el equipamiento urbano de colonias populares, la remodelación del centro de la ciudad (que hoy tiene un aspecto deprimente), equipamiento de áreas deportivas y culturales.
También se pensaba en la necesidad de mejorar los servicios públicos, en particular la recolección de basura, ahora que grandes colonias populares viven en un muladar permanente por la ineficiencia de esta área de la administración municipal.
Sin embargo ninguna de esas necesidades materiales puede equipararse con el problema mayor que hoy vive la población de Cajeme y gran parte de Sonora.
No se trata del problema de la violencia y de la inseguridad, que sigue siendo crítico, pero que no se resuelve con dinero sino con otras medidas de políticas públicas.
El problema mayor en la actualidad y que amenaza la salud y vida de cientos sino es que miles de cajemenses es el crecimiento exponencial del dengue, la epidemia que este año afectó sólo en nuestro municipio a miles de personas.
Anuncian en agosto 2015 terminar construcción de
Estadio en Cajeme
Por Alejandro de la Torre
Cd. Obregón,
Son.- Antes de que inicie la próxima temporada
de beisbol profesional en el año 2015, Carlos Valenzuela Cadena de la empresa
que ganó la licitación de la obra, Fuerza de Apoyo Constructiva de
Occidente S.A de C.V, aseguró quedará terminado el nuevo estadio de
beisbol que sustituirá al Tomas Oroz Gaytán que utiliza el club de beisbol
Yaquis en esta ciudad.
Aunque apenas
inicia la construcción, el alcalde Rogelio Díaz Brown -ya pegó el primer jonrón
y hasta cruzó el pentágono para anotar la primera carrera-, dijo el boletín
oficial de comunicación social. Con una aplicación de mas de 480 millones de
pesos de dinero federal, gestionado según se dijo por los diputados Faustino
Félix y Manlio Beltrones.
Con ello se
rompen paradigmas y se pone de manifiesto que sí se pueden hacer grandes obras
que harán sentir orgullosos a todos los cajemenses, destacó el edil en la
ceremonia que instaló el Home Plate, y agregó "Además de dotar a
Cajeme de un mejor lugar para la práctica del beisbol, el nuevo estadio es una
gran oportunidad de desarrollo económico, ya que generará los empleos que tanta
falta hacen".
A su vez, René
Arturo Rodríguez Gómez, presidente del Club Yaquis, indicó que el deporte no es
ajeno a la transformación global y dicho proceso exige brindar mejores
servicios y espectáculos y contar con infraestructura que permita la
convivencia familiar y la inclusión social.
Se asentará sobre
una superficie de 11.62 hectáreas, con 3.9 hectáreas de estacionamiento, 2.5
hectáreas de plazoletas y cuatro mil 795 metros cuadros de áreas verdes.
Situada en la
calle Prolongación Quintana Roo, entre Bordo Prieto y Bordo Nuevo en el noreste
del plano urbano, y tendrá una inversión inicial de 200 millones de pesos,
mientras que el recurso total equivale a 487 millones de pesos, tendrá
capacidad para 16 mil 500 aficionados y mil 900 cajones de estacionamiento.
Poseerá cuatro
módulos de sanitarios en la primera gradería, cuatro en el vestíbulo principal,
dos en bleachers, dos en palcos y estará acondicionado con 12 áreas para
concesiones de venta.
Tendrá una
galería comercial en la cual se ubicará el Salón de la Fama, la tienda de los
Yaquis y guardería, mientras que los espacios para deportistas se
acondicionarán con clubhouse, vestidores, gimnasio, regaderas, enfermería
y sanitarios. Entre los sistemas de seguridad se encuentra detección de
humo e incendio.
Con la
construcción se despierta el interés de empresas del ramo médico,
desarrollo habitacional, turismo (hotelería), plazas comerciales y
empresarios de origen nacional, se dio a conocer.
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